Los lentes de contacto ya no sólo se usan para ver bien, sino también para “verse” bien. Puedes imitar a Marilyn Manson con su ojo blanco, tener los ojos verdes para una noche de fiesta, o cambiar radicalmente de “look” con una mirada negra y profunda. Puedes hacer todo esto con los lentes de contacto, pero si te descuidas también puedes hacerte un “mal de ojo” a ti mismo y afectar tu visión.
Hasta hace poco los lentes de contacto de colores, que se usaban sólo con fines cosméticos, eran productos de venta libre. También conocidos como lentes de contacto “planos” o “no correctivos”, los vendían en salones de belleza y supermercados, o hasta en los lugares más insólitos como los mercados de pulgas y las tiendas de discos. Y cuando llegaba Halloween, se vendían como pan caliente para completar el disfraz de vampiro o lograr una mirada de tigre.
Pero se hicieron tan populares y accesibles, que muchas personas los empezaron a comprar y a utilizar indiscriminadamente como si fueran pelucas de colores, olvidándose que no sólo eran un adorno, sino que originalmente eran un dispositivo médico para corregir los problemas de la visión. Y muchos parecieron olvidarse lo más importante de todo, que los lentes de contacto tocaban una de las partes más delicadas del cuerpo: ¡la cornea del ojo!
Peligros potenciales de los lentes de contacto
Los lentes de contacto (cualquiera que sea) pueden afectar seriamente tus ojos cuando no se ponen correctamente, cuando se usan por más tiempo del indicado o cuando no se ajustan adecuadamente a la córnea de tus ojos. Y lo que es más grave y más común, cuando no se limpian adecuadamente, introducen todo tipo de impurezas y bacterias directamente a tus ojos. Todo eso puede provocarte serios problemas de salud como conjuntivitis, abrasiones o úlceras en la córnea, y hasta ceguera.
Por ese motivo la Administración de Drogas y Alimentos de EEUU (FDA) decidió regular su venta desde el 2005. Ahora todos los lentes de contacto, aunque se usen sólo por vanidad, tienen que ser comprados con receta médica por ley.
Sí, para comprar lentes de contacto de colores necesitas receta médica. Si no tienes un optómetra u oftalmólogo de confianza, en muchas tiendas ópticas tienen personal capacitado para hacerte el examen y darte una receta. Esa receta debe darte las medidas exactas y la marca del lente que necesitas. Así te aseguras que el lente se ajusta específicamente a tus ojos y que su marca cumple con todos los requisitos de calidad para proteger tus ojos.
También es importante que compres los lentes únicamente en un lugar de confianza, donde te exijan la una receta médica y te den exactamente los lentes de contacto que necesitas. Si no quieres comprar los lentes en el lugar donde te realizaron el examen, tienes derecho a pedir una copia de la receta y usarla para comprar en otro establecimiento.
Y por último, la FDA recomienda que sigas al pie de la letra las indicaciones de higiene y uso que están contenidas en el empaque de los lentes de contacto.
Recomendaciones de higiene para los lentes de contacto
Algunas indicaciones generales son:
- Lávate las manos antes de tocar los lentes de contacto
- Nunca limpies los lentes con saliva, agua del grifo, agua embotellada o solución salina preparada en casa. El optometrista u oftalmólogo te puede recomendar la mejor solución para limpiar los lentes y para desinfectarlos si no son desechables.
- Mantén limpio y seco el estuche de los lentes, y cámbialo cada seis meses.
- Si necesitas gotas para los ojos mientras traes los lentes de contacto, pídele a tu optometrista u oftalmólogo que te diga cuáles puedes usar.
- Si usas maquillaje, pregúntale a tu médico si es seguro para tus lentes.
- Nunca uses los lentes por más tiempo del que se indica en el empaque y quítatelos cuando vayas a nadar, a lavarte la cara o a dormir.
Así te evitarás contraer una infección o cualquier otra enfermedad más grave en tus ojos. Ya sabes que el usar lentes no es simplemente un tema de moda y que no vale la pena que pongas en riesgo tus ojos sólo por vanidad.
¡Mucho ojo con los lentes!
Ultima revisión: 2017
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