Un estudio nuevo muestra que existe una conexión entre la arritmia congénita y la capacidad del cuerpo para controlar los niveles de la glucosa. Este hallazgo puede ser de gran importancia para las personas que padecen este tipo de arritmia y para tratamientos futuros de la diabetes.
Un estudio reciente, realizado por unos científicos de la Universidad de Copenhague y publicado en la revista científica Diabetes, encontró que los pacientes con arritmia congénita, cuando consumen azúcar, producen el doble de insulina que las personas sanas. Al mismo tiempo, el azúcar en la sangre de los pacientes se reduce considerablemente unas horas después de consumir azúcar u otros alimentos. En las personas sanas, por el contrario, el azúcar en la sangre se mantiene estable.
En el estudio participaron 14 pacientes con enfermedad cardíaca congénita y 28 personas sanas.
Según Signe Torekov, profesora auxiliar del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Copenhague, los pacientes con un tipo particular de arritmia congénita se vuelven hipoglucémicos después de las comidas, lo que aumenta el riesgo de insuficiencia cardíaca (o sea una falla cardíaca). Debido a eso, es recomendable que estos pacientes procuren hacer cambios en su dieta y que se sirvan porciones más pequeñas de los alimentos. De esa manera evitan que sus niveles de azúcar bajen demasiado.
En general, la hipoglucemia es un desorden poco frecuente, y su causa casi siempre se desconoce. De acuerdo con Signer Torekov, en el estudio se halló una nueva causa de la hipoglucemia. “A largo plazo, los resultados pueden también ser de importancia para el tratamiento de la diabetes, porque la efectividad del tratamiento para esa enfermedad mejora a medida que se descubren más aspectos del metabolismo del azúcar”, dice.
Los científicos midieron el azúcar en la sangre de todos los participantes mediante un análisis de sangre. El azúcar en la sangre de los pacientes en particular se estuvo midiendo regularmente por más de siete días por medio de un pequeño tubo plástico colocado en la piel del estómago. El tubo, a su vez, estaba conectado a una minicomputadora.
Las personas sanas que no padecen de diabetes suelen tener un nivel de azúcar en la sangre entre 3-4 y 7 mmol/ l. Un nivel de azúcar muy bajo puede causar ira, irritabilidad, fatiga y mareos. Si es excesivamente bajo, pueden presentarse desmayos, calambres y finalmente, insuficiencia cardiaca (falla del corazón).
Cuando se hace un electrocardiograma, el tiempo que transcurre entre el momento en que las aurículas y los ventrículos del corazón se contraen y se relajan se llama intervalo QT. Si el intervalo QT es muy largo, sugiere un tipo de enfermedad congénita del corazón que afecta a una de 2,000 personas, y que causa arritmia y hasta fallo cardíaco.
Se sabía que un tipo de canal iónico (como un conmutador dentro de la célula, que se enciende y se apaga) tiene relación con una arritmia congénita. El mismo canal iónico está presente en las células que producen la insulina. Los estudios muestran que cuando se “apaga” el canal iónico, las células del páncreas producen más insulina. La idea del estudio, dice Signe Torekov, era examinar el nivel de azúcar en la sangre de estos pacientes cardíacos, que nacen con ese canal iónico apagado.
Añade Signe Torekov que hasta ahora se pensaba que síntomas como la fatiga y malestar en estos pacientes cardíacos eran sólo debidos a su arritmia, pero estas molestias también son causadas por un nivel de azúcar demasiado bajo.
Gracias al descubrimiento en este estudio, ahora se puede conectar un canal iónico específico con los niveles de azúcar en la sangre; y eso también podría beneficiar en el futuro a los pacientes con diabetes, porque será posible continuar adquiriendo más conocimientos sobre el metabolismo del azúcar en el cuerpo.
Imagen © iStockphoto.com / tolokonov