El 17 de julio es el Día Internacional del Tatuaje, una forma milenaria de arte en la piel. Los primeros que se tienen constancia son los de Ötzi, el hombre de hielo que murió de forma violenta hace unos 5.000 años en la actual frontera entre Austria e Italia. En su cuerpo pueden verse hasta 61 tatuajes, realizados a base de pequeños cortes que luego se rellenaban con carbón. La mayoría de ellos lo forman líneas paralelas y dos de ellos tienen forma de cruz. Se especula si tenían una función religiosa o, al estar muchos de ellos situados en las articulaciones, eran algún tipo de tratamiento médico.
Los tatuajes son hoy una moda, presente en cualquier ámbito. Si has decidido tatuarte, el Dr. José Luis López Estebaranz, dermatólogo y director de la Clínica DermoMedic de Madrid, recuerda que es una técnica invasiva a tu cuerpo en la que se introduce una sustancia en la dermis -la capa interna de la piel-, atravesando la barrera de la epidermis, que es la capa más superficial.
Por estos motivos, deben existir una serie de condiciones de seguridad para que no se produzcan efectos adversos:
- El lugar donde nos tatuemos debe estar acreditado y reunir las condiciones sanitarias reglamentarias del territorio en el que esté situado
- Para evitar infecciones como el virus VIH o virus de la hepatitis, la higiene es fundamental, así como la esterilización del instrumental y se desechen los materiales precisos
- La tinta que se administre debe estar autorizada y no contener metales pesados para evitar reacciones alérgicas e inflamatorias. Los pigmentos rojos son más propensos a causarlas
- Incluso los tatuajes temporales (como la henna), puede causar en algunas personas una reacción alérgica de contacto y causar un eczema
- El tatuaje consiste en realizar unas pequeñas incisiones en la piel, por lo que algunas personas pueden tener reacciones cicatriciales secundarias
- Tras el tatuaje, hay que aplicarse las cremas adecuadas para evitar así una infección o una reacción inflamatoria local
- Si aparece en la zona picor o inflamación o sobreelevación de la piel unos días después de tatuarnos, acudir al dermatólogo
“Desaconsejo los tatuajes a las personas que tienen tendencia a cicatrices hipertróficas (la que crece más allá de los bordes normales) o queloides (engrosadas y elevadas): tienen el riesgo de que les quede una cicatriz hipertrófica o una reacción queloidea”, recomienda el dermatólogo, que acaba de ser nombrado presidente del Colegio Ibero-Latinoamericano de Dermatología (CILAD).
Partes del cuerpo donde NO tatuarse
Otro aspecto importante que subraya es que nunca nos debemos tatuar “en una zona en la que tengamos una lesión cutánea, una abrasión o una herida. Tampoco si hay lunares o manchas en la piel. El motivo es que los esconde y, en un futuro, los lunares pueden cambiar y ser precursores de otras lesiones que esconden el pigmento del tatuaje.
También debe recordarse, especialmente si es mujer y está pensando en tener hijos, que muchos anestesistas rechazan utilizar la anestesia epidural en la parte baja de la espalda. El motivo es que la cánula con la que atraviesan la piel para administrar la anestesia puede arrastrar partículas de tinta del tatuaje a la médula espinal y causar reacciones perjudiciales. El tatuaje está desaconsejado si se está embarazada.
Segunda oportunidad
“Hay que pensárselo dos veces cuando nos hacemos un tatuaje. Son para toda la vida. O eran. Porque, afortunadamente, hoy tenemos sistemas sofisticados y precisos para eliminar muchos de ellos, como los láseres de nanosegundos y picosegundos, y sin dejar cicatriz”, recalca.
¿Cómo se elimina un tatuaje?
- Requiere numerosas sesiones
- El láser fragmenta los pigmentos hasta pulverizarlos. Luego son metabolizados y eliminados por el cuerpo
- Es más complicado cuantos más colores tiene el tatuaje
- Los colores verdes suaves, azules o rojos son más difíciles de eliminar que los negros o los marrones
Por Javier Granda Revilla
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