Una de las mejores formas de evitar el contagio de las enfermedades es lavándose las manos. Esto es porque en todos lados existen organismos que no podemos verlos a simple vista pero que son capaces de transmitirnos enfermedades. Entre esos micro-organismos se encuentran los gérmenes: virus y bacterias, que son responsables de muchas enfermedades e infecciones, como la gripe (la influenza) y algunos tipos de gastroenteritis infecciosas que causan diarreas, náuseas, vómitos y fiebre, entre muchas otras.
Lavarse las manos es algo fácil de hacer, pero no sólo es cuestión de mojarse un poco con agua, también se necesita jabón y frotarse bien para eliminar cualquier impureza que haya sobre ellas. Si no tienes agua y jabón a la mano, puedes usar las jaleas desinfectantes a base de alcohol.
Lo que no necesitas son los jabones antibacterianos (como los que contienen triclosán). Los estudios demuestran que los jabones comunes y corrientes son igual de efectivos para reducir la contaminación bacteriana. Y, además, los antibacterianos están contribuyendo a que los microbios se vuelvan más resistentes, cosa que nos pone a todos en más peligro en el futuro.
Lávate bien las manos y enséñales a tus hijos la importancia de hacerlo. Pero no gastes más en los productos antibacterianos que tienen más riesgos que ventajas.
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