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El cáncer de mama (o seno) es una enfermedad en la que las células de la mama se multiplican sin control. El término engloba distintos subtipos de la enfermedad, que requieren diferentes tratamientos y abordajes. 

El 19 de octubre de cada año se conmemora el Día Internacional de lucha contra el cáncer de mama para concienciar a la población sobre la importancia de su prevención y manejo. Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud calculan que, cada año en los países de América, casi medio millón de mujeres son diagnosticadas con este tipo de cáncer, de las que casi 100.000 fallecen, la mayoría son menores de 65 años. 

Para el Dr. César Rodríguez, presidente electo de la Sociedad Española de Oncología Médica, el cáncer de mama “es un ejemplo –en el que puede reflejarse el resto de la especialidad– sobre cómo los avances en los tratamientos están mejorando realmente las cifras de la enfermedad”.

Como advierte, el número de casos está aumentando, sobre todo por el cambio de hábitos de vida poco saludables. Sin embargo, la mortalidad está descendiendo. Los motivos, en su opinión, son dos:

  • Diagnósticos más precoces, gracias a los programas de detección precoz (o screening)
  • Mejora de los tratamientos, cada vez más personalizados, que impiden las recaídas

De esta manera, se espera que más del 80% de las pacientes no presenten una recaída en los diez años siguientes al diagnóstico. “Curamos más y con tratamientos más selectivos, menos tóxicos y más específicos”, resume.

Un caso a destacar es el de las pacientes con enfermedad metastásica. Se calcula que en torno al 20-25% del total de las pacientes puede tener recaídas de la enfermedad a lo largo del seguimiento. Pero, como destaca el Dr. Rodríguez, en estos casos los avances terapéuticos también son “espectaculares, con supervivencias muy elevadas, aunque seguimos sin cumplir el objetivo de curar la enfermedad”.

Importancia de la prevención

Durante muchos años, se han puesto en marcha numerosas campañas animando a las mujeres a autoexplorarse los senos. El Dr. Rodríguez opina que es una medida “muy controvertida, nunca ha demostrado que mejore la supervivencia. Sí permite que la consulta sea más precoz y mejorar que el tratamiento sea menos mutilante y agresivo para la paciente”. 

El cribado (o screening) con mamografías sí se ha demostrado útil, por lo que es fundamental que las mujeres acudan a sus citas para realizarlas.

“Además de estas medidas, la prevención que nos interesa a los oncólogos son los cambios en la vida hacia hábitos saludables que permitan ni siquiera llenar a tenerlo”. Entre otros son:

  • Practicar más ejercicio físico
  • Seguir una dieta equilibrada
  • No consumir alcohol
  • No fumar

“Si se siguen estas medidas, el riesgo de tener cáncer de mama desciende. Y más aún: en pacientes que han tenido un cáncer de mama, reducen el riesgo de recaer: es importante que realicen el denominado ejercicio físico oncológico, pautado por un profesional y con regularidad. Porque es mejor hacer ejercicio continuado todos los días de la semana que poco ejercicio e intenso dos días a la semana. Existen ya programas, materiales y centros que implementan ejercicio físico oncológico, llevados a cabo por especialistas”, concluye.

También en hombres

La inmensa mayoría de casos de cáncer mamario es en mujeres pero también pueden presentarse en hombres, pese a que los casos son poco frecuentes. Sus causas son desconocidas.

 

Por Javier Granda Revilla
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Imagen: ©Shutterstock / Chompoo Suriyo

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