El síndrome del impostor, aunque asociado con individuos altamente exitosos, no discrimina. Este fenómeno psicológico afecta a personas de todas las edades, sexo (aunque predomina en las mujeres), profesiones y niveles educativos, generando sentimientos de inseguridad y la creencia errónea de que los éxitos son producto de la suerte o un error, y no el resultado de su esfuerzo y talento. Reconocer y superar el síndrome del impostor es clave para alcanzar una vida más plena y confiada. Aquí te presentamos estrategias basadas en investigaciones, experiencia profesional y una perspectiva empática para superar este obstáculo.
Qué es el síndrome del impostor y cómo afecta a las personas
El término “síndrome del impostor” fue creado por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978 para describir la sensación de ‘fraude interno’ que muchas personas experimentan pese a sus éxitos tangibles. Usualmente atribuyen sus logros a factores externos como la suerte o la ayuda de otros, ignorando su propio esfuerzo y talento.
Se caracteriza por una combinación de inseguridades, autoexigencia y miedo al fracaso. Las personas afectadas suelen minimizar sus logros e ignorar sus capacidades.
Aunque afecta a todas las personas, puede ser más pronunciado en mujeres y grupos marginados debido a factores como el:
- Mensplaining: cuando un hombre, o alguien en grupos de poder, de manera paternalista o condescendiente, intenta explicarle algo a una mujer, asumiendo que no sabe, aunque ella sea experta. Muy común en situaciones donde una mujer explica algo, pero un hombre busca tener la última palabra asumiendo que sabe más.
- Las brechas salariales: Se calcula que por cada dólar ganado por un hombre en el mismo puesto de trabajo, una mujer gana 85 centavos.
- La falta de representación en ciertos campos: la sensación que mujeres, o personas pertenecientes a grupos minoritarios, no pueden ocupar ciertas profesiones, lo que las hace la ‘única mujer en la habitación’.
Aun así, este fenómeno no está ligado exclusivamente a la alta dirección o el éxito académico: cualquiera puede sentir que no está a la altura.
Factores que contribuyen al síndrome del impostor
Algunos entornos familiares y culturales refuerzan las dudas personales. Por ejemplo:
- Alta autoexigencia: Crecer en un ambiente que valora únicamente el éxito absoluto puede llevar a minimizar logros propios. O del otro lado donde sus capacidades nunca fueron reconocidas, pensando “nunca es suficiente”.
- Expectativas irreales: La presión de ser perfecto alimenta el miedo al fracaso. El mínimo error, totalmente natural y necesario para aprender, significa que todos sabrán que se es ‘malo’.
Tipos de personalidad asociados al síndrome del impostor
Existen cinco ‘personalidades’ que reflejan cómo las personas internalizan este síndrome:
- El Superhéroe
Cree que debe trabajar más que nadie para justificar su valía. Tiende al agotamiento por no saber delegar.
Consejo: Aprende a pedir ayuda y reconoce que no necesitas cargar con todo. Tu valor no depende únicamente de tu productividad. - El Perfeccionista
Fija metas irreales y se siente fracasado cuando no las alcanza.
Consejo: Celebra los pequeños logros y redefine el éxito como progreso continuo, no perfección absoluta. - El Individualista
Piensa que aceptar ayuda es admitir incompetencia. O que alguien puede ocupar su espacio, ya que ‘cualquiera podría hacer mi trabajo’.
Consejo: Reconoce que el trabajo en equipo fortalece tus habilidades. Pedir apoyo no resta mérito a tus logros y menos es causa inmediata a que te quiten tu puesto. - El Genio Natural
Espera sobresalir sin esfuerzo y se frustra al no dominar algo a la primera.
Consejo: Recuerda que la habilidad se desarrolla con práctica y que los errores son oportunidades para aprender. - El Experto
Cree que nunca sabe lo suficiente y dedica demasiado tiempo a prepararse.
Consejo: Valora tus conocimientos actuales y usa cualquier brecha como una oportunidad para aprender junto a otros.
Reconocer en cuál categoría encajas es el primer paso para manejar tus inseguridades.
Cómo superar el síndrome del impostor
De acuerdo a la guía “El síndrome del impostor en la educación superior” de la editorial Palgrave-Macmillan y otros expertos, como la psicóloga Ana Laura Sánchez, especialista en estrés y ansiedad:
Desafía tus pensamientos negativos
Identifica frases como “solo tuve suerte” o “no soy suficiente” y reformúlalas. En lugar de pensar “no merezco este puesto“, aunque en tu mente sólo veas eso, debes reformular hacia un “mis habilidades me llevaron aquí, y puedo crecer con cada experiencia“.
Reconoce tus logros
Llevar un registro de tus éxitos, desde los pequeños hasta los grandes, es esencial para recordar tu progreso. Celebra tus avances sin minimizar su importancia.
Acepta los cumplidos
Cuando alguien te felicite, evita respuestas como “solo tuve suerte”. Agradece el comentario, asimila el reconocimiento como prueba de tu valía y reflexiona sobre por qué es válido.
Establece metas realistas
Usa el método SMART para establecer objetivos que sean Específicos (Specific), Medibles (Measurable), Alcanzables (Achievable), Relevantes (Relevant) y con un límite de tiempo (Time–bound). Esto no solo reduce la sensación de estar abrumado, sino que también te ayuda a celebrar tus avances.
Habla sobre tus sentimientos
Compartir tus inseguridades con alguien de confianza alivia la carga emocional y te muestra que no estás solo: muchas personas enfrentan las mismas dudas.
Desarrolla resiliencia ante los errores
Equivocarse no es señal de fracaso; es una oportunidad para aprender. En lugar de temer los tropiezos, acéptalos como parte del proceso.
Evita comparaciones innecesarias
Las redes sociales y las historias idealizadas de éxito pueden hacerte sentir insuficiente. Incluso ellos tienen inseguridades y fracasos; solo que en LinkedIn no los muestran. Concéntrate en tu crecimiento personal y no en la percepción de otros.
Rodéate de modelos positivos
Tener mentores o colegas que te inspiren puede ayudarte a mantener una perspectiva saludable sobre tus logros. Fíjate en la edad que tienen, cuál fue su camino de vida y más importante, que puedes hacer de manera realista para estar en la misma senda.
Superar el síndrome del impostor es un proceso, no un destino
La superación no significa eliminar por completo las dudas, sino aprender a manejarlas de forma que no interfieran con tus objetivos y tu felicidad. Empieza reconociendo tu valor, celebrando tus logros y compartiendo tus experiencias. No estás solo en esta lucha, y cada paso que des hacia la autoaceptación será un avance significativo hacia una vida más plena y confiada.
Si en algún momento te sientes abrumado, recuerda: no eres un impostor, eres un aprendiz en constante crecimiento. ¡Confía en tu camino!
FAQ
¿Cómo saber si tengo síndrome del impostor?
Identificar pensamientos recurrentes de inseguridad, minimizar logros propios y miedo constante al fracaso son señales comunes.
¿El síndrome del impostor desaparece con el tiempo?
No necesariamente; requiere un esfuerzo consciente para manejarlo mediante herramientas como la autoaceptación y el apoyo emocional.
¿Por qué afecta más a las mujeres?
Factores sociales y culturales, como los estereotipos de género y la brecha salarial, contribuyen a que las mujeres lo experimenten con mayor frecuencia.
¿Qué estrategias ayudan a superarlo?
Cambiar la narrativa interna, reconocer logros, aceptar cumplidos y establecer metas realistas son pasos clave para afrontarlo.
¿El síndrome del impostor afecta el desempeño laboral?
Sí, puede limitar la confianza en uno mismo, dificultar la toma de decisiones y aumentar la autoexigencia, afectando la productividad.
¿La terapia puede ayudar?
Definitivamente. Hablar con un profesional permite explorar las causas profundas del síndrome y desarrollar herramientas personalizadas para superarlo.
Por Carlos Diego Ibáñez
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