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  • Ansiedad y depresión son trastornos habituales y tratables
  • Ante los primeros síntomas, hay que pedir ayuda profesional
  • Existen diferentes opciones de tratamiento
  • Es fundamental seguir una vida sana
  • No olvides la importancia de familia y amigos

La ansiedad y la depresión son trastornos comunes y tratables. En Estados Unidos, el Centro de Control de Enfermedades calcula que 1 de cada 6 adultos tendrá depresión en algún momento de su vida y que afecta al año a unos 16 millones de adultos en Estados Unidos.

Es importante que, ante los primeros síntomas, busques ayuda profesional si duran más de dos semanas. Entre otros:

  • Tener dificultad para dormir.
  • Cambios en el apetito o altibajos no planificados en el peso.
  • Dificultad para levantarse de la cama por el estado de ánimo.
  • Dificultad de concentración.
  • Pérdida de interés por las cosas que habitualmente son divertidas.
  • Falta de habilidad para realizar las funciones y las obligaciones diarias.
  • Sensación de irritabilidad, frustración o inquietud.

Los psicólogos y los psiquiatras pueden ofrecerte diferentes opciones que han demostrado ser eficaces, como:

  • La terapia cognitivo-conductual.
  • La terapia interpersonal.
  • La terapia de aceptación y compromiso.

Es muy importante mantener un estilo de vida saludable:

  • Con una alimentación equilibrada con comidas a horas regulares, evitando cafeína, alcohol y tabaco.
  • Mantenerse hidratado.
  • Ejercicio frecuente.
  • Descanso adecuado, evitando usar pantallas y celulares antes de ir a dormir.
  • Pueden ser útiles técnicas de relajación como la meditación, mindfulness, el yoga o el taichi.
  • La música relajante también puede ayudarte, así como la relajación muscular o los ejercicios de respiración.

El National Institute of Mental Health recomienda también:

  • Establecer metas y prioridades, sabiendo qué puede esperar. Hay que saber decir “no” a nuevas tareas si se asumen demasiadas.
  • Apreciar lo que se ha logrado al final de cada día, en vez de pensar qué no se ha hecho.
  • La gratitud es importante: recordar a diario por qué cosas se está agradecido. Anotarlas de manera específica o repetirlas mentalmente.
  • Centrar la atención en las cosas positivas, identificando y cuestionando los pensamientos negativos y poco útiles.

El apoyo del entorno también es muy importante: busca ayuda en la familia y los amigos y mantén el contacto con ellos. Los grupos de apoyo también te pueden ayudar.

Por Javier Granda Revilla
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Imagen: ©Shutterstock / Khosro

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