Un estudio reciente ha encontrado que la mayoría de los pacientes con enfermedad coronaria grave no ha sido capaz de cambiar de hábitos para recuperarse. No seas parte de esta tendencia. Descubre qué puedes hacer para mantener la buena salud del corazón ¡Tú puedes lograrlo!
¿Conoces ese refrán que dice que “el hombre -y la mujer- es un animal de costumbres”? Pues tiene mucho de cierto. Hacer dieta, dejar de fumar, comenzar una rutina de actividades físicas…son buenas ideas, frecuentemente difíciles de adoptar. Piensa cuánto nos cuesta a veces cambiar de hábitos, hasta cuando sabemos que se trata de cambios que pueden ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida. Inclusive cuando debemos hacerlo porque alguna enfermedad o condición de salud nos amenaza, parece que hay ciertas conductas que son imposibles de modificar.
Tanto es así, que un estudio desarrollado por unos investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), en España, ha encontrado que, en un año, la mayoría de los pacientes diabéticos sometidos a distintos tratamientos para controlar su enfermedad del corazón no fueron capaces de regular los cuatro factores de riesgo más importantes: el colesterol elevado, la presión alta, el nivel de azúcar en la sangre y el tabaquismo.
Para llegar a esos resultados, que fueron publicados en el medio especializado Journal of the American College of Cardiology, los científicos evaluaron los datos de más de cinco mil pacientes diabéticos que tenían que seguir distintos tratamientos para controlar su enfermedad coronaria, principalmente a través de medicamentos agresivos o de cirugía.
¿Qué encontraron? Que apenas un 16 por ciento de los pacientes consiguieron controlar los cuatro factores de riesgo, luego de un año de haber sido tratados de su enfermedad. Como estos pacientes también participaban en otros tres estudios de seguimiento, estaban mucho más controlados que el resto de la población. Por eso los investigadores consideran que posiblemente la adopción de conductas saludables sea aún menor en el resto de los enfermos.
Esta cifra es muy preocupante ya que la enfermedad coronaria es la causa principal de muerte entre los hombres y las mujeres en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, en el año 2008, las personas con enfermedad coronaria superaron los 17 millones de personas, ¡y esa cifra iba en aumento!
Lo bueno es que tú puedes hacer mucho para prevenir la aparición de la enfermedad de las arterias del corazón, que se produce por la acumulación de depósitos de grasa, colesterol, calcio y otras sustancias que se convierten en una placa que se va acumulando en las paredes de las arterias que nutren al corazón. Son las arterias por donde circula la sangre, si se obstruyen (tapan) se desarrolla un ataque al corazón o un infarto cardíaco. Esta acumulación se denomina ateroesclerosis, y si ya la tienes es posible controlarla y eliminarla pero no por arte de magia.
¿Cómo? Siguiendo una rutina de ejercicios y una dieta saludable, que incluya frutas, verduras, granos integrales, alimentos con proteínas; limitando tu consumo de sal y las grasas en general, pero en especial, las grasas saturadas y las grasas trans y seleccionando los alimentos con grasas saludables (como las que contienen ácidos grasos omega 3). Además, es probable que necesites tomar algunas medicinas, como te indique tu médico, sobre todo al inicio del tratamiento.
La única advertencia que no debes pasar por alto es que, cuando tienes una enfermedad coronaria, estos cambios deben ser radicales y constantes, lo cual puede ser difícil pero no imposible. Piensa que si hubo un 16 por ciento de pacientes que lo ha logrado en un estudio, pues eso indica que todos tenemos la capacidad para hacerlo y tú también puedes ser uno de ellos.
¡Anímate! No te dejes vencer por ni por la pereza, ni la depresión. Cambiar de hábitos no tiene por qué ser tan complicado como parece. Una buena idea es tomarlo como un desafío y un proceso de descubrimiento, en el que lentamente y casi sin darte cuenta irás ganando bienestar, salud y años de vida.
Y si no puedes hacerlo solo, que no te de pena y no te esperes, pide apoyo y asesoramiento tanto profesional como de quienes te rodean. El apoyo de tus familiares y de tus amigos puede ser de gran ayuda cuando se trata de lograr tus objetivos y de mantener tu corazón sano.
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