Los bebés y los niños pequeños son especialmente susceptibles a sufrir quemaduras en casa. La curiosidad que los caracteriza hace que sea muy común que puedan quemarse con los objetos calientes como las estufas o sufrir escaldaduras con el agua caliente. Aquí te cuento cuáles son las causas más comunes de las quemaduras en los pequeños para que tomes las medidas de precaución necesarias y evites este tipo de accidentes.
Luisa es aficionada a hacerse distintos peinados utilizando planchitas para alisar y pinzas para enrular. Ella pensaba que dejar conectados estos aparatos en el baño no representaba ningún peligro en la casa hasta que su hermanita de un año se quemó con una de sus pinzas. A esa edad, los pequeños son muy curiosos y al ver unos cables colgando del lavabo, la bebita tiró de ellos y terminó en la sala de emergencia con una quemadura. A Luisa, por supuesto, sus papás la regañaron y desde entonces, ella sabe que no se puede dejar nada caliente al alcance de su hermanita.
Tal como a Luisa, muchos hogares, la falta de atención de los adultos puede exponer a los bebés y a los niños pequeños a accidentes por quemadura. Para poder prevenir que los pequeños sufran estos accidentes, es necesario entender cuáles son las posibles causas. Entre ellas:
- Quemaduras o escaldaduras por agua hirviendo en el baño, en bebidas calientes como café y té o líquidos que se están cocinando en la estufa.
- Contacto con objetos inflamables (que se incendian fácilmente) o calientes como la estufa, la chimenea, las pinzas para el pelo, etc.
- Quemaduras químicas que se producen al tragar objetos o sustancias como pilas de un reloj y limpiadores. El cloro también puede ocasionar quemaduras en la delicada piel de los bebés cuando está en contacto con él.
- Quemaduras eléctricas causadas por morder cables eléctricos o meter los deditos en los enchufes.
- Quemaduras por exposición excesiva al sol.
Las quemaduras se clasifican según su gravedad (qué tanto dañan la piel) en primero, segundo y tercer grado. Todas las situaciones que aparecen en la lista tienen el potencial de causar quemaduras de todos los grados.
Las quemaduras de primer grado son las más leves ya que suceden en la capa superficial de la piel. Estas quemaduras producen un poco de dolor, inflamación (hinchazón) y enrojecimiento sin ampollas. Por lo general se curan en una semana.
Las quemaduras de segundo grado, son más serias porque involucran otras capas de la piel más profundas. Para identificarlas, basta observar si hay ampollas, dolor agudo y enrojecimiento. Las ampollas pueden abrirse y la piel se ve húmeda y de color rojo o rosado brillante. Su tiempo de curación es mínimo de 3 semanas. Aquí existe el riesgo de que se infecte y es importante supervisión médica.
Las más graves son las quemaduras de tercer grado, pues incluyen todas las capas de la piel y el tejido subcutáneo. Este tipo de quemadura severa hace que la superficie de la piel se vea muy seca, blanca como la cera, con apariencia de cuero marrón (café) o achicharrada. Es posible que no se sienta dolor al principio porque los nervios se han dañado. El tiempo de curación depende de la gravedad de la quemadura y el lugar, pero por lo general toma más tiempo ya que frecuentemente se requiere hacer cirugía para poner injertos de piel sana que se obtienen de otra parte del cuerpo y se ponen sobre la piel que se ha quemado. Estas quemaduras requieren atención de emergencia.
Si tu bebé o pequeño sufriera una quemadura, observa estos signos y busca atención médica de inmediato, principalmente si la quemadura cubre más del 10 por ciento del cuerpo, si proviene de fuego, electricidad o químicos y si se ve infectada. Es importante que NO apliques hielo ni agua fría. Lo que se recomienda es cubrir el área afectada con una toalla o tela limpia hasta que reciba atención especializada.
Si la quemadura es menor o de primer grado, por supuesto debes retirar al bebé de la fuente de calor. Echa un poco de agua fresca, no helada sobre la herida y sostén una compresa fría sobre la quemadura por 3 a 5 minutos.
NO apliques hielo, ni aceite, ni mantequilla, ni talco en la herida. Estos remedios lo que hacen es empeorar la quemadura.
En caso de que la quemadura sea con fuego, haz que el bebé ruede sobre su cuerpo para apagar la llama y cúbrelo con una manta. Llama de inmediato al número de emergencia médica.
Si la quemadura es eléctrica, antes de tocar al bebé, aléjalo de la fuente de electricidad para que tú no vayas a recibir una descarga eléctrica. Si es por químicos que han estado en contacto con su piel, enjuágala con bastante agua por más de 5 minutos. Puedes utilizar la ducha, baldes de agua o una manguera. Y busca atención especializada de inmediato.
Si tu bebé ingiere alguna sustancia o se come algún objeto como baterías que pueden causarle quemaduras internas, llama sin esperar al número de emergencias de tu localidad.
Por supuesto, las medidas de prevención son el arma más importante para evitar estos accidentes. Aleja a los pequeños de la cocina para que no estés expuestos a las estufas calientes, al agua caliente o al fuego. Las velas, los encendedores y otras fuentes de fuego y calor (como bebidas calientes) deben mantenerse fuera del alcance de los pequeños.
Así mismo, debes comprar cubiertas protectoras para todas las tomas eléctricas que tengas en casa, debes guardar los químicos y las sustancias peligrosas en un lugar que esté fuera de su alcance, y no uses planchas y pinzas para el pelo cuando haya pequeños alrededor. Si los usas, desconéctalos de inmediato y guárdalos en un lugar seguro.
En casa, es importante instalar detectores de fuego y revisar que estén funcionando bien.
Aunque no lo creas, la hora del baño también puede ser peligrosa. Por eso, siempre toca el agua con tu codo antes de sumergir al pequeño y asegúrate de que no juegue con las llaves para que no salga agua caliente accidentalmente. Las quemaduras con agua suceden en 5 segundos.
Los estudios demuestran que los bebés y los pequeños menores de 5 años son los más susceptibles a sufrir quemaduras en casa. Las más comunes ocurren con las pinzas para el pelo y al tocar la estufa de la cocina. No los descuides y toma las medidas de precaución necesarias. Como dice el dicho: Prevenir es mejor que remediar.
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