¿Atún, salmón o suplementos? La edición de octubre de la “Mayo Clinic Health Letter” ofrece alternativas para escoger los ácidos grasos omega 3, que parecen disminuir el riesgo de fallecer a consecuencia de una enfermedad cardíaca.
Una manera de hacerlo es consumiendo dos porciones de 3,5 onzas de pescado de agua fría, como el arenque, la caballa, el salmón, las sardinas y el atún. Esa es la recomendación de la Asociación Americana del Corazón, pero a algunas personas no les gusta el pescado o les preocupa las toxinas de comer pescado con regularidad.
Los suplementos ofrecen otras alternativas para ingerir ácidos grasos omega 3. El consumo de una dosis diaria de 250 a 500 miligramos (mg) de una mezcla de ácidos grasos omega 3, llamadas DHA y EPA, es una buena meta para la mayoría de gente. Una dosis diaria de 1.000 mg es lo que generalmente se recomienda para los sobrevivientes de ataque cardíaco o para la gente que padece enfermedades cardiovasculares.
Entre los diferentes suplementos están:
Los suplementos de aceite de pescado, que son una alternativa barata. Una pastilla de 500 mg que combina DHA y EPA cuesta alrededor de 10 centavos de dólar. Los estudios sobre los suplementos de aceite de pescado no han detectado la presencia de toxinas.
Suplementos de aceite de krill, que generalmente cuestan dos o cuatro veces más que los suplementos normales de aceite de pescado. Un estudio descubrió que tomando alrededor de un tercio menos de aceite de krill que de aceite de pescado, se obtenían resultados similares en los niveles sanguíneos de DHA y EPA.
Suplementos derivados de algas, cuyo costo es razonable, pero sólo ofrecen DHA.
Aceite de linaza o de nuez, que contiene la versión vegetal de los ácidos grasos omega 3, llamada ALA, y que posiblemente funciona mejor como apoyo para otras fuentes de ácidos grasos omega 3.
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