¿Cuando es simple tristeza y cuándo es depresión?
Te cuesta levantarte de la cama, no quieres hablar con nadie. Has engordado o adelgazado demasiado. Ya nada te entusiasma y sientes cansancio todo el tiempo. No quieres ir al trabajo y duermes mal. Tienes problemas para relacionarte con los demás. Te dan ganas de llorar, estás irritable y quizás tienes algún dolor físico que no tenga explicación aparente. Es posible que hayas pensado que ya no quieres vivir más… Si esto te suena familiar, es posible que tengas depresión.
La depresión es una de las enfermedades más comunes que pueden afectar a las personas a cualquier edad, pero en mayor porcentaje a las mujeres (dos veces más propensas que los hombres). Se cree que una de cada cuatro mujeres sufrirá de depresión clínica al menos una vez a lo largo de su vida.
La depresión es una enfermedad, no un defecto en el carácter
Todos tenemos sentimientos de tristeza de vez en cuando, pero cuando estas emociones se prolongan y afectan tu funcionamiento normal en la vida diaria, es hora de que busques ayuda profesional. Recuerda que no sólo te afectan a ti, afectan a todos a tu alrededor también. Tal vez te animará saber que la depresión es una enfermedad que se puede tratar y que quienes reciben ayuda profesional cambian sus vidas para siempre. Sin embargo, muchas personas no buscan ayuda porque no saben que tienen la enfermedad. Creen que sus sentimientos negativos se deben a que son débiles de carácter o lo confunden con estrés, con el fin de una relación o alguna otra circunstancia. Puede ser que no reconozcan los síntomas como algo de lo que deben preocuparse. Pero debes tener cuidado. Como cualquier otra enfermedad, la depresión se debe tratar y no debes sentir vergüenza. ¿O acaso te da pena ir al médico cuando te duele la garganta?
Las causas de la depresión, si bien aún son objeto de estudio entre los científicos, son variadas y pueden ser internas o causadas por factores externos. Se habla de que es causada por alteraciones químicas en el cerebro. Estas alteraciones tienen que ver con un desequilibrio en los neurotransmisores (unos químicos que permiten que las células del cerebro se comuniquen). En el caso de las mujeres, los cambios hormonales también juegan un papel importante.
Los factores externos o ambientales, como el sufrir la pérdida de un ser querido, pasar por un cambio abrupto, padecer enfermedades graves o tener relaciones familiares conflictivas pueden causar o empeorar la depresión. Además, existen factores genéticos. Si en tu familia hay gente que ha sufrido de depresión, es probable que tengas más probabilidades de deprimirte.
¿Cómo se trata la depresión?
La depresión, dependiendo del caso, se puede tratar con medicamentos conocidos como antidepresivos y/o psicoterapia. Los medicamentos serán recetados y controlados por tu médico.
Hacer ejercicio definitivamente ayuda mucho. Además, algunas personas aprenden técnicas de relajación. Tal vez te sirva aprender a meditar, tomar clases de yoga, hacer acupuntura o recibir masajes. Hay quien dice que el aumentar los alimentos con ácidos omega 3, como el salmón, la macarela, la linaza y las nueces de árbol pueden ayudar. Algunas personas también consideran tratamientos alternativos o complementarios que incluyen algunas hierbas. Ten en mente que las hierbas no están reguladas por la FDA y que pueden tener interacciones entre ellas y con las medicinas recetadas. Así que habla con tu médico e infórmate sobre los posibles efectos secundarios.
Como ves, la depresión tiene solución y si sigues un tratamiento, pronto podrás disfrutar de tu vida de una forma entusiasta y feliz junto con todas las personas que te quieren. Recuerda que el apoyo de tu familia y amigos es imprescindible para tu recuperación. Dedica tiempo a compartir con ellos.
Actualización de un artículo de la Dra. Aliza publicado originalmente en el 2009 en People en Español.
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