El cáncer de mama o cáncer del seno se refiere al crecimiento descontrolado de células anormales en los senos. El cáncer de mama es el cáncer que más afecta a las mujeres en el mundo — es aproximadamente 100 veces más frecuente en ellas que en los hombres, pero los hombres lo pueden desarrollar.
Cuando las células cancerosas se empiezan multiplicar dentro de los senos, inicialmente se forman pequeñas protuberancias o tumores que se pueden ver en algunos estudios médicos (como la mamografía) o que se pueden sentir a través de la piel cuando son más grandes. Pero estas protuberancias no siempre son cancerosas. Hay tumores o quistes benignos y otros malignos o cancerosos. Si el tumor es maligno, las células cancerosas podrían esparcirse a otras partes del cuerpo, ya sea a los tejidos que rodean los senos o a otros órganos del cuerpo. A esto se le llama metástasis.
Algunos síntomas del cáncer de mama son:
- Un bulto o engrosamiento en el pecho o debajo del brazo
- Secreción del pezón de un líquido claro o con sangre
- Costras o escamas en el pezón
- Un pezón invertido
- Hinchazón o enrojecimiento del seno
- “Piel de naranja” en el seno
- Cambios en la forma o posición del seno – por ejemplo, uno podría estar más alto que el otro.
- Una llaga o úlcera que no cicatriza en la piel del seno
Hay formas de tratar exitosamente el cáncer de mama y de controlar su crecimiento. Pero se ha comprobado que los resultados del tratamiento son mejores entre más temprano se detecte, especialmente antes de que se esparza.
¡Mantente alerta! Visita a tu ginecólogo y hazte el autoexamen de los senos regularmente. Y si tienes más de 40 años, hazte una mamografía como te lo indique tu médico de acuerdo a tus factores de riesgo.
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Imagen: ©iStockphoto / Taras Grebinets