En el artículo anterior hablamos sobre los diferentes tipos diferentes de psoriasis. A continuación te diremos cómo tratar esta enfermedad inflamatoria crónica de la piel que no es contagiosa.
Actualmente no existe ningún tratamiento curativo para la psoriasis. El objetivo de los que existen es hacer desaparecer al máximo las lesiones cutáneas y mantener el resultado con los menores efectos secundarios posibles. En los pacientes con psoriasis más leve suele indicarse un tratamiento basado en cremas emolientes e hidratantes y medidas como perder peso, no fumar y no beber alcohol. En los momentos de crisis pueden indicarse también tratamientos con corticoesteroides.
“Sobre todo en los últimos diez años se ha producido una auténtica revolución en los tratamientos de psoriasis de moderada a grave. Por un lado con tratamientos sistémicos, que han ido mejorando, pero sobre todo a partir de los denominados tratamientos biológicos, más dirigidos al origen de la enfermedad. Los tratamientos leves también han evolucionado, pero quizás no tanto como los biológicos”, explica el experto.
Factores de riesgo y desencadenantes
Existen varios factores de riesgo y desencadenantes de la enfermedad:
- Obesidad: la prevalencia de la psoriasis es mayor en las personas con obesidad, incluidos los niños. También existe una correlación entre su gravedad y la obesidad.
- Tabaquismo: el riesgo de aparición de psoriasis en personas fumadoras es el doble que en no fumadoras.
- Ingesta de alcohol: También se ha visto que hay una mayor incidencia de psoriasis en las personas que beben alcohol y la gravedad también es mayor.
- Daño de la barrera cutánea.
- Infecciones: tanto las infecciones bacterianas como las víricas pueden asociarse a un empeoramiento de la psoriasis. La faringitis provocada por una bacteria conocida como estreptococo es un desencadenante común de la psoriasis infantil
- Fármacos: muchas fármacos la pueden producir, los más frecuentemente relacionados son los betabloqueantes –usados en varias afecciones cardiacas–, el litio o los antipalúdicos. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) también pueden desencadenarla.
- Estrés: se asocia tanto con el debut de la enfermedad como con crisis más agudas de la enfermedad.
- Factores endocrinos: la falta de calcio es un factor desencadenante en algunos tipos de psoriasis.
- Embarazo: la psoriasis puede mejorar, empeorar o mantenerse estable durante el embarazo.
- Clima y exposición solar: se cree que el clima y la exposición solar afectan a la prevalencia de la psoriasis.
Además de todos estos factores, se sabe también que la psoriasis está asociada con una gran cantidad de enfermedades. Por ejemplo, es normal que las personas con psoriasis vean como se ven afectadas sus articulaciones, por lo que es importante comprobar si hay dolor para iniciar cuanto antes un tratamiento. “También se sabe que hay más riesgo de padecer diabetes, tener un infarto o mayor obesidad. Todo esto está relacionado con el hecho de que se trata de una enfermedad inflamatoria. Por eso es importante que en personas con psoriasis se vigilen estos condicionantes”, apunta el Dr. Riera.
El experto advierte no obstante que controlar la diabetes o el colesterol no mejorará la psoriasis, pero es necesario fijarse en estas otras enfermedades porque la psoriasis las puede empeorar significativamente. “Donde sí que hay una mejoría demostrada es con la obesidad. Las personas que pierden peso pueden mejorar mucho de su enfermedad”, finaliza el dermatólogo.
Por Miguel Ramudo
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