Es tiempo de fiestas y todos se reúnen a celebrar. Pero todo se ve distinto para ti desde que sabes que tienes cáncer. Posiblemente sientas que no hay ningún motivo para estar feliz e incluso, tal vez tengas ganas de llorar. A mucha gente le pasa lo mismo que a ti. Por eso, aquí te damos algunas sugerencias para pasar un fin de año rodeado de afecto, que te permita renovar tus energías y empezar el 2013 con más fuerzas para enfrentar los próximos desafíos.
“Me da rabia que todo el tiempo me acerquen el vaso sonrientes y me miren con compasión, como si estas fueran las últimas fiestas que voy a pasar con ellos”, me dijo la semana pasada un paciente que está combatiendo un cáncer. En el polo opuesto, otra paciente no paraba de llorar en el consultorio, pues sentía que todos estaban demasiado ocupados pensando en las fiestas y nadie se preocupaba por su enfermedad. Luego de la consulta, su esposo, muy apenado, me confesó que ya no sabía qué hacer para levantarle el ánimo: si le sugería acompañarla para ir a comprar los regalos, lloraba, pero si iba solo a comprarlos, también; y si le preguntaba por el menú para el día de Navidad se ponía muy nerviosa, pero si le decía que no se preocupe porque él se ocuparía de todo, entonces se enojaba porque se sentía que la dejaban a un lado.
Este tipo de situaciones son habituales en las personas que tienen que combatir el cáncer. Tan sólo recibir la noticia puede hacer que tu forma de ver el mundo cambie para siempre (aunque luego lo superes y sólo tengas que volver al médico para los controles). Y si estás en medio del tratamiento, es más posible aún que tengas sentimientos encontrados.
Las fiestas de fin de año reúnen a familiares y amigos para celebrar y pasar buenos momentos, pero también son un momento sensible y de reflexión. Por eso, cuando estás combatiendo el cáncer, pueden ayudarte a olvidar un poco los medicamentos, los temores y por qué no, hasta los dolores. Pero no todos logran pasarla bien, al contrario, es como si la risa los devolviera al llanto. Entonces, ¿qué puedes hacer para que estas fiestas no se vuelvan algo deprimente para ti ni para quienes te rodean?
Antes que nada: no te des por vencido(a). Recuerda que tienes la fuerza que necesitas para superar esta enfermedad y que te mereces pasar buenos momentos con tus seres queridos (y no sólo en estas fiestas, ¡siempre!). Pero ten en cuenta lo siguiente:
1. No te presiones por estar feliz ni ocultes tus sentimientos. Si quieres reír a carcajadas, déjalas salir. Pero si, por el contrario, quieres llorar y te emocionas por algo, pues no te reprimas. A veces las lágrimas pueden ser reparadoras y quienes te quieren lo van a entender.
2. No te descuides. Liberar tus sentimientos no significa descuidar tu cuerpo. No te excedas con las comidas y recuerda hacer ejercicios físicos, dentro de tus posibilidades, ya que siempre son buenos para ayudarte a reducir las tensiones y a descansar mejor.
3. Date gustos y mímate. Por ejemplo, puedes ir a una sesión de masajes, tomar baños calientes, comer algo rico de lo que te estés privando (sin descontrolarte, claro) o comprarte un DVD, un libro, ropa o eso que tanto quieres y siempre postergas.
4. Pide ayuda. Preparar la casa, la comida y todo lo que eso implica requiere muchas energías que tal vez no tengas. Antes de que te sientas mal o te canses mucho, pide ayuda para organizar los encuentros. Esto es, además, una oportunidad genial para compartir nuevas tareas y festejar de un modo distinto.
5. Piensa en cómo quieres festejar este año. Tal vez quieras hacer algo distinto o quizás prefieras celebrarlo como lo haces tradicionalmente. Lo que te haga mejor siempre va a estar bien, así que habla con tus familiares y amigos sobre este tema y decidan juntos.
6. Aprende a decir que no. Si recibes muchas invitaciones y no estas de ánimo, pues simplemente di que no te sientes bien para participar. Tampoco te obligues a pasarla bien, pues quienes te quieren entenderán y respetarán tus decisiones.
7. Evita el exceso de alcohol. La bebida puede afectar tu estado de ánimo y hacer que te deprimas.
8. Comparte tus sensaciones y dialoga con quienes te sientas más en confianza. Quienes te rodean, sobre todo las personas más cercanas, están atravesando la enfermedad contigo y seguramente quieren verte bien pero no saben cómo ayudarte.
Y si todas estas sugerencias no son suficientes, no te des por vencido(a) y busca en el área en donde vives grupos de ayuda, de personas que estén pasando por tu misma situación, que puedan compartir contigo sus sentimientos y los métodos que cada uno encuentra para sobrellevar la enfermedad, en estas fiestas, y durante todo el año. Te deseamos de todo corazón que muy pronto te sientas mucho, pero mucho mejor.
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