Con el comienzo de las clases y el ajetreo del día a día, a veces olvidamos que el examen de la vista debe ser parte de estos preparativos para el tan esperado regreso a clases. A continuación, algunos datos acerca de los exámenes de visión para niños y temas de conversación para ayudar a los niños que deben usar anteojos según indicación médica.
Estas son las pautas generales a seguir para garantizar la salud visual de tu hijo, según su edad. Ten presente que la programación del examen visual de tu hijo puede verse afectada por otros factores, entre ellos la salud general del niño y su predisposición genética a desarrollar problemas visuales. Sigue las indicaciones de tu profesional de la salud visual. El Consejo Estadounidense para la Visión recomienda que todas las personas se sometan periódicamente a un examen visual.
Es difícil realizar exámenes de visión exhaustivos en bebés y niños en edad preescolar. La Asociación Estadounidense de Optometría recomienda realizar un examen visual a un bebé durante sus primeros 12 meses de vida. Tú y tu profesional de la salud visual sabrán evaluar mejor cuándo sea propicio realizarle un examen visual completo a tu hijo.
Antes de que tu hijo comience el primer grado escolar, debe realizarse un examen visual completo. El examen visual de rutina de su pediatra no suple la necesidad de este examen visual integral realizado por un profesional de la salud visual, el cual debe repetirse según el programa recomendado por el mismo.
La mayoría de las personas, en especial los niños, temen más a lo desconocido que cuando saben exactamente qué esperar. Prepara a tu hijo antes de su examen visual. Explícale qué es lo que pasará durante el examen visual. Esto ayudará a reducir la ansiedad que pueda estar experimentando. También es útil conocer los miedos y las inquietudes particulares de tu hijo para poder tratarlos con anticipación.
- Usa una muñeca o un animal de peluche para “representar” parte del procedimiento. A menudo esto revela inquietudes que tu hijo no es capaz de contarte.
- Reconforta a tu hijo haciéndole saber que estarás allí con él durante todo el procedimiento.
- Asegúrate de que tu hijo entienda que el examen no es un castigo sino una manera de garantizar la visión más saludable posible.
- Si tu hijo no es tan pequeño y no quiere que estés presente durante el procedimiento, respeta su deseo. La privacidad es importante para los adolescentes y es algo que debe protegerse.
Bueno, resulta que tu profesional de la salud visual le ha recetado anteojos a tu hijo. ¡Felicitaciones! Si piensas que estamos bromeando con respecto a tener una razón para celebrar, piensa en esto:
Los niños que tienen problemas de visión no diagnosticados pueden experimentar baja autoestima. Pueden sentirse frustrados con más facilidad, tener dificultad para concentrarse en la lectura, sentirse ridículos, experimentar dolores de cabeza frecuentes o frotarse los ojos hasta sentir ardor. Una vez que se corrige su visión, los niños con anteojos andan con la cabeza erguida y emanan confianza, siempre que sus padres muestren una actitud positiva y les brinden apoyo.
Asi es de que, ¡a celebrarlos!