Muchas veces, la depresión y la diabetes van de la mano, posiblemente por los cambios en el estilo de vida que implica esta enfermedad. Pero además, un estudio detectado que las complicaciones emocionales pueden afectar el control de la diabetes y hacer que el nivel de la glucosa en la sangre baje demasiado. Sigue leyendo y descubre más detalles sobre este hallazgo.
La depresión es una condición que puede afectar la calidad de vida de cualquier persona, de diferentes maneras. Más aún cuando tienes diabetes, pues ambas afecciones parecen estar vinculadas. Y si bien no hay estudios que definan a ciencia cierta las causas de esa relación, sí hay formas de entender por qué ambas pueden ir de la mano. Por ejemplo:
- El manejo diario de la diabetes puede resultar estresante: controlar lo que comes y a qué hora, medir los niveles de glucosa (azúcar) en tu sangre, tener que perder peso, visitar al médico con frecuencia y más.
- Las complicaciones de la diabetes pueden generar tensión y depresión.
- La depresión puede hacer que tomes malas decisiones para tu diabetes, como llevar una dieta poco saludable, hacer menos ejercicio, subir de peso y fumar. Todos estos son factores que aumentan el riesgo de desarrollar complicaciones de la diabetes.
- Si estás deprimido o deprimida, puedes perder la habilidad de comunicarte y pensar con claridad, algo que también puede interferir en el manejo de la diabetes.
A todo esto se suman los resultados de un estudio desarrollado por unos investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, en Seattle, Estados Unidos, según el cual la depresión podría aumentar el riesgo de que las personas con diabetes sufran episodios de hipoglucemia (es decir, que les baje demasiado el nivel de azúcar en la sangre).
Para llegar a estas conclusiones, que aparecieron en la publicación especializada Annals of Family Medicine, los investigadores hicieron un seguimiento de cinco años de los datos de más de 4.100 pacientes mayores de edad, que habían tenido diabetes durante un promedio de diez años.
La mayoría de los participantes (el 96 por ciento) tenía diabetes tipo 2, alrededor de un tercio de ellos usaba insulina para controlar la diabetes y apenas un 1.4 por ciento había sufrido complicaciones debido a la enfermedad. Paralelamente, alrededor de 500 participantes mostraron tener depresión durante el período en que duró el estudio.
Durante los cinco años anteriores, el ocho por ciento de los participantes que tenían depresión y diabetes habían reportado que sufrieron episodios de hipoglucemia. Por el contrario, sólo el tres por ciento de los diabéticos que no tuvieron depresión reportó tener alguno de esos episodios.
Asimismo, durante los cinco años que duró el estudio, casi el 11 por ciento de los participantes con depresión y diabetes sufrieron episodios severos de hipoglucemia, casi el doble del seis por ciento que registraron los diabéticos que participaron que no sufrían de depresión.
En base a esos datos, el estudio demuestra que las personas con diabetes y depresión tuvieron un riesgo 42 por ciento mayor de sufrir de episodios de hipoglucemia y 34 por ciento más posibilidades de tener más cantidad de estos episodios.
Recuerda que la diabetes es una enfermedad en donde o no se produce suficiente insulina o la insulina que se produce no trabaja bien, hay resistencia a esa insulina. La insulina es una hormona que se produce en el páncreas, un órgano que se encuentra ubicado en el abdomen por debajo del estómago. La insulina le ayuda a la glucosa (azúcar) que obtenemos en los alimentos y que pasa del aparato digestivo a la sangre a que entre a las células. Cuando no hay suficiente insulina o no funciona bien, esa glucosa no puede entrar a las células y se acumula en la sangre. Como la glucosa es lo que nos da energía, cuando no entra a las células, no nos puede proporcionar esa energía.
Para controlar la diabetes algunas personas tienen que tomar medicinas (píldoras) y/o inyectarse insulina, además de vigilar su alimentación y su actividad física. Ocasionalmente, esas medicinas o la insulina pueden bajar el nivel de la glucosa demasiado causando hipoglucemia, y entonces, el cuerpo y el cerebro no pueden funcionar de manera adecuada. Cuando el nivel de glucosa baja demasiado la persona puede desmayarse y, en casos muy severos, hasta se puede poner en peligro la vida.
Es muy importante que las personas con diabetes mantengan un balance adecuado entre la medicación y el estilo de vida, que no sólo incluye una alimentación saludable y balanceada, en los horarios indicados (sin saltarse ninguna), sino también otros factores como la actividad física, el estrés y el estado de ánimo.
Un diabético deprimido, como demostró el estudio, enfrenta mayores dificultades a la hora de mantener un nivel de glucosa estable. Por ello, debe tener muy en cuenta las señales de la depresión. No hay que confundirla con una simple tristeza o melancolía. La depresión provoca varios síntomas que debes aprender a reconocer:
- Pérdida de interés en las cosas que disfrutabas hacer anteriormente.
- Cambios en los patrones de sueño o problemas para dormir.
- Tristeza y desesperanza, en especial por la mañana.
- Dificultad para concentrarte y tomar decisiones.
- Cambios en el apetito que pueden llevar a una rápida pérdida o aumento de peso.
- Sensación de cansancio todo el tiempo.
- Dolores de cabeza y de espalda que no tienen explicación aparente.
- Pensamientos suicidas.
Debes dejarle saber a tu médico si notas cualquiera de estos síntomas para que te ayude a salir del círculo vicioso de la diabetes y la depresión. Recuerda que no van bien juntas y que cuando se combinan, el riesgo para tu salud se duplica. Entre más pronto salgas del estado depresivo, más fácil te resultará controlar la diabetes.
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