El herpes zóster, comúnmente conocido como culebrilla y shingle, es una infección dolorosa que puede afectar seriamente la calidad de vida en adultos mayores. Este virus, el mismo que causa la varicela, se activa años después y suele manifestarse como una erupción dolorosa en personas de 60 años o más. La probabilidad de experimentar esta reactivación viral aumenta con la edad, haciendo necesario conocer los mejores cuidados para el herpes zóster en adultos mayores, así como estrategias de prevención como la vacuna Shingrix.
¿Qué es el herpes zóster y por qué afecta a los mayores?
El herpes zóster es causado por el virus varicela-zóster, que permanece en estado latente en el sistema nervioso tras un episodio de varicela en la infancia. Con el tiempo, el sistema inmunológico se debilita, brindando la oportunidad para que este virus “despierte”. De hecho, aproximadamente 1 de cada 3 personas en Estados Unidos desarrollará herpes zóster en algún momento de su vida, y las probabilidades aumentan en los mayores de 60 años.
En los adultos mayores, el herpes zóster no solo causa una erupción cutánea dolorosa, sino que puede presentar complicaciones como neuralgia postherpética (NPH), un dolor que persiste meses o incluso años después de la erupción. Este dolor crónico afecta gravemente la funcionalidad diaria y la salud mental, haciendo que el tratamiento y prevención sean fundamentales.
¿Cómo impacta el herpes zóster la calidad de vida?
Para los mayores de 60 años, el herpes zóster puede ser debilitante. El Dr. Myron Levin, experto en respuesta inmune de la Universidad de Colorado, enfatiza que este dolor puede llegar a ser un ardor severo o pinchazos intensos que alteran la vida cotidiana. Las principales afectaciones incluyen:
- Dolor crónico: La neuralgia postherpética afecta alrededor de 1 de cada 50 personas que sufren herpes zóster, siendo más común en personas mayores de 60 años. Este dolor continuo limita la movilidad y genera sensibilidad en la piel, haciendo incómodas actividades básicas como vestirse o desplazarse.
- Problemas de visión y audición: Cuando el herpes zóster afecta los ojos o los oídos, el impacto puede ser grave. En el caso del shingles oftálmico, las lesiones pueden llevar a problemas visuales e incluso ceguera. Si se presenta en el oído, puede causar pérdida auditiva y parálisis facial.
- Deterioro cognitivo: Estudios recientes sugieren que las personas mayores que han padecido herpes zóster, especialmente la oftalmológica, pueden estar en mayor riesgo de desarrollar problemas cognitivos. Aunque las causas exactas de esta relación aún se investigan, la inflamación causada por el virus en el sistema nervioso central podría tener un papel significativo.
Para más información sobre estos riesgos en adultos mayores, consulta nuestro artículo completo en Vida y Salud.
La vacuna Shingrix: Prevención para adultos mayores
La vacuna Shingrix, aprobada en 2017, se ha convertido en una herramienta clave para prevenir el herpes zóster y sus complicaciones. Shingrix es recomendada para personas mayores de 50 años y ha mostrado una efectividad superior al 90%, para reducir la aparición de esta infección y sus consecuencias.
Según estudios clínicos, Shingrix no solo disminuye el riesgo de neuralgia postherpética, sino que también podría reducir las probabilidades de deterioro cognitivo, similar a lo visto en la vacuna anterior, la Zostavax. La vacunación representa, además, una medida de seguridad en entornos donde los adultos mayores pueden entrar en contacto con otras personas inmunodeprimidas o en riesgo.
Efectos secundarios y recuperación después de Shingrix
Como toda vacuna, Shingrix puede generar algunos efectos secundarios menores, que incluyen:
- Dolor e hinchazón en el área de la inyección.
- Fatiga.
- Fiebre leve y dolores musculares.
Estos efectos suelen ser temporales, permitiendo que la mayoría de las personas retomen sus actividades diarias en poco tiempo. Para más información sobre la vacuna Shingrix, visita nuestra sección de vacunas en Vida y Salud.
Cuidados para el herpes zóster en adultos mayores
Si eres mayor de 60 años y tienes síntomas de herpes zóster, existen recomendaciones que pueden ayudar a controlar los síntomas y a prevenir brotes futuros:
- Vacunarse: Shingrix es la medida más eficaz contra el herpes zóster. Habla con tu médico para ver si eres candidato.
- Cubrir las erupciones: Para evitar la propagación del virus, es importante cubrir las áreas afectadas, ya que el contacto directo con el líquido de las ampollas puede propagar el virus.
- Usar ropa cómoda: Durante un brote, la piel es extremadamente sensible. Opta por prendas de tejidos suaves y ligeros.
- Consultar al médico si el dolor persiste: En caso de que el dolor se prolongue, el médico podría recomendar analgésicos o tratamientos específicos para la neuralgia postherpética.
Fortalecer el sistema inmunológico en adultos mayores
Aunque no se puede prevenir completamente la reactivación del virus, fortalecer el sistema inmunológico puede disminuir el riesgo. Para ello, considera:
- Alimentación balanceada: Los alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras, son claves para mantener el sistema inmune saludable.
- Ejercicio regular: La actividad física moderada refuerza el sistema inmunitario y disminuye el riesgo de enfermedades crónicas.
- Descanso adecuado: Dormir lo necesario permite que el cuerpo se recupere y se defienda mejor contra infecciones.
Cuidar el sistema inmunológico y mantener un estilo de vida saludable es clave para reducir el impacto del herpes zóster en los mayores de 60 años. Habla con tu médico para explorar todas las opciones de prevención y tratamiento disponibles.
Preguntas frecuentes
¿Qué es el herpes zóster en adultos mayores?
El herpes zóster es una reactivación del virus de la varicela en el sistema nervioso y causa una dolorosa erupción cutánea, más común en mayores de 60 años.
¿Es recomendable la vacuna Shingrix para adultos mayores?
Sí, Shingrix es recomendada para personas de 50 años en adelante y es altamente eficaz para prevenir el herpes zóster y sus complicaciones.
¿Cuáles son los síntomas del herpes zóster?
Los síntomas incluyen dolor intenso, erupción cutánea y, en algunos casos, problemas de visión y audición si el virus afecta el área ocular o auditiva.
¿Puedo contagiarme de herpes zóster por contacto?
No directamente, pero el líquido de las ampollas puede transmitir el virus a personas no vacunadas, causando varicela en lugar de herpes zóster.
¿Cómo ayuda la vacuna a prevenir el herpes zóster?
Shingrix reduce el riesgo de brotes y neuralgia postherpética, y podría disminuir la probabilidad de deterioro cognitivo en adultos mayores.
¿Qué cuidados básicos ayudan a prevenir la culebrilla en adultos mayores?
Mantener un sistema inmunológico fuerte, vacunarse y evitar el contacto con el líquido de las ampollas son medidas preventivas importantes.
Por Carlos Diego Ibáñez
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