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Cuando te conviertes en mamá o papá, la vida te cambia por completo. Es una felicidad inmensa que viene también acompañada del miedo a que tu bebé se enferme. Por eso, presta atención a estos 6 síntomas que pueden amenazar la salud de tu bebé para que tomes medidas urgentes al respecto. No hay nada más importante que la salud de esa nueva vida que te acompaña.

Desde que nació Julieta, su mamá no deja de mirar si respira cuando duerme y ante cualquier ruido nuevo o extraño que escucha hacer a su bebé, se alarma. Es completamente normal que una nueva vida traiga consigo ansiedad sobre su salud. Pero ¿cómo se puede aprender a identificar y a diferenciar un problema de salud serio de algo inofensivo? Esta es una de las preguntas claves cuando tienes un bebé.

Toma nota de estos síntomas o señales de alerta que no debes ignorar por el bien de la salud de tu bebé:

1. Piel de coloración azul o violeta

Especialmente en los labios y las mucosas… A esta condición se le conoce como cianosis. En los recién nacidos, una ligera coloración azul es frecuente, sobre todo si tienen frío. Sin embargo, si es generalizada indica que hay enfermedades respiratorias graves o malformaciones cardíacas. En palabras más simples: significa que no están recibiendo suficiente oxígeno. ¿Qué debes hacer? Llamar al 911 o al número de emergencias en tu país.

2. Fiebre de más de 38° C o 100.4° F en los recién nacidos

Debes llamar a tu pediatra de inmediato, ya que si tu bebé tiene menos de dos meses de nacido la fiebre puede indicar un problema de salud serio como meningitis.

3. Dificultad para respirar

Si notas que la respiración de tu bebé es fuerte y rápida de manera consistente y ves que usa sus músculos del pecho más que los del abdomen de manera exagerada, puede ser señal de un trastorno respiratorio que requiere atención inmediata. Llama a tu pediatra o ve a la sala de emergencia.

4. Ictericia que se pone peor con los días

Todos los recién nacidos pueden tener un poco de ictericia (coloración amarillenta de la piel) que se va con un poco de sol y buena alimentación. Sin embargo, si pasados los 5 días de nacido, tu bebé sigue con coloración amarilla en la piel y las membranas, es necesario que busques atención médica. Es probable que los niveles de bilirrubina (producida por el hígado) se hayan subido más de lo deseado, y será necesario hacerle fototerapia con una lámpara especializada. Este tratamiento se emplea para evitar que haya daño cerebral y convulsiones.

5. Deshidratación

Si tu bebé no orina, es otra razón para preocuparse. Por lo general, debes llevar la cuenta así: por lo menos dos pañales mojados al día para los bebés de dos días de nacidos; tres para los bebés que tienen tres días de vida y así sucesivamente. Otros signos de deshidratación incluyen letargo, boca y lengua seca y ojos hundidos. Si estás amamantando puede ser que tu flujo de leche aún no se haya establecido o que haya problemas con la posición de la boca del bebé (recuerda que amamantar no debe doler) y por esa razón no haya tomado toda la leche que necesita. En ese caso, no dudes ni un segundo en consultar con tu pediatra para que él o ella te indique si debes darle fórmula mientras solucionas el problema o si tu bebé ya es más grande, tal vez una solución de electrolitos para reemplazar los líquidos.  NO le des agua a tu bebé puesto que esto causa que bajen los niveles de sodio en su sangre y puede ocasionarle convulsiones.

6. Vómito verde o de apariencia oscura

Es cierto que los bebés pueden vomitar con cierta frecuencia por causas que no deben preocuparte como regurgitación o reflujo. Incluso a veces vomitan por toser mucho o por llorar. Sin embargo, cuando tu bebé vomita bilis verde es una señal de alarma, pues puede indicar que los intestinos están bloqueados. De igual manera, no esperes para llevar a tu bebé a la sala de emergencia si vomita algo parecido a los granos de café, ya que esto podría representar un sagrado interno.

Si ti bebé tiene un síntoma raro o diferente, no dudes en buscar atención médica. Si dudas sobre la gravedad de alguna señal que de su cuerpecito, es mejor que consultes con el pediatra o la pediatra. Sólo un especialista puede velar por la salud de tu bebé. Con la salud de ese pedacito de vida, no se juega.

 

Imagen © Shutterstok / Dasha Petrenko

 

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