Un estudio reciente ha encontrado un posible vínculo entre el uso de ciertos medicamentos para la diabetes con el desarrollo de un problema en la vista conocido como edema macular diabético. Entérate de más detalles para cuidar la salud de tus ojos.
“Llueve sobre mojado”, dirían muchos al enterarse de esta noticia. Y es que la diabetes por sí misma puede provocar, a largo plazo y si no está bien controlada, pérdida de la visión.
Como si eso no bastara, una nueva investigación ha detectado que algunos medicamentos que se usan precisamente para combatir la diabetes pueden provocar este mismo efecto y dañar la visión de las personas que los toman.
Se trata las denominadas tiazolidinedionas, que son fármacos que se usan para ayudar a controlar los niveles de glucemia (de azúcar en la sangre) de las personas que tienen diabetes, como los que se comercializan bajo las marcas Avandia (rosiglitazona) y Actos (pioglitazona).
Según investigadores británicos, estos medicamentos podrían provocar una condición que afecta los ojos, el edema macular diabético, un tipo de retinopatía diabética, también conocida como retinopatía no proliferativa, que se produce cuando los vasos sanguíneos de la retina se deterioran, se obstruyen e incluso desarrollan deformidades parecidas a un globo, llamadas aneurismas. La filtración y la acumulación de líquidos y grasas en áreas críticas para la visión aguda, con el tiempo ocasionan la inflamación (edema) de la mácula, que a su vez dificulta y deteriora la visión que se necesita para realizar actividades tan comunes como la lectura, la costura, y otras labores que requieran detalle y minuciosidad.
Aunque el riesgo de sufrir esta condición es, por lo general, pequeño, en el estudio específicamente, el riesgo fue de dos a tres veces mayor entre las personas que tomaban estas medicinas.
Para llegar a estas conclusiones, publicadas en la revista Archives of Internal Medicine, el equipo de científicos de la Universidad de Nottingham recolectó datos de más de 100 mil personas con diabetes tipo 2 incluidas en la base de datos Red Británica de Mejora de la Salud (British Health Improvement Network).
Al inicio del estudio, ninguno sufría de edema macular diabético, pero luego de un año, el 1.3 por ciento de los pacientes que tomaban tiazolidinedionas había desarrollado esta condición. Entre quienes no los tomaban, en cambio, solo el 0.2 por ciento desarrolló edema macular diabético.
Avandia y Actos ya se habían relacionado con un mayor riesgo de desarrollar ataque cardiaco en el caso de Avandia y de cáncer de vejiga en el caso de Actos. Otros fármacos alternativos, que no mostraron estos riesgos y también sirven para disminuir los niveles de glucosa en las personas con diabetes, son la metformina y la insulina.
En cuanto al edema macular diabético, se estima que alrededor del 20 por ciento de las personas con diabetes desarrolla esta condición. Otro de los problemas en los ojos que pueden sufrir los diabéticos se conoce como retinopatía proliferativa, en la que los vasos sanguíneos nuevos y estructuralmente inestables crecen sobre la superficie de la retina y pueden causar hemorragias (sangrados) pequeñas y frecuentes, que ocasionan irritación local con formación de cicatrices.
Cualquier tipo de retinopatía diabética tarda años en desarrollarse, pero está presente en casi el 80% de las personas con diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2 que se tratan con insulina y que han tenido diabetes por más de 20 años.
Las personas que no tratan su diabetes con insulina tienen menos posibilidades de desarrollar retinopatía. Es importante que tengas en cuenta que esta condición es la causa principal de ceguera en Estados Unidos en personas entre los 20 y los 64 años.
Para evitar complicaciones en la vista, las personas con diabetes, ya sea de tipo 1 o de tipo 2 deben acudir al especialista para revisar sus ojos al menos una vez por año.
Además, recuerda que la mejor manera de mantener la diabetes bajo control es llevando una dieta saludable, evitando las harinas refinadas y los alimentos dulces, así como practicando ejercicio regularmente y descansando lo necesario.
¡Adelante! Los beneficios bien valen el esfuerzo y en especial los que te permiten conservar algo tan importante como la salud de los ojos.