El cáncer de seno es un enemigo formidable, pero frecuentemente puede derrotarse si se detecta a tiempo.
Las recomendaciones para la detección temprana incluyen:
- Una mamografía cada dos años para las mujeres de los 40 a los 50 años y cada año de los 50 años en adelante.
- Como parte de tu examen físico anual, un examen clínico del seno cada 3 años entre los 20 y los 30 años y cada año a partir de los 40 años.
- Hacerte un autoexamen periódico del seno a partir de los 20 años (entendiendo que este examen tiene sus limitaciones) y reportar cualquier cambio a tu médico de inmediato.
Consulta a tu médico de inmediato si tienes dolor en un seno que no esté relacionado a tu periodo menstrual; si descubres un abultamiento, cambio o protuberancia que antes no tenías; si uno de tus senos se siente hinchado, caliente y se ve enrojecido; si tus pezones segregan líquido con sangre; o si te palpas un abultamiento en la axila o cerca de la clavícula.
No esperes. Entre más rápido empieces el tratamiento, tus probabilidades de ganarle a esta amenaza son más altas.