- Una de las claves para tener el equilibrio entre la vida personal y la profesional es reconocer qué aspectos se han descuidado y cómo es posible que redistribuir la energía que tenemos disponible.
- Aprender a decir ‘basta’ y ser flexibles con uno mismo son aspectos esenciales para recuperar el equilibrio entre la vida privada y profesional. Establecer límites, tanto en el trabajo como en la vida personal, ayuda a evitar el agotamiento y la sobrecarga.
- Está bien tomarse un tiempo de descanso y disfrutar de ello sin sentir culpa. Sin un correcto descanso lentamente se deja de ser tan productivo como realmente quisiéramos serlo. El equilibrio requiere de ser improductivo a veces.
En nuestro artículo anterior aprendimos sobre la importancia del equilibrio entre la vida personal y profesional como un símbolo de salud física y mental. Como nos contó la psicóloga Ana Laura Sánchez en el artículo anterior, los desafíos del día a día pueden llevarnos al agotamiento, afectando nuestro bienestar. Ahora que comprendemos las razones que nos llevan al desequilibrio, es momento de enfocarnos en algunas soluciones. En esta segunda parte, la profesional nos ofrece algunas herramientas claves para restablecer la armonía. Spoiler: el secreto está en los límites.
¿Cuáles podrían ser las primeras medidas para recuperar el equilibrio entre la vida laboral y profesional?
Psicóloga. Ana Laura Sánchez(PA):
Si el desequilibrio es una señal de que hemos perdido algo de nuestra salud mental, entonces el camino para recuperarlo es reconectarnos con nuestras necesidades. Un buen ejercicio es preguntarnos:
- ¿Qué he perdido?
- ¿Qué he dejado de disfrutar?
- ¿Qué aspectos de mi vida he descuidado?
Escuchar nuestras necesidades fundamentales es clave para comenzar a hacer cambios.
Un ejercicio es imaginar que somos como una batería de celular, con un 100% de energía total disponible. Tenemos que distribuir esa energía entre nuestras distintas áreas de la vida. ¿Qué energía le das a cada cosa?
- No podemos dar más del 100%, ni en el trabajo ni en la vida personal.
- Tenemos que decidir qué es lo mejor para nosotros, no para la hiperproductividad.
- Si trabajo 8 horas, eso es lo que le daré al trabajo, para luego recargarme con actividades que me hagan bien, como estar con la familia o descansar.
¿Entonces la clave es autoimponerse límites?
PA: Exacto. A veces es más difícil ponernos límites a nosotros mismos que a los demás. Nos exigimos constantemente, y eso nos lleva a una sobrecarga que se traduce en una falta de atención a nuestras propias necesidades. La clave está en aprender a ser flexibles con nosotros mismos. No pasa nada si un día no tengo ganas de ir al gimnasio o si no quiero limpiar. Ser equilibrado también implicar permitirnos ser ‘improductivos’ de vez en cuando, sin culpas.
El límite personal debe estar conectado a nuestra capacidad de escuchar lo que realmente necesitamos en cada momento. Si seguimos una planificación rígida, terminamos con el doble de ansiedad cuando no logramos cumplirla. Hay días en el que tenemos que entregar más energía en el trabajo, ese día no serás ‘mediocre’ si la energía que te queda la quieres gastar descansando en el sillón. El equilibrio también debe considerar que no podemos dar el máximo a todo.
¿Y si nuestra vida personal está demasiado entrelazada con el trabajo?
PA: Se está haciendo más común, especialmente con el teletrabajo. Nos cuesta poner límites porque todo está mezclado. Almorzamos mientras respondemos correos, o trabajamos hasta tarde porque ‘todavía queda algo por hacer’. Debemos aprender a separar lo laboral de lo personal, ya sea a nivel de horarios o de espacios físicos. Si trabajamos desde casa, sería importante tener un espacio dedicado solo a eso. Para ir a otro lado a desconectar. Igual con los horarios, así la mente disfruta más los momentos de estar con los hijos, de la comida o de no hacer nada.
Además, el trabajo no debe invadir nuestra identidad personal. Yo soy psicóloga, pero no por eso voy a estar en ‘modo psicóloga’ todo el día. Cuando termino una sesión o esta entrevista, salgo y me tomo un café, disfrutando del momento sin pensar en el trabajo. Esto es lo que digo, es esencial para un equilibrio saludable. Nuestro trabajo en la vida privada debe desaparecer y no invadirlo.
¿Algunas palabras finales?
PA: Sí, algunos consejos:
- Distribuir la energía sabiamente: Habrá momentos en que tendremos que entregarle más energía a un aspecto de nuestra vida que otra, como en una semana de trabajo intenso o un problema familiar. Esto debe ser temporal. Redistribuye, intenta ser flexible, pero mantén un equilibrio general.
- No compararnos con otros: El éxito no es lo mismo para todos. Algunas personas pueden parecer exitosas al desequilibrarse, pero eso no tiene por qué ser tu caso. El verdadero éxito es sentirte pleno y en paz contigo mismo. Es estar equilibrado y con aquello que nos trae felicidad.
- Busca nuevas formas de reconexión: Practicar el mindfulness nos ha funcionado muy bien. Cualquier cosa que te ayude a volver al presente será muy efectivo. Así se reduce la ansiedad y se reenfoca la energía. Es importante darse un tiempo personal.
Por Carlos Diego Ibáñez
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