Si te han diagnosticado cáncer y estás en espera de recibir quimioterapia o radiaciones, ve sin demora al dentista. Cualquier problema en tus dientes o en tus encías puede agravarse y hasta reducir la efectividad del tratamiento.
Aunque Elena sabía que tenía problemas con su dentadura y con sus encías, se sorprendió cuando el oncólogo le dijo que debía ir a su dentista antes de empezar las radiaciones para combatir un cáncer oral. El dentista le recomendó que se extrajera algunos dientes, afectados por la infección y la pérdida de hueso de las encías, antes de empezar el tratamiento para que tuviera tiempo de sanarse, ya que las radiaciones agravarían el problema. Si esperaba a terminar el tratamiento, se arriesgaría a no sanar bien y a que se presentara osteonecrosis (muerte del hueso) en la boca.
De acuerdo con el National Cancer Institute, el tratar las infecciones de los dientes y las encías antes de la terapia y durante la misma, reduce la severidad y la frecuencia de las complicaciones que se pueden presentar. Estas complicaciones van desde problemas con dificultad para que el hueso o las encías sanen correctamente después de la radiación, hasta infecciones orales (en la boca) por bacterias que se extienden al resto del cuerpo, debido al debilitamiento del sistema inmunológico (el sistema de defensa) producido por la quimioterapia.
Además, las radiaciones en el área de la cabeza y el cuello pueden causar resequedad severa en la boca, con lo que se pierde el efecto protector de la saliva. Eso da lugar a que se empeoren las caries y a que se dañen los minúsculos vasos sanguíneos del hueso, que ayudan a que éste sane. Los gels, los atomizadores y los enjuagues bucales ayudan a mantener la humedad de la boca, pero no contienen los anticuerpos de la saliva.
La decisión de extraer los dientes o de no hacerlo antes de la radiación depende de la salud de los dientes, y de la condición del hueso y de las encías alrededor. También tiene que ver la cantidad de radiación que va a recibir el área alrededor del diente. La salud bucal es importante, porque la boca tiene una gran cantidad de bacterias, y si no la cuidas, corres el riesgo de que esas bacterias pasen al torrente sanguíneo.
Por eso se recomienda que todos los pacientes con cáncer se hagan examinar la boca al menos dos semanas antes de empezar el tratamiento. El chequeo comprende no sólo el examen de rayos X de los dientes, sino una revisión completa de las encías y el tratamiento de cualquier área irritada, como dientes partidos o infecciones crónicas.
Después de la quimioterapia o la radiación, es más difícil tratar esos problemas y los riesgos de desarrollar otras complicaciones aumentan. Los pacientes que tienen su sistema inmunológico debilitado pueden desarrollar infecciones, esto puede demorar el tratamiento contra el cáncer o hacer que se tenga que reducir la dosis de radiación que se de, lo que puede afectar las posibilidades de supervivencia. Lo ideal es que los problemas bucales sanen antes de empezar el tratamiento. Pero si es necesario realizar un tratamiento dental durante un ciclo de quimioterapia, es especialmente importante que haya coordinación entre el oncólogo y el dentista, quienes deben trabajar en equipo.
Los siguientes consejos te ayudarán a cuidar y a proteger tu dentadura antes y durante el tratamiento contra el cáncer:
- Haz una cita con tu dentista al menos dos semanas antes de empezar el tratamiento de quimioterapia o radiación.
- Pregúntale al oncólogo si debes de recibir tratamiento para el problema bucal que tienes antes de empezar la terapia.
- Infórmale a tu dentista sobre tu tratamiento contra el cáncer. Si necesitas tratamiento dental durante la terapia, asegúrate de que tu dentista y tu oncólogo se mantengan en comunicación. El tratamiento dental debe llevarse a cabo cuando la cuenta de tus glóbulos blancos está elevado, para prevenir infecciones.
- Pregúntale al oncólogo qué efectos secundarios puedes esperar del tratamiento contra el cáncer. Si es necesario, el oncólogo puede recetarte algún medicamento para estimular la producción de saliva, o un antiséptico que te ayude a manejar los efectos secundarios de la terapia.
Recuerda que tu salud bucal es parte de la salud de tu organismo. Si conservas sanos tus dientes y tus encías, no sólo contribuyes a que las terapias contra el cáncer sean más efectivas, sino que ayudas también a tu bienestar general después de que termine el tratamiento.
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