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La diabetes gestacional significa que tu médico encontró que tu azúcar en la sangre (la glucosa) está por arriba de los niveles que se consideran normales. Esto es importante porque si no se trata puede afectar la salud de tu futuro bebé. Aunque seguramente esto te tiene preocupada, te tengo dos buenas noticias. Primero, afortunadamente existen formas de controlarla, y segundo, los niveles de azúcar tienden a volver a lo normal después del parto.

La mayoría de las mujeres con diabetes gestacional no tienen síntomas, aunque algunas pueden notar que tienen más sed, o que van al baño a orinar con más frecuencia (aunque eso les sucede a muchas embarazadas).

Tú obstetra te va a enseñar cómo chequearte el azúcar (con una gotita de sangre de un dedo de la mano) en casa. Ese monitoreo es muy importante porque si no lo haces no sabes cómo está tu nivel de glucosa en la sangre. Te hablará de la alimentación que debes llevar. La elección correcta de los alimentos también te ayudará a evitar subir demasiado de peso. Eso también ayuda a controlar la diabetes. Tu médico también hablará contigo acerca de la actividad física que puedes y debes realizar regularmente. El ejercicio ayuda haciendo que la insulina que produce tu cuerpo sea más eficiente. Y, finalmente, si la dieta y el ejercicio no son suficientes para mantener los niveles de glucosa dentro de límites normales, te recomendará una medicina ya sea tomada o inyectada (insulina). Frecuentemente tu médico trabaja con un equipo (un nutricionista registrado y una enfermera) que son tus aliados para que entiendas y logres tu meta.

Es muy importante que sigas todas las indicaciones porque la diabetes mal controlada durante el embarazo pueden causarle complicaciones a tu bebé. Por ejemplo, en cuanto a tu bebé podría ser un bebé demasiado grande (es lo que se conoce como macrosomía), esto causa problemas durante el parto o que se requiera cesárea; podría tener baja de azúcar al nacer (hipoglicemia) o hasta convulsiones; problemas respiratorios; problemas de desarrollo (ya sea de movimiento o de atención); ictericia (coloración amarillenta en la piel) y mayor riesgo de desarrollar obesidad y diabetes tipo 2.

En cuanto a ti, si tienes diabetes gestacional tu riesgo de padecer infecciones urinarias (de la orina)  o preeclampsia  (aumento en la presión arterial y proteína en la orina en la segunda mitad del embarazo) son mayores comparado con otras embarazadas, así como tu riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro. Pero la mayoría de las mamás con diabetes gestacional que se cuidan durante sus embarazos no tienen problemas y dan a luz a bebés sanos. ¡Te deseo mucha suerte!

 

Imagen © Shutterstock / Valeria Aksakova

 

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