Cuando al lugar donde vives llega el verano y aprieta el calor, ¡qué tentadora resulta una piscina (alberca) llena de agua limpia y fresca! Es el lugar ideal para que tus hijos y tú se relajen, hagan ejercicio y pasen un buen rato en familia. Pero antes de zambullirte en ella o dejar que tus hijos lo hagan, es importante que te enteres de algunas cosas. Entre ellas, cómo no contaminar o infectarte en las piscinas públicas.
Según un estudio realizado en el verano pasado y publicado en la edición del 17 de mayo en la revista Morbidity and Mortality Weekly Report, de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), de los Estados Unidos, el 58% de las muestras de los filtros de las piscinas (albercas) públicas del área de la ciudad de Atlanta contenían E. Coli, una bacteria que se encuentra en las heces humanas.
El estudio se concentró en las piscinas del área de Atlanta, pero probablemente el problema ocurre en las piscinas públicas de cualquier ciudad de los Estados Unidos, y de cualquier otro lugar. El estudio no investigó las piscinas residenciales, los parques de agua ni otros tipos de aguas recreativas.
Al parecer, los nadadores contaminan las piscinas cuando tienen un “accidente” dentro del agua. O simplemente cuando las heces se desprenden de sus cuerpos porque no se duchan o no se duchan apropiadamente antes de entrar en la piscina.
Se sabe que nadar es uno de los mejores deportes para ejercitar el cuerpo, pero es importante que las personas que usan las piscinas públicas aprendan a prevenir las infecciones que pueden presentarse.
Es cierto que las piscinas suelen desinfectarse con cloro, pero el cloro y otros desinfectantes no matan inmediatamente los gérmenes. Estos permanecen por un tiempo en el agua. Por eso, si quieres disfrutar de un buen chapuzón en la piscina y prevenir a la vez la contaminación del agua (protegiendo de paso a todos los usuarios), es preciso que pongas en práctica algunas medidas.
Lo que recomiendan los CDC para prevenir la contaminación y evitar infecciones en las piscinas.
- Mantén una buena higiene y sé considerada(o) con los demás bañistas. Por ejemplo, no se te ocurra nadar en la piscina si tienes diarrea, ya que otros nadadores podrían tragar el agua contaminada.
- Antes de entrar en la piscina, dúchate con cuidado y no dejes de utilizar jabón.
- Si sales de la piscina y vas a entrar en ella nuevamente, enjuágate en la ducha.
- Ve al baño cada 60 minutos aproximadamente.
- Lávate las manos con jabón si vas al baño.
- Jamás tragues agua cuando nades, y enseña a tus hijos a que no lo hagan.
- Si tienes niños, llévalos al baño o revisa los pañales cada 60 minutos.
- Si debes cambiar los pañales de los niños, hazlo en el baño o en una área acondicionada para eso. Nunca lo hagas junto a la piscina (los gérmenes pueden pasar al agua y contaminarla), y lávate las manos al terminar.
Piensa que sólo con seguir estas recomendaciones, estarás poniendo de tu parte para prevenir la contaminación del agua, evitar “sorpresas” desagradables y hacer de la natación en las piscinas una actividad más saludable.
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