No sólo tus pulmones se afectan por el cigarrillo, tu corazón también. El uso del tabaco puede provocarte enfermedades del corazón o complicarlas. Entérate de algunas consecuencias de fumar en tu corazón y en tu sistema cardiovascular, te hará pensar dos veces antes de encender el próximo cigarrillo.
Es muy común escuchar que el cigarrillo es dañino para los pulmones y que puede provocarnos cáncer. Pero es importante recordar que el cigarrillo también es nocivo para nuestro corazón y que actualmente es el culpable del 20% de las muertes por enfermedades del corazón en Estados Unidos.
¿Cómo? El cigarrillo puede provocarnos enfermedades de las arterias coronarias, por ejemplo: la arterioesclerosis (endurecimiento por depósito de placa) de las arterias que alimentan al corazón directamente y a las arterias de todo el cuerpo, incluyendo a las del cerebro. En efecto, la nicotina que contienen los cigarrillos hace que esas arterias se vuelvan más estrechas (causa vasoconstricción), obligando a tu corazón a esforzarse más para que la sangre pueda circular por el cuerpo.
Pero el problema no para ahí. El fumar también disminuye la concentración de oxígeno en tu sangre y aumenta la cantidad de monóxido de carbono que es muy tóxico y aumenta los niveles de colesterol en la sangre; aumenta la frecuencia con la que late el corazón y puede contribuir al aumento en la presión arterial.
El resultado de todos estos factores hace que mientras más cigarrillos fumes al día, mayor sea tu riesgo de sufrir del corazón, desarrollar dolor en el pecho (angina) por disminución en la circulación de la sangre o, en el peor de los casos, sufrir un infarto al corazón o un ataque cerebro-vascular (derrame cerebral).
Muchos creen que los cigarrillos bajos en alquitrán o en nicotina son mejores y que implican menos riesgos para la salud, pero no es así. En realidad cualquier cigarrillo aumenta tus posibilidades de sufrir una enfermedad del corazón o un ataque. Incluso las personas que no fuman también están en riesgo cuando son fumadores de segunda mano, es decir, que inhalan el humo de los fumadores que se encuentran a su alrededor. Y si son niños, el riesgo es aún mayor para ellos.
La mejor manera de evitar este riesgo es evidente: ¡deja de fumar! Aunque te parezca difícil, no es imposible. Hoy en día existen muchas cosas que te pueden ayudar a dejar de fumar, como los grupos de apoyo, los chicles, los parches y hasta medicinas que te ayudan a dejar la adicción. La Asociación Americana del Pulmón tiene programas y tu médico te puede ayudar. Lo principal es que quieras dejar de fumar. Con eso ya tienes más del 50% ganado.
Además tienes otro aliciente aparte de tus pulmones para dejar de fumar: ¡tu corazón!
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