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Existe un día del año que para las personas que viven en el hemisferio norte puede que les haga sentido: el blue Monday – no confundir con la canción de los 80 – (lunes deprimido). Cae el tercer lunes de enero, en la primera parte del invierno, y se supone es el día más triste del año. ¿Tendrá algo que ver con que está muy cerca del día donde hay menos horas de luz? Bueno ir al trabajo de noche y llegar a casa a oscuras, no ayuda mucho…

Antes que todo miremos algunos datos geo-astronómicos:

  • En el hemisferio norte, el verano llega el 21 de junio – el día más largo del año– y el invierno el 21 de diciembre, coincidiendo con el día más corto
  • En el hemisferio sur, bajo la línea del Ecuador, se invierte lo anterior: el día más corto es el 21 de junio y el más largo es el 21 de diciembre, al inicio del verano
  • Mientras más nos alejamos de la línea del ecuador, las noches en invierno serán muy largas. Por ejemplo, en tierra del fuego, Patagonia Argentina-Chilena, en invierno la noche dura 17 horas. Lo mismo ocurre en Anchorage, Alaska, donde la noche dura aproximadamente 19 horas
  • En la línea del ecuador, por ejemplo, en Quito, todo el año la noche dura 12 horas. Que suerte la de ellos

La oscuridad nos pone triste

Muchos estudios indican que la falta de luz solar afecta el estado anímico de algunas personas,  lo que usualmente comienza con el cambio de hora.  “Con días largos de luz, nos sentiremos activos, creativos, la luz se asocia con el bienestar general”, señala la Dra. Beth Malow, neuróloga especializada en desarrollo de la niñez. A su vez, en muchos casos el efecto no es leve, sino más bien un padecimiento que puede ser grave.

Es llamado el desorden depresivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés). De acuerdo al doctor en Psicología y medicina del comportamiento de Vita Health en New Jersey, Stuart Kurlansik, “es una combinación de perturbaciones biológicas y de estado anímico con un patrón asociado a las estaciones del año. Típicamente ocurre en otoño e invierno, desapareciendo en primavera y verano. Pero puede aparecer este desorden en otros momentos del año”. Algunas claves:

  • Es predominante en países donde hay diferencias entre las horas de luz de invierno y verano. Es decir, Estados Unidos, Canadá y México; Argentina, Chile y Uruguay
  • Ocurre en una pequeña parte de la población (2% en Estados Unidos). Aunque es normal sentirse melancólico un día de lluvia invernal, siempre es importante visitar al médico si se notan cambios en el estado de ánimo el cuerpo.
  • El SAD se asocia fuertemente con enfermedades psiquiátricas. Si hay historial, es clave tomar en consideración.
  • Los síntomas son: depresión, desolación, aislamiento social, fatiga, falta de atención y antojo o necesidad de comer alimentos dulces.
  • Para que se defina como SAD, tiene que ocurrir por dos o tres años en la misma época, sentencia el Dr. Muhammad Abbas, del centro médico de la Universidad de Jersey Shore.
  • Los tratamientos efectivos suponen tomar suplementos de Vitamina D, fototerapia (exponerse a una luz que imita la producida por el sol) y antidepresivos. Lo asocian a que con poca luz se produce menos serotonina y mucha melatonina, la ‘hormona del sueño’

La vitamina D y la Luz solar, nuestros amigos

¿Por qué la vitamina D y la fototerapia funcionan? Porque nuestro cuerpo necesita del sol, en primer caso para producir Vitamina D, clave para nuestro cuerpo y es producido en nuestra piel con la ayuda del sol (aunque podemos tomarlo en suplementos, en algunos países, como Finlandia, lo hacen); y en segundo, dado que la luz tiene un efecto en nuestro ciclo circadiano, regulando los momentos donde estamos atentos, con sueño y con hambre.

La Vitamina D está generalmente asociada con la acumulación de calcio en los huesos y la construcción de los músculos. Pero su falta puede traer otras complicaciones, aumentando el riesgo de:

  • Cáncer
  • Enfermedades autoinmunes
  • Hipertensión
  • Enfermedades neurocognitivas, como la demencia
  • No poder combatir infecciones
  • Dificultades en el crecimiento y unión de los huesos, en niños

Puedes revisar un artículo exclusivamente sobre la vitamina D acá.

Claves para ganarle al invierno

Algunos consejos pueden ser de utilidad para mantenernos saludables en esta época y ayudar a nuestro organismo a sobrellevar mejor las temporadas con menor exposición a la luz solar. Aquí te dejamos unos cuantos:

  • Intenta dar paseos todos los días, con algún familiar o amigo.
  • Conversa en familia y con amigos de lo que sientes. Quizá ellos vean puedan percibir algo que tú no estás viendo. Puedes leer este artículo también.
  • Si no puedes dar paseos intenta leer, ver televisión o las redes sociales al lado de una ventana o terraza. Si te gustan las películas, ve alguna que tenga algún mensaje positivo. “Ver películas con significado ayuda a las personas a mejorar en sus propias vidas, ver que pueden cumplir sus metas”, señala el investigador de la Universidad del Estado de Ohio, Jared Ott.
  • Los baños de sol no significan que debes estar totalmente desprotegido, la piel puede quemarse incluso en invierno. Habla con tu dermatólogo sobre que protector solar puedes usar.
  • Aliméntate bien, tal como lo conversamos acá.
  • Haz actividades variadas, sale de tu zona de confort y prueba cosas nuevas: juegos, libros de otros autores o incluso intenta preparar esos platos que ves en los libros de recetas, pero no te atrevías a hacerlo.
  • Piensa en todas las cosas positivas que ocurren en tu vida. Recuerda que sentir y expresar agradecimiento puede mejorar tu salud.

Y tomar un chocolate caliente con marshmallows vez en cuando siempre ayuda a ganarle a las noches largas de invierno.

 

Por Diego Carlos Ibáñez
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Imagen: ©Shutterstock / everst

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