Cada año en los Estados Unidos, cerca de un millón de niños menores de 4 años necesitan anestesia general para someterse a una cirugía. Hay millones más en el resto del mundo. Una de las inquietudes más grandes que aún están por resolverse es si la anestesia afecta negativamente el desarrollo del cerebro en los niños. Un estudio reciente habla de que la anestesia antes de los 3 años podría estar relacionada con problemas mentales a largo plazo.
Cuando un niño(a) pequeño(a) necesita anestesia general, esto le causa angustia a los padres y a los seres queridos. Sin embargo, en caso de emergencia como una condición congénita que debe operarse para remediarse, una fractura u otro problema que requiera atención inmediata, no hay mucho tiempo para estudiar los riesgos vs. los beneficios de la anestesia general, porque no hay más opción que intervenir quirúrgicamente para sanar al niño.
Pero cuando se trata de procedimientos quirúrgicos (operaciones) que no son urgentes, como por ejemplo, quitar las amígdalas (las anginas), operar alguna hernia (que no está estrangulada), u operar el oído en caso de infecciones recurrentes, sería mejor esperar hasta que tengan más de 3 años.
La razón para que algunos especialistas recomienden esto, es que un estudio reciente publicado en la revista profesional Pediatrics, menciona que la anestesia general antes de esa edad, puede incrementar el riesgo de tener deficiencias de aprendizaje y otros problemas mentales como Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).
El estudio fue realizado en Australia entre cerca de 2,900 niños a quienes se les hizo seguimiento desde antes de nacer. Los padres de los niños en el estudio reportaron que 321 de ellos habían tenido alguna cirugía que requirió anestesia general antes de los 3 años. El resto de los niños, no fueron expuestos a medicamentos anestésicos.
Cuando los niños cumplieron 10 años, los investigadores hicieron una prueba de aprendizaje, pensamiento, memoria, razonamiento y uso del lenguaje. Además, les hicieron preguntas sobre su comportamiento y problemas como la agresividad y la depresión. Encontraron que los niños que habían recibido anestesia general antes de los 3 años tenían más probabilidades de tener algún problema de aprendizaje a los 10 años de edad.
Así mismo, encontraron que los niños que recibieron anestesia eran dos veces más propensos a tener un problema del lenguaje, en particular problemas para escuchar y recordar palabras. El uso de la anestesia también se relacionó con un 73 por ciento de probabilidad de tener problemas con el razonamiento abstracto.
No obstante, esta investigación deja preguntas sin responder. Si bien establece relación entre problemas del desarrollo y la anestesia general, no determina que ésta sea la causa. Además, como los investigadores no tuvieron acceso a los antecedentes médicos no se sabe exactamente qué medicamento anestésico se usó y cuánto duraron las cirugías.
Lo que sí se sabe es que el anestésico de uso común durante los años del estudio era el halotano, que ya está descontinuado. De todas formas, los nuevos medicamentos que lo han reemplazado funcionan de la misma manera, por lo que el estudio sigue siendo relevante, de acuerdo a los especialistas en anestesia pediátrica.
Ya que la evidencia en los estudios sigue siendo un poco ambivalente en cuanto a los efectos adversos, la Agencia Federal de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) decidió lanzar una iniciativa de investigación llamada SmartTots para garantizar que la anestesia sea lo más segura posible para los pequeños menores de 4 años.
Por eso, si tienes un hijo(a) pequeño que necesite cirugía, no te angusties. Recuerda que la cirugía le puede salvar la vida y que hablar con el médico acerca del problema de tu hijo(a) para que te explique, puede ayudar a que tomen la mejor decisión. Si no es emergencia, y tienes dudas, pide una segunda opinión. Como dicen los anestesistas pediátricos la idea no es evitar la cirugía si es absolutamente necesaria, sino hacer que el tiempo de anestesia sea el menor posible.
No dudes en consultar tus dudas y temores con el pediatra. El o ella te explicará en detalle lo que quieras saber sobre la anestesia y tu pequeño(a).
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