- Dentro de los desordenes de la alimentación, la bulimia y el trastorno por atracón son muy comunes en Latinoamérica. Tienen en común instantes de pérdida de control donde se genera una alimentación excesiva y periodos de restricción alimenticia. La diferencia es que en la bulimia se acompaña de purga y compensaciones.
- En la bulimia y el trastorno por atracón tendremos instantes de gran consumo de alimentos, sin embargo, no tienen una gran variabilidad nutricional, que, junto a los largos periodos de restricción llevará a tener una peligrosa desnutrición.
- Algunos signos de una futura presencia de bulimia o trastorno por atracón es encontrar en la habitación envoltorios de dulces, galletas u otros alimentos. Así como comida escondida o que desaparece de las áreas comunes. Junto a eso se observará una relación compleja con la comida, como irritabilidad o nunca dejar de tener hambre.
Los desórdenes de la alimentación son condiciones de salud mental muy complejos que afectan a millones de personas (5 de cada 100, en América) de todas las edades, con especial énfasis en niñas desde los 13 años. Dentro de todos estos, los más prevalentes en todo el continente americano son la bulimia y el trastorno por atracón. Para poder entenderlos en profundidad, Vida y Salud conversó con la nutricionista clínica y máster en trastornos de conducta alimentaria Andrea Nájera, del Centro de Recuperación Emocional y Nutricional (CREN) y con Florencia Escande, nutricionista especializada en trastornos de la conducta alimentaria, del centro Nutrir da Vida.
¿Qué es la bulimia y el trastorno por atracón? ¿Qué tienen en común?
Andrea Nájera (AN): Los trastornos de la alimentación son problemas mentales. Estos están descritos, son reales. Específicamente son trastornos neuroendocrinos y psiquiátricos. En el caso de la bulimia y el trastorno por atracón vamos a tener una desconexión del uso de la comida. Específicamente, las personas afectadas pierden el control y comen compulsivamente, seguido de sensaciones de culpa, enojo, asco, miedo o tristeza. Aunque esto puede variar, generalmente definimos que hay un trastorno si hay 3 episodios de atracón o purga a la semana durante por lo menos 3 meses.
La gran diferencia entre ambos trastornos es que en la bulimia, luego del atracón, aparecerán acciones compensatorias, como puede ser buscar eliminar los alimentos consumidos (purga) o dañar el cuerpo en forma de castigo. Lo que en el trastorno por atracón no se observa.
¿Hay restricción en estos trastornos? y ¿cómo se define un atracón?
Florencia Escande (FE): Sí, similar a la anorexia, observaremos en la bulimia y el trastorno por atracón un periodo de restricción. Aunque debido a que las fases son cíclicas, veremos sobrepeso y obesidad. Sin embargo, similar a la anorexia, vamos a encontrar una persona muy desnutrida.
Ahora, en relación al atracón los podemos definir de dos formas:
- El atracón objetivo: Donde realmente hay una pérdida de control y el consumo es excesivo si lo comparamos con una circunstancia similar en relación a la cantidad consumida y el tiempo que le tomó consumirlo.
- El subjetivo: En este caso el o la paciente cree haber tenido un atracón, pero en realidad simplemente tuvo una ingesta ‘normal’ o esperable según el contexto. Un ejemplo es repetir pastel en un cumpleaños o comer 5 trozos de pizza porque tenía hambre.
Hay casos donde con un paquete de galletas se tiene la pérdida de control. Por ello es muy importante nunca minimizar, juzgar o invalidar. Es importante recordar que la comida es la punta del iceberg, debajo hay un montón de cuestiones de índole psíquica. Por eso siempre se trabaja interdisciplinariamente (de esto hablaremos en el próximo artículo).
¿Hay consecuencias en las personas con estos trastornos?
AN: Sí, los tendremos en ambos. En el caso de la bulimia, veremos, por las purgas:
- Desnivel de electrolitos.
- Problemas estomacales.
- Cambios en la forma en que se digieren los alimentos.
- Daños en la tráquea y en los dientes.
En ambos casos, debido a la gran desnutrición, tendremos problemas óseos, neurológicos, endocrinos, cardiovasculares e inmunológicos. La propia obesidad y sobrepeso tendrán efectos en la salud y, además, se debe considerar el ámbito mental donde hay ansiedad generalizada y episodios depresivos. Como se puede ver, todos los sistemas tendrán algún grado de deterioro.
Por último, en la bulimia se observa mucho que el placer no está en sentirse lleno o el sabor de los alimentos, sino en la sensación que produce liberarse, de sacar los alimentos, sentirse vacío. Inclusive muchos psiquiatras deben ayudar a disminuir los niveles de dopamina que se les genera a la hora de realizar las acciones purgativas.
¿Cómo poder reconocer si un niño o niña puede estar con un trastorno, o que lo tendrá?
FE: Primero que todo, los dos rasgos centrales que definen los trastornos por alimentación son la preocupación excesiva por el peso y la figura. Aunque es común en Latinoamérica que existan presiones externas, en el momento que se torna excesivo, un bucle constante y no haya otra preocupación en su vida, estaremos viendo indicios de un trastorno.
En la bulimia y el trastorno por atracón un síntoma inicial que pueden observar los cuidadores son paquetes de galletas, caramelos o golosinas en la habitación. Comida escondida en los cajones o, que desaparezca del refri o alacena comida que era para toda la familia y nadie sabe que pasó. Pueden ser personas con irritabilidad en relación a la comida, que sean voraces al comer y nunca pierdan el hambre. Todo esto abre el espacio para fomentar la conversación y entender que les sucede, pero no desde el juicio. Hay que preguntar empáticamente cómo se sienten y qué está pasando.
En el siguiente artículo hablaremos del efecto de las redes sociales en el tratamiento profesional y que podemos hacer como padres.
Por Carlos Diego Ibáñez
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