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La ingesta moderada de alcohol ejerce efectos positivos para la salud cardiaca, pero en exceso, puede ocasionar otros problemas de salud graves

ESTIMADA MAYO CLINIC:

Leí que consumir alcohol puede ejercer un efecto positivo sobre el corazón, pero que beber demasiado alcohol puede dañarlo. ¿Es cierto eso, y de serlo, cuánto es demasiado?

RESPUESTA del Dr. Donald Hensrud, Mayo Clinic de Rochester en Minnesota, Estados Unidos:

Las investigaciones han demostrado que el consumo moderado de alcohol puede ser provechoso para la salud cardíaca. En la mayoría de personas, si bien consumir cantidades más que moderadas de alcohol no aumenta demasiado el riesgo de sufrir problemas cardíacos, puede conducir a otras enfermedades graves.

Si usted consume alcohol, la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) le recomienda limitarse solamente al promedio diario de una bebida para las mujeres, y de dos para los hombres.  Ha recibido mucha atención el hecho de que el vino tinto parece ser especialmente beneficioso; sin embargo, los estudios han demostrado que las ventajas para la salud del alcohol generalmente son iguales, sin importar si es vino, cerveza o licor.

Si usted no consume alcohol, nadie le recomendará que empiece a hacerlo por razones médicas. Usted puede modificar su estilo de vida, realizando cambios sanos para el corazón que no incluyen consumir alcohol.

El alcohol puede ejercer varios efectos positivos sobre la salud de la sangre y vasos sanguíneos, o sea el sistema cardiovascular, por las siguientes razones: primero, los estudios han descubierto que consumir alcohol en moderación aumenta las lipoproteínas de alta densidad (HDL) o colesterol “bueno” que ayuda a transportar y descomponer el colesterol adicional de la sangre que, de otra manera, obstruiría las arterias. Segundo, el alcohol actúa como anticoagulante, haciendo menos factible la formación de coágulos sanguíneos en las arterias. Por último, la ingesta moderada de alcohol también puede disminuir la inflamación en todo el cuerpo, y ejercer un efecto positivo sobre el sistema cardiovascular.

Al combinar estos factores, el resultado es una tasa menor de enfermedades cardiovasculares entre las personas que consumen cantidades moderadas de alcohol, que entre quienes no beben nada de alcohol. Aparte de los beneficios cardíacos, el consumo moderado de alcohol puede disminuir ligeramente el riesgo para diabetes tipo 2, accidente cerebrovascular o enfermedad de Alzheimer.

A pesar de lo expuesto, el alcohol conlleva riesgos. Uno de los mayores es que, con el transcurso del tiempo, el consumo habitual de alcohol puede derivar en una adicción. Algunas personas suponen que la recomendación de la Asociación Americana del Corazón significa que pueden o deben consumir una bebida alcohólica todos los días, pero ese no es el caso. A los pacientes a quienes atiendo en mi práctica les sugiero que no beban alcohol por lo menos un par de días a la semana, o que dejen de beber alcohol durante un período de tiempo como una forma de verificar que no están desarrollando una dependencia alcohólica. El alcoholismo se desarrolla a través del tiempo, según la gente desarrolla el hábito. Debido a que la tolerancia al alcohol aumenta, por lo general el consumo también lo hace. Uno debe ser cauteloso para no caer en los malos hábitos del alcohol, porque las consecuencias pueden ser graves.

Consumir regularmente cantidades más que moderadas de alcohol puede conducir a varios problemas de salud. En la mayoría de personas, el riesgo general para una enfermedad cardiovascular no aumenta significativamente cuando se consume más de la cantidad recomendada de alcohol; pero en otras, puede presentarse insuficiencia cardíaca a consecuencia del mayor consumo de alcohol. Además, beber demasiado alcohol podría aumentar la presión sanguínea y los niveles de los triglicéridos, hechos que colocan a una persona en mayor riesgo de sufrir enfermedades del corazón.

Beber demasiado puede aumentar el riesgo para varios tipos de cáncer, entre ellos, de hígado, estómago, mama, colon y boca. El alcohol también aumenta la posibilidad de desarrollar una inflamación del páncreas y del revestimiento estomacal, además de aumentar el riesgo de padecer cirrosis, que es un trastorno hepático grave. En total, el consumo excesivo de alcohol es la tercera causa prevenible de muerte en Estados Unidos.

Es claro que el consumo de alcohol ofrece ventajas, pero también conlleva riesgos muy reales. Si usted decide consumir alcohol, sea cauteloso y siempre bébalo en moderación.

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