Qué hacer cuando el tratamiento para el cáncer se ha completado
Por fin ha terminado tu tratamiento para el cáncer que al principio parecía interminable. Tal vez sientas que — como una mariposa saliendo de su capullo — has vuelto a nacer, aunque también te invade un terrible temor de que la enfermedad regrese. ¿Ansiabas volver a tu rutina habitual y ahora no sabes cómo hacerlo? Calma, es habitual en personas que han pasado por tu experiencia. Y para que puedas ir ordenando tus ideas, he aquí algunas reflexiones y sugerencias.
El tratamiento para el cáncer ha llegado a su fin. ¡Alégrate! Lo peor ha pasado y ahora, puedes volver a disfrutar la vida sin molestos procedimientos de por medio. El malestar, el cansancio y todos los efectos negativos que te provocaban han quedado atrás y pronto volverás a sentirte fuerte, tanto física como emocionalmente.
Sin embargo, has cambiado y no es para menos. Desde el momento mismo en que te has enterado que tenías cáncer, posiblemente haya comenzado una revolución dentro de ti, de tu forma de ver la vida y el mundo. Con seguridad, hasta los momentos más sencillos tienen ahora mucho más valor y mereces disfrutar cada uno de ellos.
Luego del cáncer
Es tiempo de pensar en ti y buscar esas cosas que te hacen bien. Mientras estabas en tratamiento para el cáncer sólo esperabas que terminara para volver a la normalidad y ahora que todo ha pasado, ya no sabes bien cuál es esa normalidad. Pues es lógico que eso ocurra, ya que así como han cambiado tus ideas también ha cambiado tu rutina, tus costumbres e incluso hasta puede haber cambiado tu cuerpo.
Por ejemplo, es posible que mientras recibías la radiación o la quimioterapia tu dieta haya cambiado. Si has tenido que pasar por alguna cirugía, seguramente tendrás cicatrices y cambios físicos. Entonces, date un respiro. ¿Cómo piensas volver a tu vida anterior si eres casi una persona nueva? Hay personas que se resisten a los cambios pero eso no tiene por qué ser malo, al contrario: eres y te sientes diferente y eso puede ser positivo.
Por supuesto, no porque empieces a sentirte fuerte otra vez, es motivo para descuidarte. Al contrario, ahora más que antes debes mantener una buena calidad de vida. Ten en cuenta que es posible que el malestar del tratamiento para el cáncer perdure durante algún tiempo, aun cuando ya lo hayas terminado. Si esto ocurre, no te angusties y consulta con tu oncólogo para que te ayude a eliminar o sobrellevar las molestias.
Visitas de seguimiento con el médico
Recuerda que deberás seguir visitando al médico regularmente para hacerte controles y chequeos para verificar que el cáncer no ha vuelto a aparecer. Es posible que te asustes fácilmente y el temor de que la enfermedad vuelva hasta te quite el sueño. Sin embargo, mejor que asustarte es conocer tu propio cuerpo. Pregúntale a tu médico qué síntomas debes tener en cuenta y cuáles podrían ser nuevas señales de alarma. De otro modo, ante cualquier dolor o molestia nueva que aparezca podría volver el fantasma del cáncer sobre tu mente, con la angustia que eso genera.
Además del temor de que el cáncer regrese, la dieta, el aspecto físico, el sexo y el ejercicio son otras de las preocupaciones habituales de los sobrevivientes del cáncer. Vamos a dedicarle unas líneas a cada uno de estos aspectos para que, con estas ideas en mente, puedas profundizar con tu médico sobre cómo mejorar en las áreas que más te preocupen.
El cáncer y la dieta
Con respecto a la dieta, así como durante el tratamiento para el cáncer debías evitar algunas comidas y elegir otras para mantenerte fuerte, ahora deberías volver a una dieta balanceada. También es posible que el médico te indique un nuevo plan alimenticio que se ajuste a tus necesidades según el tipo de cáncer que te haya afectado. Pero por lo general, se recomienda que ingieras platos bajos en grasa, moderes el consumo de alcohol y reduzcas el sobrepeso. El exceso de peso es quizás el factor de recurrencia más prevalente, independientemente del tipo de cáncer. Tenlo en cuenta y trata de eliminar las libras o kilos que te sobren lo antes que puedas.
Con respecto al sexo y el aspecto físico, quizás sean los más complicados y los que más dudas y preocupaciones generen. A veces los medicamentos que usan en el tratamiento para el cáncer te quitan el deseo sexual, otras es difícil aceptar la nueva forma de tu cuerpo y tu nueva condición. Por ejemplo, a las mujeres puede faltarles un pecho o parte de él y los hombres que pasan por una cirugía de cáncer de próstata pueden tener problemas de erección.
En cualquier caso, es muy importante el diálogo y la comprensión de la pareja. Juntos deberán redescubrirse en la intimidad y buscar nuevas formas que les den placer a ambos. Y si no tienes pareja estable, entonces lo mejor es que busques asistencia terapéutica para poder asumir tu nueva situación y recuperar tu autoestima, para interactuar con un posible compañero o compañera en el futuro. En cualquier caso, es fundamental que no te desanimes ni te des por vencido. Es cierto que puede ser difícil pero en general los sobrevivientes de cáncer logran volver a disfrutar los momentos íntimos.
El cáncer y el ejercicio
Por último, el ejercicio y la actividad física pueden ser claves para tu recuperación. Mucha gente piensa que por tener o haber tenido cáncer no pueden hacer ejercicios. Sin embargo, aún mientras estás en tratamiento para el cáncer es bueno mantenerse activo. Hasta puede ayudarte a sobrellevar la enfermedad: está probado que el ejercicio ayuda a manejar el estrés, a mejorar el ánimo y a fortalecer el sistema de defensas, entre otras cosas.
Por supuesto, siempre debes tener en cuenta el tipo de cáncer que hayas tenido, ya que a lo mejor deberás evitar ciertos movimientos o posturas o tener cuidado con ciertas actividades físicas que aumenten el riesgo de que te caigas y te rompas algún hueso. Pero si le preguntas a tu médico qué cuidados debes tener, seguramente te quede un amplio abanico de posibilidades entre las cuales podrás elegir la que más te agrade.
Cada caso es diferente y cada persona es particular. Ya has pasado lo peor y has superado muchas cosas. Frente a todo eso, quitarse la vergüenza y hablar honestamente con tu médico sobre tus dudas y temores debería resultarte algo sencillo. En verdad, no hay motivos para quedarse con dudas, tu tranquilidad lo vale y te lo mereces para disfrutar más de esta nueva etapa que se inicia.
Ultima revisión: 2019
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