La mayoría de las mujeres comienza a experimentar cambios en sus ciclos menstruales a finales de los cuarenta hasta que estos desaparecen por completo, como promedio, a los 51 años. Otras, debido a tratamientos médicos, problemas genéticos o deficiencias hormonales, llegan a la menopausia antes de los 40, lo que se conoce como menopausia precoz o prematura. Entérate aquí de sus causas y consecuencias para la salud física y emocional.
La menarquía (o menarca), el primer período o ciclo menstrual, marca el comienzo de los años reproductivos de la mujer que por lo general se prolongan durante décadas y, como promedio, terminan a los 50 años. El fin de estos años fértiles se conoce como menopausia, es decir, el cese (pausa) de los períodos (menstruaciones). Esto sucede porque: o los ovarios no disponen ya de óvulos, no responden a las señales hormonales, han sido dañados o se han extirpado quirúrgicamente.
Antes de que los períodos se detengan por completo, la mujer atraviesa por un proceso conocido como perimenopausia que puede prolongarse de dos a 6 años (algunas mujeres experimentan perimenopausias más cortas y otras más largas). Una vez que la mujer ha dejado de menstruar a lo largo de un año, se considera que ya ha llegado a la plena menopausia, etapa a la que se llega como promedio a los 51 años (lo que significa que la mayoría la alcanza entre las edades de 47 y 53 años).
Si la mujer presenta la menopausia antes de los 40 años, se considera que la menopausia es prematura (también conocida como menopausia temprana o precoz). Se calcula que una de cada 20 mujeres es afectada por la menopausia prematura. Desde el punto de su salud física, esto implica que tienen más riesgo de sufrir ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y osteoporosis que el resto de las mujeres. Desde el punto de vista emocional, tiene que enfrentarse a la realidad de que ha terminado su etapa fértil y no ya podrá ya engendrar, así como a todas las connotaciones negativas alrededor de esta etapa que todavía muchos consideran como de “decadencia”, o de entrada a la vejez.
La menopausia temprana puede ocurrir debido a diferentes causas, así como a algunos tratamientos médicos. Entre ellos:
- Tratamientos para combatir el cáncer como la quimioterapia o la radiación en el área pélvica. Estos tratamientos , aunque vitales para combatir la enfermedad, pueden tener efectos secundarios, como dañar los ovarios y provocar que los períodos se detengan. La dificultad o imposibilidad de concebir, pueden suceder inmediatamente o varios meses después. Las probabilidades de que la mujer inicie la menopausia depende del tipo y cantidad de la quimioterapia que se administre. La edad de la mujer también influye: mientras más joven sea, tiene menos probabilidades de experimentar la menopausia precoz por este motivo.
- Cirugía para extirpar los ovarios: cuando se extirpan ambos ovarios, que es un procedimiento conocido como ooforectomía bilateral, la menopausia es inmediata e inevitable porque la mujer ya no puede ovular. Ya no tendrá más períodos y sus niveles hormonales comenzarán a descender. Es muy probable que comience a tener síntomas asociados con la menopausia rápidamente, como fogajes (calores, sofocos), así como disminución del deseo sexual.
- Cirugía para extirpar el útero. Algunas mujeres a las que se les practica una histerectomía (cirugía mediante la que se extirpa o saca el útero), pueden conservar los ovarios. Estas mujeres no entrarán en la menopausia inmediatamente, porque sus ovarios continúan produciendo hormonas. Pero como el útero fue extirpado, ya no tendrán períodos ni podrán quedar embarazadas. A veces, pueden experimentar calores o sofocos ya que la cirugía ocasionalmente afecta el suministro de sangre a los ovarios. Más adelante, por lo general llegan a la menopausia natural un año o dos antes de lo previsto.
En otros casos, la menopausia temprana llega por si sola debido a otras causas que no están relacionadas ni con tratamientos ni con cirugías, sino con una disminución de la actividad de los ovarios y por lo tanto, de sus niveles hormonales. En estos casos, la menopausia prematura recibe otros nombres como “insuficiencia ovárica prematura” o “insuficiencia ovárica primaria”. Entre sus causas se encuentran:
- Anormalidades cromosómicas: algunos problemas con los cromosomas (unos segmentos largos del ADN que se encuentran en el centro o núcleo de la célula y que contienen los genes), pueden causar la menopausia precoz. Como el caso del síndrome de Turner (en el que la mujer nace sin el cromosoma X o una gran parte de este cromosoma). Debido a que los ovarios no se forman normalmente, la menopausia se presenta antes de tiempo.
- La genética: las mujeres con una historia familiar de menopausia precoz tienen más probabilidades de presentarla también.
- Enfermedades del sistema inmunológico: el sistema de defensa del cuerpo, que normalmente ataca a las bacterias y a los virus, puede “equivocarse” y atacar a los ovarios, evitando así que produzcan hormonas. Los trastornos de la tiroides y la artritis reumatoide son dos condiciones que puede provocar la menopausia precoz.
- Infecciones virales: Si la madre de la mujer tuvo una infección viral mientras estaba embarazada, se puede afectar el desarrollo de los ovarios del bebé si es hembra y causar que nazca con menos óvulos de los que hubiera tenido normalmente, lo que resulta en menopausia prematura. Algunos estudios afirman que algunas mujeres pueden sufrir menopausia prematura si tienen paperas y la infección pasa a los ovarios.
Tus períodos comienzan a cambiar. ¿Qué puedes hacer?
Si tus períodos cambian o desaparecen antes de que cumplas los 40, acude al médico. Quizá se deba a una menopausia temprana, pero podría tratarse de otra condición: un embarazo que desconoces, o quizás, a otro trastorno que cause el cese de tus períodos (o amenorrea), y que pueda solucionarse con el tratamiento adecuado. Entre éstas se incluyen:
- Hiperprolactinemia: esta condición se caracteriza por el exceso de producción de la hormona prolactina (encargada de la producción de la leche materna) y que a veces se detecta por la secreción de leche a través de los pezones cuando la mujer no está lactando. Se puede tratar con medicamentos como Parlodel, que ayuda a que los ovarios vuelvan a funcionar normalmente.
- Trastornos de la hipófisis (pituitaria) y/o el hipotálamo: a menudo, las mujeres con insuficiencia de la hipófisis (pituitaria) o insuficiencia hipotalámica, o tumores en alguno de estos sitios, sufren amenorrea. En ese caso, por lo general no tienen los síntomas asociados con la falta de estrógeno (calores, resequedad vaginal, por ejemplo), sino que sencillamente, sus períodos se suspenden. Estas condiciones, una vez que se diagnostican, se resuelven con medicamentos y/o cirugía.
- Enfermedad de Cushing: sucede cuando la hipófisis (pituitaria) produce un exceso de hormona corticotropina (ACTH, por sus siglas en inglés), la cual le da la señal a las glándulas suprarrenales para que produzcan cortisol. Las glándulas suprarrenales hiperactivas pueden dar como resultado la amenorrea.
- Síndrome de los ovarios poliquísticos: puede ocasionar períodos salteados (periodos irregulares) u otros síntomas, como crecimiento de vello facial o corporal excesivo, presión alta (hipertensión), niveles de azúcar elevados en la sangre y dificultad para concebir.
- Otras causas de la suspensión de los períodos: incluyen aumento excesivo de peso o su opuesto, una pérdida excesiva de peso; algunos medicamentos de uso psiquiátrico y algunos narcóticos; hacer demasiado ejercicio o adherencias (cicatrices) en el útero, entre otras.
Confirmando tu diagnóstico de menopausia temprana
Por lo general, el diagnóstico de la menopausia se confirma cuando la mujer no ha tenido períodos durante 12 meses consecutivos. Para determinar si se trata de menopausia temprana, el ginecólogo te preguntará si has tenido una serie de síntomas, como sofocos o calores, irregularidad en las menstruaciones, dificultad para dormir, resequedad vaginal y disminución del deseo sexual (para algunas mujeres con menopausia temprana, los síntomas pueden ser bastante severos).
Pero estos síntomas no son suficientes para establecer un diagnóstico definitivo, así que con seguridad, el médico te ordenará unas pruebas de sangre para descartar otras condiciones, como problemas de la tiroides, y medirá los niveles de algunas hormonas femeninas: el estrógeno o estradiol, así como la hormona de estimulación de los folículos (FSH por sus siglas en inglés). Esta es la prueba de diagnóstico más importante: la FSH hace que los ovarios produzcan estrógeno. Cuando los ovarios disminuyen la producción del estrógeno, aumentan los niveles de la FSH. Cuando esta sube por encima de 40 mlU/ml, por lo general indica que la mujer ya está en la menopausia.
Si se confirma el diagnóstico de menopausia precoz, tu médico te puede recomendar algunos métodos para mejorar tus síntomas, especialmente si son muy severos, que son similares a los usados en los casos de la menopausia que no es precoz (cuando se necesitan debido a la intensidad de los calores, etc.), como la terapia de reemplazo hormonal, por ejemplo. La mujer también puede buscar la ayuda de un especialista en reproducción asistida, o un especialista en fertilidad, si sus períodos no han cesado por completo y desea tener más hijos.
Independientemente de lo que cause la menopausia precoz hay que tener en cuenta que es un proceso irreversible y que la mujer sufrirá los efectos de la disminución en los niveles de las hormonas femeninas durante más tiempo de lo habitual con las consecuencias mencionadas anteriormente: un aumento en el riesgo de desarrollar ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y osteoporosis.
Es importante que tomes las medidas necesarias para contrarrestar el riesgo de desarrollar esas condiciones, y adoptes hábitos saludables para que puedas continuar llevando una vida plena y feliz, aunque hayas entrado antes de tiempo a la menopausia.
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