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  • La obesidad, un problema de salud pública a nivel mundial, ha alcanzado proporciones epidémicas debido a estilos de vida sedentarios y dietas ricas en calorías y la cirugía bariátrica emerge como una solución cada vez más relevante para abordar esta condición crónica.
  • El número de cirugías bariátricas en los Estados Unidos ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas décadas, con un aumento estimado de 8,631 en 1993 a 162,969 en 2016.
  • A pesar de avances técnicos, la intervención requiere un enfoque multidisciplinario y evaluaciones exhaustivas para garantizar resultados exitosos y minimizar riesgos.

En la actualidad, la obesidad se ha convertido en un desafío de salud pública a nivel global, afectando a millones de personas y generando una amplia gama de problemas médicos y psicosociales. Con el aumento constante de estilos de vida sedentarios y la disponibilidad de alimentos altos en calorías, la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas. En este escenario, donde las estrategias convencionales de pérdida de peso pueden ser insuficientes, la cirugía bariátrica emerge como un recurso cada vez más significativo y eficaz para combatir esta condición crónica.

Se estima que el número de cirugías bariátricas realizadas anualmente en los Estados Unidos ha experimentado un aumento relevante en las últimas décadas. Según un estudio, el número estimado de cirugías realizadas anualmente aumentó desde 8,631 en 1993 hasta 162,969 en 2016. Además, se espera que el mercado de cirugía bariátrica de los Estados Unidos alcance los USD 0.81 mil millones en 2023, con un crecimiento proyectado a una tasa compuesta anual del 5,19 %.

Según los Informes Nacionales de Estadísticas de Salud de los Estados Unidos publicados en junio de 2021, entre los adultos de 20 años o más, la prevalencia de obesidad fue del 41,9 %, la obesidad severa fue del 9,2 % y la diabetes fue del 14,8 %. Se espera que el aumento en la prevalencia de la obesidad entre la población impulse el mercado de cirugía bariátrica en los Estados Unidos.

Sin embargo, no debemos banalizar este tipo de recurso y siempre hemos de tener en cuenta que nos estamos enfrentando con una cirugía de gran impacto. “Es cierto que la cirugía bariátrica es el único tratamiento que ha demostrado que la obesidad se puede curar. Pero no solo es la técnica quirúrgica, sino que también dependen sus resultados del preoperatorio y del postoperatorio”, señala la Dra. Sonia Fernández, especialista en Cirugía Gastrointestinal Superior y Bariátrica del Hospital de Sant Pau, de Barcelona, España. Ella incide en la importancia de comprobar en todo momento si el paciente pierde peso de una forma saludable tras la intervención.

¿Para quién está indicada este tipo de cirugía?

En sus inicios, la cirugía bariátrica se reservaba para los casos más complejos de obesidad, debido a su complejidad y los riesgos que estaban asociados con este tipo de técnica. Sin embargo, la evolución sufrida en los últimos años, que ha permitido hacer estas cirugías cada vez más seguras, sumada a la evidencia de sus buenos resultados para el manejo de la obesidad, han permitido que su indicación se haya ido ampliando.

Uno de los criterios fundamentales a la hora de seleccionar que personas son las más adecuadas para estas intervenciones es lo que se conoce como índice de masa corporal o IMC. Este se calcula dividiendo el peso en kilos por la altura en metros al cuadrado de la persona. Así, alguien que pese 70 kilos y mida 165 cm, por ejemplo, tendrá un IMC de 25,71.

En la actualidad, se considera que son candidatos a una cirugía bariátrica dos grupos de personas. Por un lado, aquellas personas con un IMC mayor o igual a 30 y que tenga alguna enfermedad asociada con la obesidad, como puede ser la diabetes o la hipertensión. Por otro, personas con un IMC mayor o igual a 35 sin enfermedades asociadas. “Se ha comprobado que operar a estas personas se mejora su calidad de vida de forma significativa”, comenta la Dra. Fernández.

Una operación cada vez más sencilla, pero que sigue necesitando un buen equipo multidisciplinar

Es cierto que los avances técnicos de los últimos años han logrado que la complejidad de la cirugía bariátrica sea cada vez menor, haciendo que muchas personas hayan empezado a valorar llevar a cabo estas operaciones en destinos considerados como low cost, como puede ser Turquía. Sin embargo, los expertos señalan los riesgos que esto puede suponer y que no deja de ser necesario que estas intervenciones sean abordadas por equipos multidisciplinares. “Es preciso implicar no solo al equipo de cirugía, sino también a otros expertos como el endocrino, los psiquiatras o los nutricionistas para conseguir el resultado que de ellas se espera”, añade la experta.

La Dra. Fernández explica también como actualmente las técnicas que se emplean en estas cirugías se engloban principalmente en dos grandes grupos:

  • Técnicas restrictivas: son aquellas que reducen la capacidad del estómago generando restricción en la cantidad de alimento que se puede ingerir. La más usada actualmente es la manga gástrica.
  • Técnicas mixtas: mezclan características de las técnicas restrictivas y malabsortivas (estas últimas prácticamente abandonadas por sus malos resultados). Al igual que las restrictivas, reducen la capacidad del estómago y adicionalmente se realiza un puente desde el estómago hacia la zona distal del intestino, por lo cual la persona tiene menos capacidad gástrica y los alimentos que llegan allí pasan directamente a una zona más distal del intestino impidiendo la absorción completa de los mismos.

Consideraciones previas a la operación

Para garantizar un buen resultado de estas intervenciones, antes de llegar a la mesa de cirugías es imprescindible realizar una completa evaluación. Lo primero que se debe buscar es que no exista ninguna enfermedad que esté ocasionando la obesidad y que pueda ser tratada para reducir esta. “Además, debemos de ver si no existe ninguna enfermedad pulmonar u otro problema que pueda suponer una complicación tanto durante la realización de la cirugía como posteriormente en la recuperación”, añade la Dra. Fernández, quien explica que también es necesario una evaluación psiquiátrica para comprobar que no existen trastornos de la conducta alimentaria.

Así mismo, resulta importante además llevar a cabo un trabajo para inculcar en la persona que se somete a la cirugía hábitos de vida saludable, como una dieta correcta o la necesidad de realizar ejercicio físico. No debemos olvidar que estas cirugías son el último recurso para combatir la obesidad, pero que si existen hábitos no saludables que originaron este problema, de no corregirse pueden acabar volviendo a ocasionar la obesidad en la persona.

Cuidado con la banalización

Aunque es cierto que los avances han permitido hacer este tipo de intervenciones cada vez de una manera más mínimamente invasiva, realizando pequeñas incisiones que reducen el dolor, sigue tratándose de una cirugía mayor que conviene no tomarse a la ligera. “Se trata de un tratamiento que modifica muchos aspectos del organismo. Bien indicada y realizada por especialistas, logra importantes resultados, pero sigue entrañando diversos riesgos”, explica la experta.

“En cualquier sitio puede haber complicaciones, pero si estamos en manos de un médico en el que tenemos confianza, estas son menores que si no conocemos al especialista”, incide y añade que algunas complicaciones de esta cirugía pueden llegar a ser muy severas, pudiendo ocasionar incluso la muerte de la persona. “Pero tenemos que insistir en que en las manos adecuadas es una cirugía segura y útil para tratar la obesidad”.

 

Por Miguel Ramudo
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