- Además de que es posible un rechazo de los órganos donados por parte del cuerpo receptor, también puede ocurrir al revés, es decir, que el tejido donado ataque al cuerpo. Este es el caso de la enfermedad de injerto contra huésped donde las células inmunes donadas atacan como ajeno de manera agresiva.
- En la enfermedad de injerto contra huésped la médula ósea que se dona para trasplante puede, al producir células inmunes, atacar al cuerpo huésped. Generalmente afectan a la piel, el hígado y el sistema gastrointestinal, produciendo enrojecimiento, aumento de la bilirrubina e incluso diarrea.
- Para reducir el riesgo de la enfermedad de injerto contra huésped, que es un ataque del sistema inmune donado contra el cuerpo receptor, es atenuando al sistema inmune y eliminando ciertas células inmunes antes del trasplante. Una vez producido el ataque se agrega el uso de corticoides en altas dosis y cuidado de los órganos afectados.
Imagina recibir un transplante que potencialmente puede salvar tu vida, quizá médula espinal, y con eso curarte de un cáncer. Pero, lejos de eso, lo que pasa es que ese tejido donado comienza a atacar tu cuerpo, lo que es una condición poco conocida llamada enfermedad de injerto contra huésped. En este artículo te hablaremos de sus causas, síntomas, y algunas opciones de tratamiento.
Los tejidos se defienden
Juan Pablo era una persona aquejada de cáncer a la sangre: leucemia adulta. En esta enfermedad las células madre, que son parte de la médula ósea y forman los glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas se tornan cancerígenas, poniendo en riesgo la vida.
Para Juan Pablo la única opción era el transplante de médula ósea, donde, luego de eliminar completamentela la suya, se recibe la de un donante compatible. Sin embargo, fue muy difícil encontrar uno compatible. Al cabo de unos meses del trasplante comenzó a sentirse peor que antes. En el hospital le dieron el diagnóstico: Enfermedad de injerto contra huésped (EICH):
- La médula ósea luego de comenzar a producir células inmunes en el cuerpo de Juan Pablo, comenzaron a atacarlo porque no lo reconocían como propio. Al igual que sucede en el rechazo de órgano, se produce un ataque inmune agresivo, impidiendo el correcto funcionamiento del cuerpo.
- “Principalmente ocurre luego de un transplante de células madre sanguíneas (alogénico, de otro individuo) por sobre otros órganos. El riesgo de ocurrencia aumenta principalmente mientras más incompatibilidad exista entre el donante y el receptor. Además, se hace más complejo si los involucrados tienen mucha edad o si no son del mismo sexo” apunta el Dr. David Jacobsohn, jefe del área de transplante de sangre y médula ósea en el Hospital Memorial de Niños en Chicago.
- La EICH le ocurre entre 3 y 5 de cada 10 personas que reciben médula ósea donada, siento la principal causa de muerte o afecciones posteriores.
Tipos y síntomas
“Los principales órganos atacados por las células inmunes del donante son la piel, el hígado y el sistema gastrointestinal, con menor medida el sistema respiratorio. Los primeros signos comienzan generalmente luego de 2 o 3 meses de ocurrido el trasplante”, indica el Dr. Jacobsohn. Algunos signos iniciales son:
- Dermatitis o rash cutáneo y ampollas en la piel
- Aumento de bilirrubina, lo que lleva a una coloración amarillenta de la piel (ictericia)
- Movimientos y dolor intestinal. Puede producirse diarrea.
- Al tener las defensas preocupadas de atacar el cuerpo, es posible que aumente el riesgo de infecciones
En el caso de la EICH aguda se define el nivel (de 1 a 4) según el porcentaje de la piel que está afectada por la dermatitis, la cantidad de bilirrubina en la sangre y las deposiciones que ocurran en un día. Por ejemplo, el grado 3 presenta:
- Sobre el 50% de la piel presenta enrojecimiento
- La bilirrubina está aumentada entre 6 a 15 veces de lo normal
- Si aparece diarrea hay más de 1 litro y medio de deposiciones. Sin diarrea se va al baño por lo menos 7 veces al día.
Aunque los síntomas permiten diagnosticarlo, es necesario corroborar con biopsias de tejido cutáneo y exámenes de sangre.
Formas de tratamiento
Considerando que un alto porcentaje de los trasplantados con médula ósea (casi 23 mil durante el 2021 en Estados Unidos) pueden desarrollar EICH es importante reducir el riesgo de desarrollarlo y también de agravarse si se padece.
“Las formas de poder reducir el riesgo parten con una preparación del receptor aminorando la posibilidad que se active las células inmunes [inmunosuprimir] del donante. Además, se pueden seleccionar ciertas células inmunes del donante [linfocitos T] y se destruyen, de tal manera que la probabilidad de reacción sea menor”, apunta la Dra. Brenda Sandmaier, del Centro para el Cáncer Fred Hutchinson, en Seattle.
Si esto no fue suficiente y de todos modos aparece la EICH aguda se continúa con inmunosupresores y se agregan corticoides en altas dosis. Sin olvidar el cuidado de los órganos que se vean afectados. Aunque es altamente probable que los tratamientos den respuesta, no se puede descartar un riesgo para la salud. En otros casos, cuando el efecto es manejable, es probable que se presente una EICH crónica.
Por todas estas razones es importante recordar la importancia de donar órganos, con el fin de aumentar las probabilidades que alguien en búsqueda de una mayor compatibilidad pueda encontrarla. Donar órganos es donar vida.
Por Carlos Diego Ibáñez
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