Ataques al corazón, falla renal, amputaciones y ceguera son algunas de las complicaciones de la diabetes, especialmente después de muchos años y/o si está descontrolada. Recientemente los médicos han detectado que el cerebro también pierde facultades cuando la insulina no cumple su función. Aunque no hay estudios concluyentes, los diabéticos podrían desarrollar demencia. Veamos cómo se relacionan estos dos padecimientos.
Por fortuna, cuando a alguna persona cercana le diagnostican diabetes ya no se trata de una noticia mortal. De hecho, es muy probable que en casa haya un miembro con diabetes y es casi seguro que algún amigo tuyo la padezca. Sin embargo, que se vuelva común y controlable —con un tratamiento adecuado y vigilado por el médico— no deja de lado que sin prevención este padecimiento desencadene muchos otros. No es novedad que puede causar ceguera y enfermedades del corazón, pero sí sorprende que la demencia o la enfermedad de Alzheimer se relacionen con el desempeño ineficaz de la insulina en el cerebro.
¿El cerebro tiene diabetes?
Comencemos familiarizándonos con qué es la diabetes y cómo se relaciona con los asuntos cerebrales. “La expresión alterada de los genes del cerebro puede estar relacionada a un número de enfermedades que afectan al cuerpo entero”, aseguró la doctora Nilufer Ertekin-Taner, neuróloga y neurocientífica de la Mayo Clinic. Es decir que las enfermedades se relacionan entre sí y, al parecer, no únicamente a nivel genético, sino también químico.
Hasta ahora se había documentado como la deficiencia o la resistencia a la insulina (la hormona que producen las células del páncreas) afectaba a varios órganos del cuerpo, causando falla renal, por ejemplo. Pero ahora se ha descubierto que también juega un papel importante en la regulación de las funciones del cerebro, como la capacidad de aprender, hacer nuevos recuerdos, almacenar y recordar eventos.
En estudios realizados en animales, algunos investigadores de la Universidad de Washington en Saint Louis encontraron que cuando aumenta la glucosa en la sangre (o sea, sube el azúcar, que es el síntoma principal de la diabetes) también sube la producción de la proteína beta amiloide, que es el desencadenante principal del Alzheimer. Por otro lado, unos científicos de la Universidad de Pittsburgh descubrieron lesiones cerebrales y una respuesta lenta a ciertas funciones cognitivas en las personas con diabetes tipo 1 en comparación con quienes estaban sanos.
Mínimo desde 2010, hay publicaciones, como una por el Dr. Kensuke SaSaki de la Kyushu University en Fukuoka, Japón, que estudia la epidemia de diabetes y la de Alzheimer. En su estudio de 135 pacientes con diabetes tipo 2, mientras sólo el 16% de ellos tenía síntomas de diabetes mientras estaban vivos, el 65% tenía placas diagnósticas de Alzheimer en el cerebro, cuando les realizó una autopsia al fallecer. Y curiosamente, las personas que tenían intolerancia a la glucosa o resistencia a la glucosa, también tenían mayor riesgo de desarrollar Alzheimer, 72%. Pero lo interesante es que en este estudio el 62% de los pacientes control también tenían placas de Alzheimer. En sus conclusiones mencionó que la resistencia a la insulina podría jugar un papel, pero se requerían más estudios.
La duda razonable
Es importante que se realicen las investigaciones necesarias para llegar a un diagnóstico preciso y, de este modo, lograr desarrollar medicamentos que eviten el riesgo potencial de demencia antes incluso, de que se manifiesten los síntomas, pues en esa etapa ya son irreversibles.
La doctora Anne Peters, directora de la Clínica de Diabetes de la Universidad del Sur de California, expresó su punto de vista en Medscape sobre cómo trata ella la relación del Alzheimer y la diabetes con sus pacientes, y es con discreción, ya que en realidad, no hay estudios concluyentes (aunque si inquietantes y que deben continuarse) que relacionen directamente la diabetes como la antesala de la demencia.
Ciertamente, hay abogados, matemáticos y otros profesionistas que pueden padecer de diabetes y no por eso han dejado de aportar conocimiento en su área ni han manifestado problemas de memoria. Sin embargo, la duda razonable existe y no estamos justamente ante la posibilidad de sortear este padecimiento con años o incluso décadas de anticipación. Ésa es la interrogante y la moneda sigue en el aire.
Sin embargo, es recomendable que cualquier persona con diabetes acuda a su médico regularmente y que procure controlar su diabetes con cambios en su estilo de vida y con los medicamentos que le recete su doctor. Por ello, te recordamos brevemente qué es la diabetes y algunos consejos prácticos para mantener el azúcar en niveles saludables.
¿Qué es la diabetes?
Un padecimiento que pasó de ser mortal hasta principios del siglo XX. En un organismo sano, la insulina — la hormona que produce el páncreas — ayuda a que la glucosa (el azúcar) de la sangre entre las células de los tejidos y los órganos del resto del cuerpo; es, por decirlo de alguna manera, la encargada de que el azúcar que comemos se transforme en la energía que las células gastan en las diferentes actividades durante el día. Cuando el cuerpo no produce suficiente insulina o bien la que tiene no funciona bien, es cuando se desarrolla la diabetes.
Los síntomas principales de la diabetes incluyen: mucha sed, mucha hambre, ganas continuas de orinar y pérdida de peso, aunque pueden presentarse otros como visión borrosa, hormigueo en manos y pies. Por los síntomas, la causa y las personas a las que afecta, existen dos tipos principales: la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2.
Diabetes tipo 1: El sistema inmune destruye las células del páncreas y, como resultado, el propio organismo no produce suficiente insulina para que la glucosa de la sangre sea utilizada por el cuerpo. El único tratamiento es a través de inyecciones de insulina.
Diabetes tipo 2: Es más común que la tipo 1, aunque parece relacionarse con quienes son obesos. Aquí sí se produce insulina pero frecuentemente no funciona bien ( por eso, a veces se dice que se tiene resistencia a la insulina que se produce, al menos cuando se inicia la enfermedad). La buena noticia es que no todas las personas que la padecen deben tomar medicamentos. Muchas veces es posible mantener controlar los síntomas y el azúcar en la sangre con un estilo de vida saludable (como ejercicio regular y una dieta saludable y balanceada) y perdiendo peso (siempre bajo supervisión médica),.
Cuidados esenciales para el diabético
Dieta: Independientemente de cualquier tratamiento que te pueda recomendar tu médico, una parte clave del tratamiento de la diabetes es una dieta . Por eso se recomienda seguir una dieta saludable que disminuya el riesgo de enfermedades del corazón:
- Que incluya una variedad de alimentos como:
- vegetales, frutas, granos integrales, leguminosas, productos lácteos bajos en grasas, carnes magras, pescado y pollo.
- Presta atención al tamaño de las porciones
- No abuses la sal
- Limita los aceites saturados y las grasas trans
- Idealmente consulta a un nutricionista certificado
Ejercicio: El ejercicio ayuda a metabolizar de manera más eficiente la insulina; y hay estudios que sugieren que, así como hay varias condiciones que aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares también aumentan el riesgo de desarrollar Alzheimer y demencia vascular, el ejercicio posiblemente beneficie a las células cerebrales aumentando el flujo de oxígeno a ellas. Por lo tanto, considera realizar las actividades que más te agraden. Desde luego, que hayan sido recomendadas y/o autorizadas por tu médico:
- Natación
- Caminatas o senderismo
- Correr
- Ciclismo
Medicamentos: De acuerdo a tu caso.
Visitas con otros especialistas (oftalmólogo, podiatra, etc.). De acuerdo a tu caso en particular.
Afortunadamente las investigaciones continúan y la relación entre la diabetes y la demencia no es definitiva. Además, cuando se trata de la diabetes, hay mucho que puedes hacer para procurar mantener la glucosa (el azúcar) en límites sanos. Junto con tu medico y su equipo, lo puedes lograr.
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