El sangrado vaginal después de una relación sexual es bastante común: aproximadamente 1 de cada 20 mujeres lo experimentan. Las relaciones muy intensas, el exceso de fricción o la falta de lubricación son causas frecuentes que no representan un problema de salud serio.
Pero hay otras que sí son peligrosas y que requieren atención y tratamiento médico inmediato. Estas incluyen: una enfermedad de transmisión sexual (ETS) como la gonorrea o la clamidia; vaginitis, cervicitis, enfermedad pélvica inflamatoria, endometriosis y cáncer cervical. No te quedes con la duda si ves sangre después de una relación sexual y esto se repite con frecuencia. Los síntomas son precisamente señales de aviso que no debes ignorar. Haz una cita con tu ginecólogo(a) para que se establezca la causa exacta y para ponerle solución cuanto antes.