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Lo ideal es sentirnos siempre como si acabáramos de darnos un baño, pero muchas veces, el cuerpo no coopera: nos movemos, hacemos ejercicio, sudamos y sin darnos cuenta, aparece ese mal olor que tanto avergüenza. Por suerte, hay varias formas de evitarlo y las comparto contigo.

Te preocupa el mal olor cuando sudas y te preguntas, ¿para qué me sirve todo este sudor? Ahora te explico: cuando nos movemos, hacemos ejercicio, tomamos el sol o estamos en una habitación en la que hace mucho calor, nuestro cuerpo suda para regular nuestra temperatura.  Esa es una de las funciones principales del sudor: “refrescar” al cuerpo; la segunda: liberarlo de toxinas. El cuerpo dispone de millones de glándulas que segregan sudor (las glándulas sudoríparas) repartidas por todas partes del mismo, pero abundan más en las palmas de las manos y en las plantas de los pies. El tipo de sudor que controla nuestra temperatura se llama ecrino, se produce uniformemente en todo el cuerpo y no produce olor.

Otro tipo de glándulas sudoríparas, las apocrinas, empiezan a funcionar en la pubertad y son más abundantes en las axilas y en las ingles. Estas glándulas se activan no solamente por el calor, sino también por la tensión emocional y son las que provocan que la persona sude cuando se siente nerviosa, tensa o con miedo.  El sudor de tipo apocrino tampoco tiene olor, pero contiene grasa y proteína.  Y ahí comienza el problema. Cuando las bacterias que viven en la piel están expuestas con este tipo de sudor, lo absorben y lo utilizan en su metabolismo, rompen sus lazos químicos y generan gases.  En realidad, es la mezcla del sudor con las bacterias la que provoca el mal olor que molesta y desagrada, asociado con esas zonas específicas del cuerpo, como las axilas, las ingles, las partes íntimas y los pies.

Pero hay otras razones por las que el cuerpo puede tener un olor desagradable. Incluyen:

  • Enfermedades del riñón, del hígado o de la piel (infecciones por hongos, por ejemplo)
  • Medicamentos que la persona esté tomando
  • Deficiencia de zinc o exceso de toxinas
  • El uso de alcohol o cigarrillos
  • Llevar una dieta rica en ajo, comino y condimentos muy fuertes

Definitivamente, el mal olor corporal está relacionado principalmente con la combinación de sudor y de bacterias. En muchas culturas, el olor corporal no solamente es aceptable, sino hasta grato y codiciado.  Pero en la nuestra, es un tabú. Por eso proliferan las industrias que producen productos para limpiar y perfumar la piel, desde jabones y desodorantes hasta lociones.  Veamos las soluciones que tienes a tu alcance.

10 ideas para combatir el mal olor corporal

1. La higiene juega un papel fundamental para combatir el mal olor y tus armas principales son el agua y el jabón. Limpia completamente la piel con una toallita y agua jabonosa (si quieres, puedes usar un jabón antibacteriano), poniendo énfasis en las áreas que más sudan.

Hay cientos de productos en el mercado con todo tipo de aromas, y está muy bien que escojas y uses tu favorito, pero el perfume no evita el mal olor, la limpieza sí.  Aplica cremas y lociones perfumadas solamente sobre la piel muy limpia.

2. Rasura tus axilas con frecuencia para mantenerlas secas y evitar la acumulación de bacterias. Sécalas muy bien (y también los pies) después del baño. Las bacterias no pueden reproducirse en un ambiente seco.

3. Aplica un desodorante en las axilas, pero el desodorante solamente enmascara el mal olor, no impide la sudoración.  Si sudas mucho, intenta usar un desodorante que contenga también un anti perspirante. No uses desodorante sin antes lavar y secar muy bien tus axilas.

4. Sobre todo en el verano, usa ropa ligera y de algodón para que absorba el sudor.

5.  Lava la ropa después de cada uso, especialmente la ropa interior y la ropa con la que practicas deportes. Cualquier ropa sudada es un criadero de bacterias.

6. Usa medias (calcetines) de algodón para que los pies no tengan mal olor.

7. Deja airear los zapatos y usa un desodorante para calzado para que siempre huelan bien.

8. Siempre que sea posible, usa zapatos abiertos o sandalias.

9. Haz cambios en la dieta: evita alimentos muy grasosos y condimentados. Limita las cantidades de cebolla, ajo o curry para condimentar los platillos.

10. Si padeces de exceso de sudoración (la condición se denomina hiperhidrosis), consulta con un médico para que te indique el tratamiento más adecuado. Este puede incluir medicamentos orales, inyecciones de bótox, la iontoforesis (un tratamiento a base de una corriente eléctrica baja y agua para bloquear los conductos del sudor) y en casos extremos, la cirugía.

Te recomiendo que seas constante en la práctica de estos buenos hábitos de higiene.  Verás que con un poco de cuidado, más cambios de ropa y hasta reduciendo la cantidad de alimentos picantes y condimentados que tanto te gustan, podrás evitar ese desagradable mal olor corporal. El esfuerzo vale la pena.

 

Imagen © iStock / Squaredpixels

 

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