La Asociación Americana de Psiquiatría recientemente reconoció oficialmente el llamado “trastorno por atracón” como una enfermedad mental en la que se come sin control, y que trae un aumento de peso excesivo con todas sus consecuencias para la salud. Pero ahora, al parecer, los atracones frecuentes tienen otro resultado negativo: aumentan el peligro de desarrollar diabetes tipo 2 en las mujeres, independientemente del peso corporal que tengan.
El trastorno por atracón se caracteriza por comer de una vez cantidades excesivas de comida, hasta ir más allá del punto de saciedad (que sería la sensación que se produce cuando se satisface el hambre). En este caso, la persona afectada no se induce el vómito ni toma laxantes para eliminar el exceso de comida, como ocurre con otros desórdenes alimenticios como la bulimia. Este desorden, por lo general, es más frecuente en las mujeres que en los hombres.
Pero aparte de los problemas ya conocidos que puede traer comer compulsivamente, como el colesterol alto (si se tiene la predisposición), la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, hay una consecuencia adicional.
Unos investigadores del Boston Children Hospital, Estados Unidos reportaron en la Semana de la Obesidad celebrada del 11 al 16 de noviembre en Atlanta, Georgia, los resultados de un estudio realizado en más de 4,300 chicas jóvenes. Las participantes se daban frecuentes atracones (sin usar laxantes ni vomitar después de una comida abundante), y se halló que el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 era casi cuatro veces mayor, aun después de controlar el índice de masa corporal (IMC).
En los atracones, aparte de ingerir grandes cantidades de comida, suelen haber una gran proporción de alimentos procesados y carbohidratos, sobre todo azúcar. Eso provoca una fuerte respuesta de liberación de insulina que podría agotar a las células beta, lo que a su vez podría elevar el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina. Aunque existe un vínculo entre los atracones con la diabetes tipo 2, la relación exacta no ha sido estudiada todavía.
El estudio tuvo en cuenta otra investigación, Growing Up Today Study (GUTS), realizada en los hijos de mujeres del Nurses’ Health Study, en la que se habían recopilado datos sobre desórdenes alimentarios de los participantes de 1996 a 1999. El estudio hizo un seguimiento hasta 2010 para evaluar el desarrollo de la diabetes tipo 2.
El estudio incluyó 4,323 pacientes del sexo femenino, con una edad promedio de 15 años y un IMC promedio de 20.93. Sólo alrededor del 13% de las chicas estaban pasadas de peso, y sólo 4% eran realmente obesas. Durante el período de seguimiento, se desarrollaron 49 casos de diabetes.
En general, la frecuencia de comer compulsivamente era baja. Sólo 1.77% de las chicas se daban atracones semanalmente, 1.36% se diagnosticaron con trastorno por atracón, y 4% tenían características de un trastorno por atracón muy leve.
Los investigadores encontraron que las chicas que se daban atracones frecuentes tenían muchas más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 durante el período de seguimiento, incluso después de controlar el IMC. La relación entre los atracones y la diabetes se afirmó cuando se consideró además los antecedentes de diabetes tipo 2 de las madres de las participantes.
En análisis posteriores, la relación entre comer compulsivamente y diabetes fue más fuerte entre las chicas que padecían de un trastorno por atracón severo, y cuando además sus madres tenían antecedentes de diabetes tipo 2. No se encontró relación entre atracones poco frecuentes y el desarrollo de la diabetes.
La conclusión del estudio es que las chicas que se dan atracones frecuentes tienen un riesgo elevado de desarrollar diabetes, cualquiera que sea su peso. Si tu hija adolescente come compulsivamente, debe seguir un tratamiento médico para controlar el problema. Y si eres tú quien lo hace, por favor, busca ayuda Necesitas hacerlo para cuidar tu salud y en particular reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
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