Alt text para imagen: Persona joven mostrando señales de autolesión en las muñecas, con expresión de tristeza y aislamiento, buscando apoyo.
La autolesión, una conducta cada vez más común entre adolescentes y jóvenes, refleja un malestar emocional profundo que muchos no saben cómo gestionar de otra manera. Con la pandemia y el aumento de problemas de salud mental, esta práctica ha crecido de forma alarmante. En este artículo, exploraremos qué es la autolesión, por qué ocurre, qué señales de alerta debemos observar y cómo podemos ayudar.
¿Qué es la autolesión y cómo se manifiesta?
La autolesión es cualquier acción intencionada que cause daño físico al propio cuerpo, y no siempre implica un intento suicida. Puede manifestarse de múltiples maneras, como cortes, quemaduras, consumo de sustancias dañinas, o incluso conductas como tomar laxantes en exceso.
La psiquiatra Marina Díaz Marsá, vicepresidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, explica: “Es un concepto muy amplio, que va desde conductas extremas como intentos de suicidio hasta pequeños daños físicos que buscan aliviar un profundo malestar emocional”.
Este comportamiento es una forma de “distracción” del dolor emocional. Las personas que se autolesionan sienten que estas acciones les ayudan momentáneamente a aliviar su angustia o vacío emocional.
Factores de riesgo: ¿quién es más vulnerable?
Las estadísticas muestran que los adolescentes y las mujeres jóvenes son las más afectadas por esta conducta. Las redes sociales, la incertidumbre provocada por la pandemia y la pérdida de rutinas han contribuido a un aumento significativo de estos casos.
“La población adolescente está más expuesta porque tienen una mayor sensibilidad a la frustración y una necesidad constante de gratificación inmediata. Esto, combinado con factores como el aislamiento y la sobreexposición a las redes sociales, los hace más vulnerables”, advierte Díaz Marsá.
Además, la autolesión está asociada a condiciones psiquiátricas como:
- Trastornos límite de la personalidad.
- Trastornos de la conducta alimentaria.
- Ansiedad y depresión.
Estos problemas suelen compartir características como la inestabilidad emocional, la impulsividad y la intolerancia a la frustración, lo que aumenta el riesgo de conductas autolesivas.
Señales de alerta para detectar la autolesión
Identificar la autolesión puede ser difícil, ya que las personas que la practican tienden a ocultarla por vergüenza. Sin embargo, hay varios signos de alerta:
- Cambios en el comportamiento, como irritabilidad o aislamiento.
- Caída en el rendimiento escolar o pérdida de interés en actividades habituales.
- Aparición de cortes, quemaduras o marcas visibles, especialmente en muñecas, brazos o piernas.
- Aumento de la ansiedad o episodios de tristeza prolongada.
Ante estos signos, es fundamental buscar apoyo profesional.
Cómo ayudar a una persona que se autolesiona
Si descubres que alguien cercano se está autolesionando, es importante actuar con empatía y sin juicios. La psiquiatra Díaz Marsá explica: “Entender que esta conducta nace del miedo, la angustia o el conflicto interno es crucial para poder acompañar y ayudar”.
Pasos clave para ayudar:
- Escuchar sin juzgar.
- Acompañar a la persona y hacerle saber que no está sola.
- Convencerla de que busque ayuda médica o psicológica.
El apoyo de un profesional es relevante para abordar las causas subyacentes y aprender a manejar el malestar de manera saludable.
Tratamientos disponibles: abordando la raíz del problema
La autolesión es solo un síntoma; la clave está en tratar las causas subyacentes. El tratamiento suele incluir:
- Terapia psicológica: Ayuda a la persona a entender y gestionar sus emociones de forma saludable.
- Apoyo psiquiátrico: En casos más graves, pueden ser necesarios medicamentos para tratar trastornos asociados como la ansiedad o la depresión.
- Educación familiar: Enseñar a las familias cómo apoyar a sus seres queridos sin juzgar y brindándoles un entorno seguro.
Como concluye Díaz Marsá, “tratar la causa subyacente es la única forma efectiva de superar este problema. La autolesión es solo la punta del iceberg de un malestar mucho más profundo”.
FAQs
¿Qué es la autolesión y en qué se diferencia de un intento de suicidio?
La autolesión es una conducta intencionada que busca causar daño físico como forma de lidiar con un malestar emocional. No siempre implica la intención de acabar con la vida, como sucede en el caso de los intentos de suicidio. Sin embargo, ambas situaciones requieren atención profesional urgente.
¿Por qué las redes sociales influyen en la autolesión?
Las redes sociales pueden normalizar la autolesión a través de contenido inapropiado o desafíos virales, especialmente entre adolescentes. Además, fomentan la comparación constante, lo que puede generar baja autoestima y aumentar el riesgo de este comportamiento.
¿Es más común la autolesión en mujeres que en hombres?
Sí, las estadísticas muestran que las mujeres jóvenes son más propensas a autolesionarse, aunque esto no excluye a los hombres. En los varones, estas conductas pueden manifestarse de manera diferente, como a través de peleas o conductas de riesgo.
¿Qué tipo de tratamiento funciona mejor para la autolesión?
El tratamiento más efectivo incluye terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual o la terapia dialéctico-conductual. En casos más graves, puede ser necesaria medicación para tratar trastornos asociados, como la ansiedad o la depresión.
¿Cómo puedo hablar con alguien que se autolesiona?
Habla con calma, sin juzgar y mostrando empatía. Haz preguntas abiertas como: “¿Cómo te sientes últimamente?” o “¿Hay algo que quieras contarme?”. Anímalo a buscar ayuda profesional y ofrécele tu apoyo durante el proceso.
¿Puede la autolesión desaparecer sin tratamiento profesional?
Aunque algunas personas pueden abandonar esta conducta con el tiempo, el riesgo de que persista o empeore es alto sin ayuda profesional. El tratamiento especializado permite abordar las causas emocionales subyacentes y prevenir recaídas.
¿Qué puedo hacer si sospecho que mi hijo se autolesiona?
Si notas signos como aislamiento, irritabilidad o marcas en su cuerpo, acércate a él con empatía y sin confrontación. Consulta a un psicólogo o psiquiatra para recibir orientación sobre cómo manejar la situación de manera efectiva.
Por Por Miguel Ramudo
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