Aquella frase que dice “nada con exceso, todo con medida” va como anillo al dedo cuando se trata de hacer ejercicio. Pasarse horas y horas en el gimnasio o haciendo algún deporte no es bueno para la salud.
Cuando llaman por teléfono a tu hija adolescente, te has encontrado respondiendo más de una vez “todavía está en el gimnasio”. Y es que a pesar de que cuando tu hija empezó a hacer ejercicio, te alegraste, ahora estás preocupada… va todos los días, casi no está en casa, ha dejado de compartir con sus amigas y se pone de mal genio el día que no puede ir. Incluso te parece que ya no se ve saludable como antes, así estuviera un poquito más gordita. ¿Será normal o se estará excediendo?
Aunque el ejercicio siempre es bueno y muchos padres darían lo que fuera porque sus hijos hicieran aunque sea un poco, es muy posible que algunos se excedan. Es lo que comúnmente se conoce como ejercicio compulsivo.
¿Cómo puedes saber si tu hijo o hija está haciendo ejercicio en exceso?
- Tiene una obsesión por ir a hacer ejercicio y cuando no puede se irrita
- Padece de insomnio
- Está cansado frecuentemente
- Tiene el ritmo cardíaco (el pulso) acelerado, aún estando en reposo
- Pierde más peso del necesario
- El período de tu hija no es regular y puede pasar meses sin que le llegue (amenorrea)
- Tiene apatía
¿Qué hace que se excedan? Hay dos posibles razones. La primera es porque quieren ser los mejores en un deporte y tienden a sobre-entrenar. La segunda razón es más frecuente en las adolescentes: quieren perder peso y creen que sólo mediante el ejercicio constante lo lograrán. Y aunque los motivos no son del todo malos, el problema es que hacer demasiado ejercicio puede dejar de ser saludable.
¿Por qué no es saludable el ejercicio compulsivo? Por un lado, el crecimiento puede verse afectado pues el cuerpo quema las reservas de calorías que necesita para seguir creciendo. Por otro lado, el ejercicio compulsivo puede ser una señal de trastornos alimenticios en las adolescentes, pues muchas de las mujeres que se exceden en el ejercicio tienen bulimia y lo hacen para eliminar algo que comieron cuando piensan que no deberían de haberlo comido.
Si a tu hija deja de tener sus periodos menstruales (amenorrea secundaria) debido al ejercicio, sus huesos se van a ver afectados con el tiempo pues no van a absorber el calcio que necesitan en esta etapa de crecimiento.
Por eso, si este el caso de tu hijo o hija, es hora de prender las alarmas y hacer algo al respecto antes de que el ejercicio compulsivo tenga consecuencias irreversibles. Lo mejor es buscar un profesional.
Imagen © Thinkstock / Iakov Filimonov
Actualización de un artículo originalmente publicado en el 2009.