Además de hacer ejercicio y controlar las calorías, las familias tienen el poder de controlar el peso tanto de los niños como de los adultos si comen juntos. Esto es casi tan importante como mantener una dieta balanceada. Si en tu hogar se ha ido perdiendo esa tradición familiar, nunca es tarde para que la vuelvas a cultivar, pues les ayudará a todos a mantenerse en forma.
Un estudio reciente publicado por la revista Obesity, indicó que, cuando las familias comen juntas sin ver la televisión y permanecen sentados hasta que todos han terminado de comer, sus integrantes, tanto los niños como los adultos, mantienen un menor índice de masa corporal (IMC) y de peso.
“El ritual de dónde y durante cuánto tiempo se come, parece ser el motor más importante [de la obesidad]”, aseguró Brian Wansink, profesor de la Universidad de Cornell y coautor del estudio. “Comer en cualquier lugar que no sea la cocina ni el comedor se relacionó con unos IMC más altos, tanto en los padres como en los niños”, comentó Wansink. Y es que aquellos que prefieren comer frente al televisor, tienden a comer de forma excesiva y por lo tanto, aumentan de peso.
Para este estudio los investigadores compararon los índices de masa corporal (IMC) y las costumbres que mantenían a la hora de la cena unos 190 padres y 148 niños. Y descubrieron que cenar juntos, sin encender el televisor, fortalece las habilidades de socialización lo que podría superar la necesidad de los niños de comer en exceso. También hallaron que los padres que hablan durante la cena de forma significativa con sus hijos, sobre todo con los chicos pequeños, tienen unos IMC más bajos.
Este no es el primer estudio que relaciona las comidas de familia con un peso más saludable tanto de los adultos como de los niños. El año pasado, en un estudio conducido entre familias de bajos recursos por Barbata Fiese, directora del programa de asistencia familiar en la Universidad de Illinois, se descubrió que los niños y los padres de familias que comparten al menos una comida de 20 minutos cuatro veces a la semana, pesaron menos que aquellos de niños que abandonaron la mesa después de 15 a 17 minutos.
Por lo visto las comidas en familia y los rituales que se crean en cada casa en torno a la mesa, podrían ser un campo de batalla efectivo para mantener el peso de los niños y sus familias bajo control. Así es que no te des por vencida(o): sigue reuniendo a tus niños frente a la mesa. No sólo es un hábito saludable, podría ayudarte a ti y a tu familia a controlar el peso.
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