- El baño en los bebés es un momento que fomenta el apego con los padres. Por esa razón, es legítimo desear que sea lo más agradable posible. Una duda constante es si bañarlos antes o después de comer. La evidencia muestra que, en los primeros meses de vida, por el poco movimiento que realizan y la calma con la que se hace el baño no hace ninguna diferencia.
- El debate sobre si bañar a los bebés antes o después de comer está zanjado: no hay ninguna diferencia. Lo clave que considerar es que, por reducir riesgos de incomodidad en el bebé, el baño se debe realizar 30 a 60 minutos luego de amamantar. Para la obstetra Nícida Ferreyros, la elección está en lo que más le guste al bebé y convenga a los padres.
- Además de no existir contraindicaciones entre bañar a un bebé antes o después de comer, hay algunas recomendaciones para disfrutar mucho más de este momento: considerar los gustos del bebé, intentar bañarlo en nuestros brazos, reducir el uso de productos de limpieza, salvo en lo relacionado con las deposiciones, utilizar agua a 37ºC y que el agua en la bañera sea hasta los 5 cm o 2 pulgadas.
Ser padres, especialmente primerizos, está cargado de dudas y consejos que vienen de todas partes. Un punto de debate es cuándo se deben bañar a los bebés. Aunque en los primeros meses de vida de los bebés no se deben bañar mucho, al hacerlo ¿se debe hacer antes o después de comer? En este artículo no solo exploraremos las aristas de ese debate, también nos adentraremos en otras dudas relacionadas con el baño para que sea una experiencia segura y placentera.
¿Antes o después?
Tomar la leche tiene un gran efecto en los bebés, por lo que es legítimo preguntarse si la comida afecta a la hora de bañarlos. Para la obstetra peruana experta en parto y lactancia, Nícida Ferreyros, la respuesta es un rotundo “no importa el momento, no pasa absolutamente nada, especialmente si pensamos en el baño después de comer”.
Para ella la elección mas bien radica en lo que le guste más al bebé y como les funcione a los papás: “hay bebés que tu los bañas y se relajan, entonces con ellos primero les damos leche y ya luego los bañamos; listos para dormir. O al revés, si el baño los activa, con la leche los dormimos”, apunta.
En esa misma línea, Vida y Salud le preguntó si afecta también a los bebés la creencia popular de que es necesario esperar unas 2 horas para meterse a una piscina o al mar. Su respuesta es no, por las siguientes razones:
- La diferencia de temperatura no es grande como en la playa o la piscina, la idea es que el agua del baño sea la misma (aproximadamente) que la del bebé, unos 37ºC (97º F)
- El bebé no hará los esfuerzos que se requieren en un volumen de agua más grande, como puede ser la piscina o el mar.
- El tiempo de baño debe ser corto, entre 5 y 10 minutos; no como el estar en la piscina o mar de forma lúdica, que puede extenderse durante más tiempo.
“Eso sí, incluso la OMS recomienda que el baño sea 30 a 60 minutos luego de comer, porque así ya está la leche digerida y esté el bebé más cómodo”, comenta.
El baño con mesura
A diferencia de los niños y adultos que generalmente se bañan todos los días, en el caso de los bebés estos deben ser mucho más espaciados en el tiempo. “Primero de todo– apunta Nícida Ferreyros- el primer baño debe ser pasadas las 24 horas de nacidos. Así se mantiene por más tiempo la capa grasa que traen desde el parto”.
La recomendación es que cada semana se den solo 2 o 3 baños. “Limpiándolos con pañitos húmedos de bebés es suficiente. Sólo si es extremadamente necesario, se baña”, agrega. Una vez ya comiencen a caminar es cuando hay que plantearse bañarlos con más frecuencia.
Algunas claves
Junto a esto, la profesional entrega algunos tips para sacar el mejor provecho de este momento:
- Permitirse “leer” al bebé a la hora del baño. Observar sus reacciones, así sabremos que le gusta más. Quizá en la mañana, o en la tarde. Incluso antes o después de comer.
- Al bañarlos siempre partir de los pies e ir desnudándolos poco a poco. Siempre asegurándose que no tengan cambios de temperatura.
- Bañar a los bebés en un ambiente de calma.
- Hay que tener ojo con los productos de limpieza. El pH de los bebés es diferente que el de los adultos. “Mi primera recomendación es que solo el jabón en el área de limpieza por popó”, agrega.
- Aunque las ‘hamacas’ de baño están muy bien, es recomendable bañarlos en nuestros brazos. Hay que ir lentamente acostumbrarlos a estar solitos, al principio necesitan de nosotros muy cerca.
- La cantidad de agua no debe superar los 5 cm (2 pulgadas) de profundidad. De esa manera conseguimos lavarlo, pero que no le entre agua a la cara o que pueda tener algún peligro.
- En el caso de usar la ducha o regadera, es necesario controlar muy bien el agua que sale, controlando siempre la temperatura, que esté en la temperatura ideal (se pueden usar los codos para tocar el agua).
- Al secarlo, volver a recordar que no puede haber cambios de temperatura. “Primero secamos la parte de arriba, luego las piernas, para finalmente, al estar totalmente tapado, lavarle la cabeza y secarlo”, indica.
Al final, lo importante es seguir los instintos, tratar de que todo sea íntimo, relajado y en un buen ambiente; idealmente con luz tenue. Así nos aseguramos de no sobre estimular al bebé y de paso ampliar el apego. ¡A disfrutar!
Por Carlos Diego Ibáñez
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