La próstata es una glándula que forma parte del sistema reproductivo masculino. Rodea al conducto que lleva la orina desde la vejiga hasta el exterior del cuerpo y en los hombres jóvenes tiene el tamaño aproximado de una nuez. Pero, con el paso de los años, este órgano aumenta poco a poco de tamaño y si crece demasiado puede causar diversos problemas. Algunas complicaciones derivadas pueden ser el aumento en la frecuencia o la dificultad para orinar.
Debido a que supone una preocupación para muchos hombres, en los últimos años se han desarrollado productos y suplementos nutricionales que afirman poder ayudar en la prevención de estos problemas o al menos reducir sus síntomas. “Este no deja de ser un tema controvertido. Algunos componentes como la vitamina D o los carotenos del tomate o la zanahoria, por poner algún ejemplo, se han asociado con un efecto protector frente al cáncer de próstata. Otros componentes vegetales se considera que tienen un efecto beneficioso frente al crecimiento benigno de la próstata. En ambos casos, el grado de evidencia existe, pero es débil”, señala el Dr. Josep Maria Caballero, jefe del Servicio de Urología del Hospital Universatario MútuaTerrassa.
Existe sin duda un creciente interés en mostrar las propiedades beneficiosas de algunos de estos componentes y cada vez es más habitual encontrárselos en las farmacias. Sin embargo, el Dr. Luis Prieto, de la Junta Directiva de la Asociación Española de Urología considera que aunque hay un ingente mercado de productos, estos son de discutible o nula eficacia, no testados científicamente ni controlados.
“Estos productos tienen salida, venta y empleo sin la demostración científica de utilidad. No hay interés en su evaluación”, señala el experto, recalcando que en la actualidad tanto para el cáncer de próstata como para la hiperplasia benigna los suplementos alimenticios no resultan demostradamente eficaces, aunque señala que en algunos casos hay ensayos preclínicos con resultados que parecen evidenciar un efecto protector.
¿Por qué han surgido estos suplementos?
En la salud prostática existe una importante evidencia del efecto protector de una alimentación saludable. Dietas bajas en grasas saturadas y ricas en grasas polinsaturadas y dietas ricas en frutas y verduras son beneficiosas en el mantenimiento de una buena salud y prevención del cáncer de próstata, junto con la realización de ejercicio aeróbico y de resistencia, no fumar y el mantenimiento de un peso corporal normal.
“Aun así, el cáncer de próstata no se puede prevenir de manera segura. Muchos factores de riesgo, como la edad, la raza o los antecedentes familiares no se pueden controlar. Controlar otros factores como la disminución del peso corporal, la actividad física o la adecuada alimentación pueden favorecer que no aparezcan otros problemas de salud concomitantes o agravantes”, explica el Dr. Luis Prieto.
“Los suplementos alimenticios son productos consistentes en fuentes concentradas de nutrientes que se presentan con la finalidad de complementar la ingesta en la dieta normal cuando no se puedan cumplir las recomendaciones nutricionales o cuando se necesiten aumentar los requerimientos de estos nutrientes”, comenta Felipe Mozo, vocal de Alimentación del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz, señalando que pueden ser eficaces y recomendados en algunos casos, como los varones a partir de los 40 años que comiencen a presentar dificultad para orinar o que suelan tener la necesidad imperiosa y urgente de hacerlo de forma frecuente. El Dr. Josep Maria Caballero coincide en esta apreciación. “Especialmente en aquellos varones que presentan más riesgo como la presencia de genes relacionados con el cáncer, antecedentes familiares o ser de raza negra”.
Cuidado con la automedicación
Hoy en día, en internet es posible encontrar de todo, y los suplementos alimenticios para la salud prostática no son una excepción. “Los pacientes asocian productos dietéticos con ventajas y realizan innumerables búsquedas de Google a este respecto. De una búsqueda sencilla resultan más de 40 complementos alimenticios para la próstata, desde selenios a múltiples vitaminas, extractos de ortigas y vegetales desconocidos, de un precio caro, sin ninguna eficacia demostrada en guía clínica, lo que supone un gasto innecesario y la generación de expectativas frustradas para los pacientes, abusando del efecto placebo, cuando no tienen efectos colaterales de diversa importancia”, comenta el Dr. Luis Prieto.
Aunque en un principio todos estos suplementos deberían ser seguros, siempre se corre un riesgo cuando no existe la presencia de personal sanitario especializado en la recomendación, como explica el Dr. Josep Maria Caballero. “Generalmente son productos que no suponen un riesgo para la salud. No obstante, si que puede existir una mala información. Así, ciertos componentes que en su justa medida se asocian a una menor incidencia de patología, en exceso pueden incrementar el riesgo de padecerla”.
Así, el Dr. Luis Prieto explica por ejemplo como en algunos casos, al ingerir los zumos de arándano para las prostatitis o inflamación de la próstata se ignora su elevado contenido de glucosa, muy perjudicial para diabéticos, siendo además de muy limitada eficacia. “Hay muchos ejemplos de esto, según el producto empleado. Lo mejor es la evaluación por un médico urólogo, ya que existen un sinfín de problemas no comunicados de estos productos que permanecen ocultos”.
Los tres problemas más habituales
A partir de los 45 años es cuando empiezan a ser más frecuentes los problemas relacionados con la próstata. Principalmente son tres las patologías que más afectan a la próstata: el adenoma de próstata o hiperplasia benigna de próstata, las infecciones urinarias o prostatis y el cáncer de próstata.
La más habitual de todas ellas es la hiperplasia benigna y se produce cuando la próstata ha crecido demasiado. No es una afección cancerosa y no se cree que aumente el riesgo de cáncer de próstata. Sus síntomas son ganas de orinar urgentes y frecuentes, problemas para comenzar a orinar o hacer solo unas gotas, un flujo de orina débil, lento o que termina y comienza varias veces y pequeñas cantidades de sangre en la orina.
La hiperplasia benigna se estima que en mayores de 40 años tiene una prevalencia de cerca del 12 por ciento, pudiendo alcanzar el 30 por ciento en los mayores de 70 años. “Supone la primera causa de consulta en los Servicios de Urología y la segunda causa de ingreso para intervención quirúrgica en varones mayores de 50 años”, comenta Felipe Mozo, vocal de Alimentación del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz.
Por su parte, la prostatitis es la infección urinaria más frecuente en el varón entre la segunda y cuarta década de la vida. Hay tres tipos: aguda, crónica y no infecciosa. Los datos epidemiológicos sugieren que entre el 2 y el 4 por ciento de los adultos presentan síntomas compatibles con la prostatitis crónica en algún momento de su vida.
El cáncer de próstata es el cáncer urológico más frecuente en la población masculina y actualmente constituye la tercer causa de muerte por cáncer entre los hombres, tras el cáncer de pulmón y el de estómago. Es una enfermedad que está muy fuertemente relacionada con el envejecimiento, incrementándose su incidencia sobre todo a partir de los 65 años, cuando se diagnostica un 90% de los casos.
Por Miguel Ramudo
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