¿Tienes de 5 a 10 minutos libres al día? De ser así, considera invertirlos en salir a correr, aunque sea a un ritmo moderado por una muy buena razón: añadirás 3 años a tu expectativa de vida. ¡Corre a ponerte las zapatillas!
El ejercicio es una pieza clave en nuestra salud y estudio tras estudio lo confirman. Aquí te traemos un ejemplo: una investigación de la Iowa State University, en Ames, que tomó 15 años afirma que los corredores pueden vivir unos 3 años más que quienes prefieren quedarse sentados. Y ni siquiera hay que hacerlo a nivel profesional, a nivel intenso, o por distancias largas. Los beneficios que aporta el correr a la esperanza de vida pueden obtenerse corriendo a velocidades bajas y por unos pocos minutos al día.
La investigación, dirigida por Duck-chul Lee, profesor asistente de quinesiología de dicha universidad, incluyó a 55,137 adultos entre las edades de 18 y 100 años (en promedio de 44 años) a quienes se les dio seguimiento durante 15 años para determinar si existía relación entre correr y la longevidad. Alrededor de 24 por ciento de este grupo ya corrían al comienzo del estudio.
Las conclusiones de la investigación, publicadas en el Journal of the American College of Cardiology, son muy positivas y aquí te las resumimos:
- Los corredores tuvieron una reducción del 30 al 45 por ciento en el riesgo de mortalidad tanto por enfermedad cardiovascular como por cualquier otro motivo de muerte durante el período que duró el estudio, y lograron aumentar 3 años a su expectativa de vida en comparación con los no corredores.
- Correr menos de 60 minutos a la semana – un promedio de 8 minutos al día- se asoció a una considerable reducción del riesgo de mortalidad por cualquier causa, al igual que el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular.
- Los beneficios en la reducción del riesgo de muerte se mantuvieron en esfuerzos todavía más modestos: menos de seis millas (9.6 km) a la semana, con una frecuencia de 1 a 2 veces por semana a una velocidad poco intensa (menos de 6 millas/9.6 km por hora).
Si tenemos en cuenta que las recomendaciones actuales de actividad física en los Estados Unidos equivalen a un mínimo de 75 minutos a la semana de cualquier tipo de actividad aeróbica de intensidad vigorosa – ya sea correr, nadar, pedalear-, o 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana, los resultados del estudio son una noticia excelente para los que no tienen ni mucho tiempo ni mucha motivación, ya que les permite hacer incluso menos y recibir más. La reducción del 30 al 40 por ciento en la mortalidad, corriendo incluso a una velocidad baja durante unos pocos minutos al día, es considerable. Según los expertos, dicha reducción en el riesgo es comparable a la que obtienen los pacientes de enfermedades cardíacas cuando toman estatinas para bajar el colesterol o un beta-bloqueador para dilatar los vasos sanguíneos y permitir que la sangre circule con mayor facilidad.
Correr unos minutos al día y reducir el riesgo de mortalidad total, es un mensaje muy positivo si consideramos que entre un 40 y un 80 por ciento de la población mundial lleva un estilo de vida sedentario, relacionado con el aumento de peso y sus complicaciones, como el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardiacas.
En términos de menores probabilidades de mortalidad, correr es mejor que caminar, que es más asequible y seguro, pero el riesgo de sufrir lesiones asociado con correr se compensa con una mayor cantidad de beneficios para la salud, sobre todo si se corre en distancias e intervalos cortos y de menor intensidad.
Aunque el estudio encontró una asociación entre correr y una vida más larga, la razón por la que esto sucede no está clara. Es posible que existan otros factores, como el hecho de que los corredores de por sí lleven una vida más saludable que los no corredores. Pero lo que sí ha quedado claro es que cuando nos ponemos en movimiento, la salud y la calidad de vida, incluyendo su duración, mejoran.
Deja ya a un lado la vieja excusa de que no tienes tiempo para hacer ejercicio. Si no tienes el hábito, comienza por caminatas cortas hasta que puedas aumentar tu nivel de resistencia y puedas trotar y luego correr, aunque sea por unos minutos. No hay que ser un atleta profesional para disfrutar del ejercicio y recibir sus beneficios. Lo importante es convertir al ejercicio en parte de nuestra rutina diaria. Busca tus zapatillas, ¡y a correr!
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