Estudios demuestran que hacer ejercicios, aunque sean moderados, ayuda a mantener la presión arterial a raya. En este caso, en particular, permitiría que las personas que tienen predisposición familiar a desarrollar hipertensión disminuyan el riesgo de desarrollarla.
Hace poco, el padre de Víctor falleció debido a un problema cardíaco que se le produjo porque tenía presión arterial alta. Por esa razón, aunque su presión sanguínea es normal, Víctor está un poco preocupado porque sabe que está un poco excedido en peso y que tiene un riesgo mayor de desarrollar hipertensión, por una cuestión hereditaria.
Es natural que la preocupación de Víctor aparezca luego de un momento tan triste y que empiece a hacer comparaciones entre su estilo de vida y el de su padre. El hecho de tener un padre o una madre que haya sufrido de presión arterial alta (sumado a sus kilos de más) lo convierten en una persona mas propensa a ser hipertensa. Por ejemplo, hay investigaciones al respecto que estiman que tener un progenitor con alta presión puede aumentar las posibilidades de desarrollar esta condición, entre un 35 y un 65 por ciento.
Lo bueno en este caso es que Víctor vino al consultorio cuando todavía no hay ni señales de la enfermedad y puede comenzar a cambiar sus hábitos para disminuir las posibilidades de que su presión arterial se vuelva un problema de salud crónico inmediatamente.
Al igual que ocurre con otros padecimientos, como la diabetes y el cáncer, llevar una dieta saludable acompañada de ejercicios es la mejor manera y la más natural de mantenerse sanos.
Y si tu situación es similar a la de Víctor, la primera sugerencia es que disminuyas la sal de tu dieta lo más que puedas. Eso incluye el sodio, que suele estar presente en muchos productos preparados de consumo diario, como los caldos y las conservas (revisa bien las etiquetas antes de elegir y recuerda que el consumo de sodio o sal recomendado para un adulto sano no debería superar los 2,300 mg diarios (que equivalen a una cucharadita de sal al día), aunque los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades recientemente han sugerido que quizá deberíamos de disminuir esta cantidad a 1,500 mg al día que es aún menos).
Además, es muy importante que hagas ejercicio con regularidad. Esto no sólo te ayudará a perder peso y a mantener más saludable a tu sistema circulatorio, que incluye a tu corazón, sino también a ayudar a que tu presión arterial permanezca en los rangos considerados normales.
Incluso, no es necesario que sea un deporte intenso. Un estudio reciente ha comprobado que hacer ejercicio moderado todas las semanas, puede disminuir hasta un 34 por ciento las posibilidades de desarrollar presión alta, en las personas que tienen predisposición familiar para desarrollarla (como es el caso de Víctor).
Específicamente, según unos investigadores de la Escuela Arnold de Salud Pública de la Universidad del Sur de Carolina, en Columbia, en Estados Unidos, 150 minutos de caminata semanales (un poco más de dos horas en total) son suficientes para hacer la diferencia.
Para llegar a estos datos, que fueron publicados en el medio especializado Hypertension, los científicos evaluaron a más de 6 mil adultos, de los cuales un tercio tenía algún antecedente familiar de hipertensión, ya sea la madre o el padre, e hicieron un seguimiento de sus actividades físicas durante alrededor de cinco años.
Así encontraron que las personas que hacían mucho ejercicio tenían 42 por ciento menos posibilidades de desarrollar presión alta y quienes hacían ejercicios de manera moderada tenían 26 por ciento menos riesgo de desarrollar hipertensión, comparado con quienes hacían poca o no hacían ninguna actividad física.
Entre las personas que tenían algún progenitor con presión alta, los que estaban en buen estado físico sólo tenían 16 por ciento más posibilidades de desarrollar hipertensión, en comparación con quienes hacían ejercicios pero no tenían antecedentes familiares de la enfermedad.
Por el contrario, quienes tenían antecedentes familiares de presión alta y no practicaban actividades físicas o lo hacían a un nivel muy bajo, tenían 70 por ciento más posibilidades de desarrollar hipertensión, en comparación con quienes sí practicaban deportes y no tenían antecedentes familiares.
¿Y tú, estás practicando tu rutina de ejercicios? Recuerda que aún si ya te han encontrado presión arterial alta puedes practicar algún tipo de actividad física, teniendo ciertos cuidados (por ejemplo, se ha demostrado que nadar ayuda en estas situaciones).
Por eso, sea como sea, si quieres mantenerte saludable y que tu presión arterial no exceda los límites recomendados, recuerda de poner a tu cuerpo en movimiento, ya sea un ejercicio ligero o intenso.
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