El cérvix, también llamado el cuello del útero o el cuello de la matriz, es la entrada al útero. Tiene la forma de una dona. El cáncer cervical puede crecer muy lentamente sin síntomas durante 2 a 10 años. Posteriormente puede llegar a invadir el útero, la vagina, la vejiga y el recto. Una vez que empieza a diseminarse, se puede notar una secreción transparente de la vagina que podría contener un poco de sangre, sangrado después de las relaciones sexuales o sangrados irregulares. Avísale a tu médico si tienes dolor abdominal, pérdida inexplicable de peso, flujo vaginal anormal, manchas de sangre o sangrado cuando no te toca, o dolor o sangrado durante las relaciones sexuales.
Casi todos los cánceres del cuello de la matriz son causados por el virus del papiloma humano o VPH. Se detectan durante la visita al ginecólogo mediante la prueba del Papanicolau. Si el cultivo mostrara alguna anormalidad, el médico pedirá más exámenes para descartar otras condiciones y poder hacer el diagnóstico definitivo. El tratamiento depende de la etapa en la que se encuentra el cáncer. Puede incluir una cirugía para extirpar el útero y el cérvix y, en casos más avanzados, los ovarios. Esta cirugía se llama histerectomía. También se podrían recomendar radiación o quimioterapia. Se debe de tratar, ya que las etapas más avanzadas pueden llevar a la muerte.
La vacuna contra el VPH protege contra las principales cepas del virus que causan el cáncer del cérvix. Se recomienda que las niñas se pongan 3 dosis en un periodo de 6 meses antes de que vuelvan sexualmente activas. También se recomienda para las adolescentes y mujeres jóvenes hasta los 26 años de edad. También se recomienda practicar sexo seguro para evitar la infección y dejar de fumar.
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