El 26 de abril es el día internacional de concienciación sobre el ruido. Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que unos 95 millones de personas en todo el mundo sufren exposición a niveles nocivos de ruido causados por el tráfico. Las previsiones son que, en 2050, 3 de cada 4 habitantes en grandes ciudades tendrá algún tipo de pérdida de audición. Además, 700 millones de personas necesitarán cuidados en sus oídos a causa de la exposición al ruido.
“El ruido es un elemento que afecta de forma sustancial a la calidad de vida de las personas. Sin llegar a los límites que se consideran perjudiciales, el ruido ya supone un elemento perturbador, que genera malestar y aumenta la agresividad de los individuos”, explica el doctor Javier Gavilán Bouzas, jefe de servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario La Paz de Madrid.
Los dos factores determinantes del efecto del ruido sobre la audición son:
- la intensidad del mismo
- el tiempo de exposición.
“La acción de ambas puede ser conjunta o independiente. Es decir, un sonido extremadamente intenso pero muy breve –como puede ser una explosión próxima a una persona–, o una exposición larga a un sonido intenso –como sería la exposición laboral a un ambiente ruidoso–, pueden derivar en casos de pérdida auditiva”, añade el doctor.
Trabajadores y jóvenes
El ámbito laboral es especialmente importante, así como las personas jóvenes. En Estados Unidos, se calcula que 22 millones de trabajadores están expuestos cada año a niveles de ruido suficientemente altos que pueden dañar su audición.
En cuanto a los jóvenes, “hoy en día casi el 50% de la población entre 12 y 35 años corre el riesgo de dañar su audición de forma permanente. Esto se debe, en gran medida, a la falta de concienciación acerca de los peligros asociados a la exposición constante a sonidos o ruidos de alta intensidad durante largos periodos de tiempo, especialmente cuando se escucha música a través de auriculares, teléfonos inteligentes y otros dispositivos”, señala Julio Rodrigo Dacosta, director general de MED-EL España y Portugal.
El ruido puede tener un grave impacto en diferentes campos de nuestra salud:
- Pérdida de audición por daños en las estructuras del oído
- Dolor
- Acúfenos (pitidos en el oído)
- Trastornos del sueño
- Problemas del sistema cardiocirculatorio y sistema nervioso
- Reducción del rendimiento, mayor fatiga
- Menor capacidad de memorización
- Estrés, a causa de ruido crónico
- Agresividad
- Aumento de hospitalizaciones por ansiedad o depresión
“Además, el ruido puede causar una liberación de cortisol y otras hormonas relacionadas con el estrés, afectando a algunas áreas del cerebro, como el hipocampo. Hay estudios que demuestran una relación entre contaminación atmosférica y el ruido con un mayor riesgo de demencia”, alerta el doctor David Ezpeleta, secretario de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
¿Cómo reducir el riesgo de perder oído? Julio Rodrigo Dacosta enumera:
1.- Limitar el volumen: reducir el volumen al 60% en los dispositivos reproductores de sonido y teléfonos móviles.
2.- No sobreexponer los oídos a música alta: poner el límite en 80 decibelios ponderados (dBA) -en el caso de los adultos- y en 75 dBA -en el caso de los niños- durante no más de 40 horas a la semana.
3.- Proteger los oídos de los sonidos fuertes: usar tapones para proteger los oídos de sonidos fuertes en lugares con música alta.
4.- Tomar descansos: cuando se esté en ambientes ruidosos, tomar descansos en áreas tranquilas. Limitar el uso diario de dispositivos de audio personales.
5.- Reducir los ruidos de fondo: usar auriculares con cancelación de ruido bien equipados y apagar la radio, la televisión o cualquier otra fuente de distracción de sonido.
6.- Mantener distancia de las fuentes de sonido fuertes: alejarse de los altavoces para proteger los oídos.
7.- Elegir dispositivos que regulen los volúmenes automáticamente: pruebe aplicaciones y otras tecnologías con funciones integradas de escucha segura.
José Luis Blanco, jefe de audiología de Oticon, añade:
8.- Revisar la audición de forma periódica: es recomendable hacerse una revisión de la audición al menos una vez al año, sobre todo aquellas personas que se exponen a diario a ruidos fuertes por sus profesiones o que puedan ser más vulnerables a sufrir una pérdida auditiva.
9.- Evitar la producción de ruido: cada persona produce a diario gran cantidad de ruido de manera innecesaria. Ante todo, debe respetarse el silencio de los demás, por lo que es una labor de todos el contribuir a reducir el ruido causante de la contaminación acústica:
- reducir la velocidad del tráfico y usar la bocina solo si es imprescindible
- emplear electrodomésticos silenciosos
- limitar el ruido en las horas de descanso
- hablar sin gritar
- educar a los niños
- controlar las mascotas
- no usar petardos ni fuegos artificiales
- avisar a nuestros vecinos si vamos a hacer ruido y durante cuánto tiempo
Por Javier Granda Revilla
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