En la Biblia, Jesús realizó innumerables milagros: trajo de vuelta a la vida a personas, curó a ciegos y transformó el agua en vino. Además, pudo curar a personas que padecían una enfermedad que significaba ser excluido por la sociedad y era incurable, lo que los llevaba a la total discapacidad: la lepra. Si bien esta enfermedad aún existe, ahora es curable cuando se detecta a tiempo. A propósito del 29 de enero, Día Internacional de la Lepra, conozcamos sobre esta fatídica y antigua infección.
- Sus orígenes son desconocidos, pero se tiene constancia de su presencia en la India desde hace más de 4000 años, según el caso más antiguo del que se sabe.
- Latinoamérica recibió está enfermedad con la llegada de los colonizadores europeos en el Siglo XVI
- En el continente americano actualmente la lepra está relativamente controlada, salvo en el caso de Brasil. De los casi 35 mil casos anuales, el 95% se concentra en este país. Los otros 24 países de América no alcanzan a sumar los 100 casos anuales.
- En el 2000, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la declaró como eliminada, pero reapareció unos años después. En el 2017 estaba presente en más de 140 países en el mundo, con unos 200 mil casos anuales. Los países que concentran la mayor cantidad de enfermos son Brasil y la India.
¿Qué es la lepra?
Esta enfermedad infecciosa está causada por una bacteria llamada Mycobacterium leprae. Una de sus principales peculiaridades es que puede tardar mucho tiempo en que se presenten los primeros síntomas. Hay casos en que se producen luego de 20 años desde la infección.
- Afecta a toda la piel, el tracto respiratorio superior, los ojos y los nervios de los brazos y piernas.
- El rasgo principal es que comienzan a aparecer heridas en las zonas afectadas, generando eventualmente insensibilidad y dificultad para moverse. Por eso se le representa con la imagen de personas vendadas que necesitan apoyarse de un bastón para caminar.
- Sin el debido tratamiento, los daños son permanentes y cada vez empeoran más.
- En algunos países se realizan exámenes para descartar esta enfermedad si se presenta dermatitis en la piel y neuropatías en las extremidades.
- La transmisión se produce por ‘gotitas’ que se escapan de la boca y la nariz, al igual que por contacto cercano y frecuente con una persona contagiada, pero que puede no tener síntomas aún.
En el mundo, para el inicio de la pandemia, casi 130 mil personas en el mundo estaban con tratamiento contra la lepra. Desde el año 2020, por la prioridad que se le ha dado al control del COVID-19, los programas de detección y tratamiento se vieron reducidos en un 30%. Hasta los años 40’s no existía una cura, y a diferencia de otras infecciones bacterianas, esta condenaba a las personas a una vida de estigma, discriminación y sufrimiento físico. Con el descubrimiento de los antibióticos eso cambió. Pero rápidamente la bacteria que la causa logró hacerse resistente al único antibiótico que lograba tener efecto. Encontrar una nueva cura se ha hecho muy difícil, incluso hoy, ya que es imposible hacerla crecer en el laboratorio, por lo que toda la investigación se debe hacer en pacientes, lo que hace el proceso mucho más lento.
Actualmente se pudo crear un nuevo tratamiento que se compone de un grupo de antibióticos de nueva generación, conocidos como “poliquimioterapia”. La palabra quimioterapia, muy asociada al cáncer, significa simplemente el uso de productos químicos (medicamentos) para tratar una enfermedad.
La Clínica Mayo se ha especializado en tratar a pacientes con lepra en Estados Unidos desde los años 90´s. Ellos ponen paños fríos: “Salvo las personas con un sistema inmune debilitado y que viajan mucho a países con gran presencia de la enfermedad algunos países del sudeste asiático, India y Brasil, es muy raro que se produzca un contagio, en general las personas ya tienen inmunidad contra este padecimiento”.
Por Carlos Diego Ibáñez
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