Si bien el cáncer del esófago puede desarrollarse en cualquier persona, no es un secreto que existen condiciones que pueden aumentar tu riesgo o tu predisposición. El cáncer del esófago está aumentando en varios países del mundo y sus causas parecen estar ligadas al estilo de vida: el abusar del alcohol y del tabaco, así como el no llevar una dieta sana, pueden contribuir al desarrollo del cáncer de esófago.
Cuando estamos comiendo, casi nunca pensamos en lo que está haciendo nuestro cuerpo para que podamos tragar los alimentos y digerirlos. Bocado tras bocado, mientras que charlamos y compartimos con la familia, el cuerpo está trabajando en silencio para que nos podamos alimentar. Los alimentos llegan al estómago, y sin embargo, pocas veces nos preguntamos cómo. Pues gracias al esófago, un tubo muscular que se ubica en la parte media del tórax (a la mitad del pecho), es que podemos iniciar el proceso de la digestión. El esófago, ese tubo que se extiende desde la faringe (empezando en la boca) hasta el estómago, juega un rol importantísimo en la digestión.
Pero lamentablemente, como muchos otros órganos del cuerpo, el esófago también puede ser blanco del cáncer, o sea, por alguna razón las células en el esófago también pueden tener cambios en el núcleo de sus células que hacen que se multipliquen de una forma anormal y descontrolada.
Estas células anormales forman el tumor maligno o cáncer que crece y puede ir invadiendo primero a los tejidos vecinos y después puede diseminarse a otras partes del cuerpo.
Hay varios tipos de cáncer del esófago o cáncer esofágico, los dos más comunes son:
- Adenocarcinoma ( los cánceres que surgen de las células glandulares, que producen mucosidad u otras substancias, que tienden a localizarse en la parte inferior del esófago).
- Carcinoma de células escamosas (los que se originan de las células planas que recubren al esófago, son células epiteliales. Estos tumores tienden a localizarse en la parte media del esófago).
Si bien el cáncer del esófago no es el más común en los Estados Unidos, sí está en aumento en otros países del mundo. Pero lo que más llama la atención sobre este tipo de cáncer, que frecuentemente se ignora, es que puede prevenirse con un simple ajuste en el estilo de vida. Por cierto, de los dos tipos de cáncer del esófago, el adenocarcinoma es el que se ve más comúnmente en Estados Unidos, mientras que el carcinoma de células escamosas es el que tiende a ser más frecuente en el resto del mundo.
Aunque es un hecho que los hombres mayores de 50 años y de raza negra son los que tienen mayor predisposición para desarrollarlo, el cáncer del esófago le puede suceder a cualquiera e incluyen factores de riesgo que está en tus manos controlar como el abuso del tabaco, del alcohol y la obesidad.
¿Quieres conocer cuáles son los factores de riesgo del cáncer del esófago que tú puedes prevenir? Presta atención a esta lista:
- Fumar
- Beber alcohol en exceso
- Masticar tabaco
- Comer pocas frutas y verduras como parte de la dieta diaria (se recomiendan 5 porciones al día).
- Beber líquidos demasiado calientes
- Ser obeso(a)
Si revisas la lista y ves que tu estilo de vida tiene algunos factores que te ponen en riesgo, es hora de que empieces a cambiar tus hábitos por unos más saludables. ¿No crees que vale la pena? Dejar de fumar, beber alcohol en moderación o eliminarlo del todo, comer sanamente y hacer ejercicio para mantener un peso sano no sólo te ayudarán a prevenir el cáncer del esófago, sino un sinnúmero de condiciones graves como enfermedades del corazón y diabetes.
Y si bien estos factores de riesgo se pueden controlar, existen otros como el reflujo del ácido del estómago (ERGE), que cuando no se controla o es crónico (se tiene tres veces a la semana en promedio o más) y dura varias semanas o meses, puede llegar a causar lo que se conoce como el llamado esófago de Barrett. Esta condición causa cambios precancerosos en las células del esófago que pueden volverse cancerosos. El haber recibido radiación en el tórax, aunque depende de otras circunstancias también debe de monitorearse, ya que también aumenta el riego de desarrollar cáncer del esófago. Si tienes estos síntomas o has recibido tratamiento, debes estar bajo supervisión médica por un especialista (el gastroenterólogo). Además, cabe mencionar que el cáncer del esófago, como otros tipos de cáncer, también tiene un componente genético.
Por eso en cualquier caso, debes mantener los ojos bien abiertos ante la aparición de síntomas como:
- Perder peso sin proponértelo
- Dificultad y dolor al tragar y/o
- Dolor en el pecho
No dudes en consultar a tu médico de inmediato.
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