El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos insta a los médicos a no practicar cesáreas electivas
El Trastorno del Espectro Autista (o TEA) es un grupo de discapacidades del desarrollo que pueden conllevar a problemas significativos de tipo social, de comunicación y de conducta. Actualmente hay estudios que se realizan para saber si entre los numerosos factores que pueden contribuir a causar esta condición se encuentra uno relacionado al parto por cesárea. Aquí te describimos lo que dicen los estudios.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (o CDC por sus siglas en inglés) calculan que 1 de cada 88 niños ha sido identificado con este trastorno tan sólo en los Estados Unidos. Se cree que afecta aproximadamente 0,62 por ciento de los niños de todo el mundo, aunque las estimaciones de los Estados Unidos han estado más cerca de 1,5 por ciento.
De acuerdo con un estudio reciente publicado en la revista JAMA Psychiatry, los niños nacidos por cesárea eran 21 por ciento más propensos a ser diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista (o TEA), sin embargo, esta asociación no se sostiene en un análisis más detallado de unos pares de hermanos, lo que implica que quizá en las primeras pruebas intervinieron factores genéticos o ambientales desconocidos.
El doctor Ali S. Khashan, del Centro Irlandés de Investigación Traslacional Fetal y Neonatal de la Universidad de Cork, en Irlanda, incluyó en su estudio a cerca de 2,7 millones de niños, de los cuales casi el 80 por ciento había nacido por parto vaginal sin ayuda, con el 6,1 por ciento para el parto por cesárea electiva, un 6,5 por ciento por cesárea de emergencia, y el 7,3 por ciento por parto vaginal asistido (uso de fórceps o un dispositivo de vacío).
Algunas de las razones por las que se tenía la fuerte teoría de la vinculación del Trastorno del Espectro Autista (o TEA) en niños nacidos a través de cesárea, implican la exposición a determinados tipos de medicamentos de anestesia, a un parto prematuro y a los cambios dramáticos en la respuesta al estrés.
Por lo tanto, el estudio concluyó, que debido a la falta de asociación entre el nacimiento natural y por cesárea, no persistió en el análisis de control de los hermanos y no se puede concluir que existe una asociación causal. Es más probable que el nacimiento con Trastorno del Espectro Autista (o TEA) esté relacionado con algún factor genético o ambiental desconocido, que conduce a un riesgo mayor en cualquier forma de nacimiento.
Existe otro estudio presentado en el Congreso Internacional de Autismo en Melbourne, que analizó casi a 4,000 niños, encontrando que los niños autistas tienen más probabilidades de haber experimentado una amenaza de aborto antes de haber completado su formación, así como de haber experimentado angustia durante el parto. Además, las madres eran en su mayoría, de edad más avanzada, recibieron anestesia epidural, y pudieron haber tenido una cesárea por emergencia o bien, haber sido una cesárea electiva por conveniencia.
Por su parte, otros estudios realizados por investigadores suecos y estadounidenses, relacionan el autismo con dificultades obstétricas. Emma Glasson, investigadora de neurociencia clínica y psiquiátrica, dijo que la mayoría de los niños no son diagnosticados con autismo hasta la edad de tres o cuatro, por lo que se dio a la tarea de comparar los registros de nacimiento de los 465 niños diagnosticados con autismo entre 1980 y 1995 con los registros de 1.313 niños no autistas seleccionados al azar.
También analizó a 481 hermanos del grupo autista y 1634 hermanos del grupo no autista. Encontrando que en comparación con el grupo no autista, los casos de autismo experimentaron más dificultades durante el embarazo, el parto y durante el período neonatal.
La investigadora, señala que “el grupo de autismo se caracterizó por el aumento de la edad materna, haber nacido primero, una amenaza de aborto antes de las 20 semanas de gestación, sufrimiento fetal y una cesárea electiva.”
A partir de esto, determinó que el autismo, más que una causa es el resultado de las complicaciones en el parto y que la mejor explicación es que hay un componente genético significativo.
Se cree que el autismo es causado por un gran número de genes, algunos de ellos compartidos con los hermanos. Esto puede deberse a un efecto de interacción con algunos de los genes que causan problemas en el útero.
Hizo hincapié en que las mujeres que habían experimentado un parto difícil o recurrido a una cesárea, no deben sentirse culpables por contribuir de alguna manera con el autismo de su hijo, por lo que se tendrá que seguir investigando más al respecto para analizar causas probables en el genotipo subyacente o una interacción de éste con el medio ambiente.
Los resultados de los estudios realizados hasta ahora acerca de la relación entre estas dos condiciones (autismo por cesárea), si bien no son definitivos, si sugieren la necesidad de una mayor comprensión de los problemas del embarazo subyacentes que conducen a la prematuridad, bajo peso al nacer y la cesárea.
De acuerdo al pediatra Paul Wang, vicepresidente para la investigación médica de la Asociación “Hablemos de Autismo”, y especialista en el desarrollo,los estudios refuerzan lo que se sabe acerca de la relación de parto prematuro, tamaño pequeño para la edad gestacional y el mayor riesgo de problemas de desarrollo neurológico en general. La conclusión es que se debe hacer todo lo posible para apoyar a las mujeres cuando están embarazadas.
Con base en lo anterior, vemos noticias relacionadas, como la emitida por el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, acerca de las nuevas recomendaciones que instan a los médicos a no practicar cesáreas electivas. En particular, se busca desalentar a las madres primerizas a tomar este tipo de decisiones simplemente para evitar lo agotador del trabajo de parto, tratando de fomentar los beneficios de un parto natural tanto para la madre como para el niño.
Investigaciones nuevas acerca del autismo
El equipo de investigación de la Asociación Médica Americana de Psiquiatría comparó las secuencias de los genes de los miembros autistas de 13 de estas familias a las secuencias genéticas de personas de una base de datos pública. Así, encontraron cuatro posibles genes causantes y se enfocaron en uno, CTNND2, porque estaba en una región del genoma que se sabe que está vinculada con otra discapacidad intelectual.
Cuando se estudiaron los efectos en animales y en cadáveres humanos, se vio que la proteína que secreta afecta la forma en que se regulan muchos otros genes. La proteína CTNND2 se encuentra en niveles mucho más altos en los cerebros fetales que en los cerebros adultos o en otros tejidos, por lo que probablemente juega un papel clave en el desarrollo del cerebro.
Específicamente, las mutaciones en la CNNTD2 interrumpen las conexiones llamadas sinapsis que se forman entre las células cerebrales. Los resultados de este estudio se suman a la evidencia de que la función sináptica anormal puede subyacer a los defectos cognitivos en el autismo.
Aunque las variantes que causan autismo en CTNND2 son muy raras, señala el investigador Chakravarti, ofrecen una ventana a la biología general del autismo. “Para diseñar nuevas terapias, primero tenemos que entender bien cómo se produce la enfermedad. La genética es una manera fundamental de conseguirlo”, afirma.
El equipo de investigación de Chakravarti está trabajando ahora para encontrar las funciones de los otros tres genes identificados como posiblemente asociados con el autismo y planean usar el mismo principio para buscar genes de enfermedades en los estudios de cien familias similares afectadas por el autismo en el futuro. Aquí en Vida y Salud te mantendremos informado de los avances de la ciencia en el autismo y en otras condiciones de salud.
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