Aun cuando pierdas el cabello durante el tratamiento del cáncer, puedes verte y sentirte atractiva. ¡Explora las alternativas!
Perder el cabello debido a la quimioterapia o la radiación (cuando se aplica en un área de la cabeza) es uno de los efectos secundarios del tratamiento del cáncer que más impacto tiene en la vida y autoestima del paciente, ya que representa un cambio radical en su imagen. Sin embargo, hay formas de sustituir el cabello natural, con pelucas, sombreros, y pañuelos, pañoletas o mascadas. Un poco de creatividad y un buen cuidado del cuero cabelludo te harán sentir atractiva hasta que recuperes tu cabello y puedas concentrar tu energía en lo que realmente importa: tu tratamiento y tu recuperación.
A las dos semanas después de comenzar su tratamiento de quimioterapia, Elena comenzó a experimentar lo que le había anticipado su oncólogo con la precisión de un reloj. Primero su cabello perdió volumen y se veía sin vida y el cuero cabelludo comenzó a dolerle. Luego, la almohada se fue llenando de hebras que se fueron convirtiendo en mechones que perdía al dormir y seguía cayendo al lavarse la cabeza, o cepillarse el cabello. Al cabo de unos días, para no prolongar la molestia, le pidió a su peluquera que le rasurara el cabello que aún le quedaba. Pero ya para entonces estaba preparada con pañuelos de distintos colores, una peluca muy similar a su cabello y su peinado anterior y hasta turbantes de algodón que adquirió siguiendo los consejos de otra paciente a quien conoció durante el tratamiento y quien los usaba continuamente para proteger el cuero cabelludo y sentirse cómoda, embelleciéndolos durante sus salidas con pañuelos y cintillos, o usándolos de base bajo un gorro o un sombrero.
¿Por qué se pierde el cabello?
Los medicamentos que se utilizan en la quimioterapia son drogas potentes que atacan a las células cancerosas que se dividen y crecen con rapidez. Desafortunadamente, también atacan a otras células sanas en el organismo de crecimiento rápido, como las de los folículos del cabello (la raíz del cabello). Por esa misma razón, la quimioterapia también afecta a otras células que se dividen más rápidamente que las demás, como las que forman el tejido que recubre la boca o el estómago. Por suerte, las células sanas se recuperan después de que termina el tratamiento y estos efectos secundarios son solamente temporales.
Si vas a comenzar el tratamiento de quimioterapia, o de radiación en la cabeza, lo que podrías esperar es lo siguiente:
- Algunos medicamentos que se usan durante la quimioterapia producen la pérdida total del cabello. Otros solamente lo debilitan. Todo depende del medicamento, la dosis que se emplea y cuánto dura el tratamiento. Tu oncólogo o su enfermera podrán darte detalles más precisos según tu caso específico para que sepas exactamente lo que podría suceder.
- La pérdida del cabello suele empezar a las dos semanas de del primer ciclo de quimioterapia, aunque puede retrasarse un poco más.
- El cabello puede perderse lentamente o de forma repentina y a menudo se pierde en mechones en áreas dispersas, no de forma pareja.
- No solamente se cae el cabello. Es normal perder pelo en otras partes del cuerpo (cejas, pestañas, axilas, brazos, piernas, el área del pubis y el rostro en el caso de los hombres).
- El cuero cabelludo se sentirá mucho más sensible al tacto y a los cambios de temperatura y puede doler durante y después de la caída del cabello.
- La pérdida del cabello y del vello corporal, cuando es progresiva, puede prolongarse durante todo del tratamiento y hasta un poco después. Y aunque no se pierda del todo, el restante se debilitará.
- Cuando crezca de nuevo, puede tener un color y una textura diferente al anterior, más crespo o encanecido hasta que las células que controlan la pigmentación del cabello comiencen a funcionar normalmente de nuevo. Puede reaparecer de 3 a 6 meses después de que termines la quimioterapia o la radiación, o puede comenzar a crecer mientras todavía estés en tratamiento.
Durante años se ha utilizado un método para reducir, en lo posible, la pérdida del cabello durante la quimioterapia, conocido como crioterapia o hipotermia del cuero cabelludo y que consiste en la aplicación de bandas heladas o bolsas de hielo sobre la cabeza para evitar el flujo sanguíneo a esa área durante el tratamiento. Algunos estudios han encontrado que el método funciona, en algún grado, en la mayoría de las personas que lo han intentado. Sin embargo, el método impide que los medicamentos que se usan en la quimioterapia tengan un efecto completo en esa área del cuerpo y por lo tanto existe un riesgo de que el cáncer reaparezca allí. También debes tener en cuenta que quienes lo han usado han reportado sentirse incómodos con el frío y han sufrido dolores de cabeza.
Cómo cuidar el cabello que no se cae totalmente
Muchas personas no pierden el cabello, pierden muy poco o simplemente se les debilita. Es hora de cuidarlo y mimarlo lo más posible. La Sociedad Americana del Cáncer (American Cancer Society) recomienda lo siguiente:
- Usa champús suaves (una buena idea es usar uno para bebés) y cepillos de cerdas flexibles y también muy suaves.
- Evita usar secadoras de pelo, pero si la usas, ajusta la temperatura al nivel más bajo posible.
- Tampoco se deben usar rolos (tubos) con cerdas para amoldar el cabello o rolos eléctricos para que no dañen ni al cabello ni al cuero cabelludo.
- Evita tintes (colorantes), permanentes o cualquier tratamiento químico en el cabello.
- Córtate el cabello para que éste parezca más grueso y con mayor volumen. El cabello corto también te hará más llevadero el proceso de irlo perdiendo poco a poco e incluso se notará menos.
Si lo pierdes todo, ¡a cuidar tu cuero cabelludo!
- Un turbante o gorro, de preferencia de algodón, te ayudará a mantenerlo protegido tanto de los rayos del sol en un clima cálido, como en el invierno.
- No te olvides de aplicarte protector solar si sales a la intemperie con la cabeza descubierta.
- Usa un champú o un jabón suave para mantenerlo limpio.
- Procura que la funda de tu almohada sea lo más suave posible. Las de satín son una buena opción y son más cómodas que las de algodón porque causan menos fricción.
- El cabello actúa como un regulador de la temperatura, así que evita permanecer en lugares con temperaturas extremas, ya sean muy bajas o altas, ya que el cuero cabelludo estará más sensible. Después que pierdes el cabello, a menudo sentirás frío: cúbrete con un turbante o un gorro de algodón.
Usa la creatividad para disimular la pérdida del cabello
Hay pacientes que con mucha valentía y personalidad exhiben su cabeza lisa o rapada, ya sean hombres o mujeres. Es una opción como cualquier otra y es algo muy personal. Otros prefieren cubrirla con sombreros o gorras. Sin duda, las mujeres tienen más opciones: pueden usar pelucas, pañuelos y turbantes, variando de peinado y hasta de color de cabello para verse y sentirse mejor aun cuando el tratamiento les resulte difícil.
Si eliges una peluca:
- El mejor momento para buscarla es antes de comenzar el tratamiento. No sólo tendrás más energía para salir de compras, sino que podrás buscar una lo más cercana posible a tu color y estilo acostumbrado, si quieres que la pérdida del cabello se note lo menos posible.
- Si no te es posible, guarda una porción de tu cabello para encontrar el color más cercano al tuyo más adelante.
- Hay pacientes que, por el contrario, prefieren algo novedoso y diferente. Si quieres explorar un corte o color de cabello nuevos, ¡aprovecha la oportunidad! Sea cual sea el estilo o el color, lo importante es que te quede cómoda, que te favorezca y que no te lastime el cuero cabelludo.
- Pide a tu oncólogo que te de una receta para la peluca (en la que se refiera a ésta como una prótesis craneana). Si tienes seguro médico, quizás tu compañía de seguros cubra el costo de la misma, ya sea total, o parcialmente. El programa de salud estadounidense conocido como Medicare no cubre el costo de las pelucas, pero quizás puedas deducirlo de tu declaración de impuestos como un gasto médico. Consulta con tu contador.
- Las pelucas hechas con pelo natural son más costosas que las sintéticas y más difíciles de mantener. Actualmente existen pelucas sintéticas muy económicas y con una textura y apariencia completamente naturales. Decide de acuerdo a tus preferencias y a tu presupuesto.
- Las pelucas sintéticas, no se pueden teñir y hay que lavarlas con un champú especial para pelucas. Para evitar que la goma de la peluca se derrita accidentalmente, lávala con agua fría y evita usar la secadora de pelo con una temperatura alta. Si la usas dentro de la casa, ten cuidado de no acercarte mucho a los quemadores en la cocina, y abre la puerta del horno caliente o de la secadora de la ropa con cuidado.
- Averigua si existe en tu comunidad algún grupo, como la Sociedad Americana del Cáncer (American Cancer Society), que patrocine un banco de pelucas (“wig bank” en inglés), en las que prestan o donan las pelucas. Pregúntale a tu doctor, enfermera o en el centro médico al que asistes si pueden darte información sobre programas de este tipo para pacientes de cáncer.
Otras opciones:
Las cintas, los prendedores y los pañuelos te servirán para variar y complementar a tu peluca o a un sencillo turbante. También puedes explorar las distintas formas de anudar un pañuelo en la cabeza: busca en el Internet y encontrarás sugerencias y explicaciones paso a paso. Prueba una diferente cada día. Es importante que los pañuelos sean suaves, de preferencia de algodón, que permitan que la piel respire y no te causen ni irritación ni alergias.
Si estás en tratamiento o vas a comenzarlo, estás pasando por uno de los momentos más difíciles de tu vida. Pero eso no significa que tienes que descuidar tu apariencia ni que debas perder la alegría de vivir. El cabello que se te ha caído o se te caerá, lo vas a recuperar muy pronto. Mientras tanto, explora las opciones a tu alcance y elige la que más te convenga y vaya con tu estilo. Quizás hasta te diviertas en el proceso descubriendo facetas de tu personalidad que desconocías, como exhibir tu cabeza lisa sin complejos o luciendo una despampanante peluca como toda una diva. Quienes te quieren bien, te verán siempre preciosa, como realmente eres. ¡Adelante!
Publicación original: 2014
Ultima revisión: 2020
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